Capítulo 35: Miedos ocultos

Start from the beginning
                                    

- Conejita, no llores... No me gusta verte triste, cariño.

Comienza a besarme y dejar infinidad de mordidas por mi cuello, sin dejar de restregar su repugnante cuerpo contra mí, por lo que poco a poco voy notando como su asquerosa erección se va formando. Pero lo único que me queda es esperar a que termine, mientras sigo llorando y llorando sin control.

- Pero que cuerpo más bonito tiene mi mujer...- dice bajando su mano, y manoseándome por todos lados, desde mis caderas hasta mis tobillos.

Intenta abrir mis piernas, a lo que inmediatamente las aprieto presa del pánico, pero al ver que se lo impido hace que se enfurezca.

- ¡Será mejor que me vayas haciendo caso de una vez, pequeña zorra!- grita todavía más fuera de control. Pero no me rindo, intento hacer de todo para que no siga haciendo esto, pataleo, gritó, escupo...

Hasta que cruzo la línea roja.

En exactamente segundos, noto como su puño se golpea contra mi mejilla, dejándome totalmente aturdida y confusa.

- Se acabó. Todo este tiempo he ido por la buenas, pero si no quieres, iré por las malas.

Se aleja de mí para comenzar a quitarse toda la ropa, desde la camisa hasta los zapatos. Pero esta vez es imposible tan siquiera poder levantarme de la cama, noto un fuerte dolor en la cara y acercando mi mano temblorosa hasta ella, mi mano se moja de la sangre que me ha empezado a brotar del labio partido. Sé que su puñetazo dejará marca, como los demás. 

- Asume de una vez que tu cuerpo es mío Katherine, ¡asúmelo!

Y eso es lo último que puedo escuchar, antes de que se acomode entre mis piernas colocando su erección, y de una sola estocada se hunda en mi interior.

- ¡¡¡NOOO!!!

- ¡Por favor, no!. ¡No más!

- ¿Katherine?

En ese momento no sabía con exactitud lo que estaba ocurriendo. Mi cabeza no dejaba de dar vueltas sin control, solo podía escuchar una voz a mi lado llamarme, pero el miedo y la ansiedad eran mucho más fuertes y eso me impedía poder pensar racionalmente.

- ¡¡No me toques!!- grité fuera de mí impidiéndole a quien quiera que fuese tan siquiera acercárseme.

- Katherine, mi amor... Soy yo, Alexander.- escuché decir a esa misma voz de manera calmada y tranquilizadora, mientras tanto me apartaba con absoluto cuidado las manos del rostro.

- ¿Alexander?- dije desconcertada, sin dejar de hiperventilar.

- Shh, ha sido solo una pesadilla, amor.- dijo acercándome hacia su pecho.- No llores más, me hace daño verte así, pero te juro por mi vida, que haré pagar a esa loca todo lo que te ha hecho, aunque sea lo último que haga...

Después de unos cuantos segundos y un suspiro, ya me encontraba mucho más tranquila con él abrazado a mí, podía escuchar perfectamente los latidos de su corazón que poco a poco iban latiendo cada vez más fuerte.

- Intenta volver a dormir, anda, yo estaré aquí a tu lado.

Me quedé acurrucada recibiendo una infinidad de mimos durante no sé cuánto tiempo, pero eso era lo que a mi menos me importaba, porque los dos estábamos juntos disfrutando el uno del otro, lo que verdaderamente importaba era que estaba con él, con él hombre que tarde o temprano acabaría descubriendo toda la verdad, mi verdad...

x

Pov: Alexander

Katherine me tenía realmente preocupado, podía entender perfectamente que después de todo lo ocurrido con Vivian estuviese así, pero me dolía saber que no podía hacer nada por ayudarla. Si por mi fuese me encantaría que todo el dolor que acumula dentro de ella, lo siéntese yo con tal de no verla llorar. Porque cada vez que veo sus lágrimas es como si mi corazón se rompiese en pedazos, por mucho que me quiera hacer el duro a veces, no soy capaz de soportar eso...

El destino que nos une [+18]Where stories live. Discover now