1. ¡¿Un qué?!

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Hey! Hola, al habla Miri! Este capítulo lo voy a escribir yo, pero antes que nada quiero decir que al final de cada capítulo pondrá quién de las dos a escrito.

***Punto de vista de Jamie***

-Y esperamos que no hagais nada malo, ¿entendido?-dijo la madre de Kyla.

-Si, mamá -contestó Kyla.

-No prometo nada -dije cruzándome de brazos- Además, sabes que no me gustan los institutos privados. Tener que dejar todo lo que tengo aquí.

-Podrás empezar una nueva vida allí, cariño -dijo mi madre sonriendo, como si eso fuera tan fácil.

-Valla mierda -murmuré.

-No te preocupes. ¡Yo estaré contigo! -gritó Kyla en mi oído. ¡Hija de puta, me dejó sorda!

El caso es que nuestras "queridas" madres decidieron que era mejor irnos a estudiar a un instituto de pijos, ¡Claro! De esos en los que hay dos edificios, uno para las chicas y otro para chicos, y luego está el instituto, otro edificio que se encuentra en medio de los dormitorios. O con otras palabras, ¡Un puto internado!

-Aún así no me gusta...

Kyla cogió las maletas y las metió en el autobús que nos llevaría hasta el instituto. Nos sentamos en los asientos del final, no quiero estar cerca del conductor porque siempre está fumando. ¿Sabe que el olor y el humo llega hasta nosotras?

Kyla y yo nos conocemos desde primaria, no nos hemos vuelto a separar. Yo soy la que siempre se mete en problemas y Kyla es la que me saca de ellos. Y cuando ella se mete en problemas, yo lo empeoro.

-¡Hey, escucha! -me gritó Kyla, haciendo que todas las personas del autobús se giraran a mirarnos.- Lo siento...-dijo en voz baja- Jamie, voy a escuchar música -me avisó, yo asentí con la cabeza y cogí un libro de mi maleta. '50 formas de gastar bromas', el mejor libro del mundo, ya he hecho 17 bromas de 50 y tengo muchas ganas de probar la broma número 31.

Miré de reojo a Kyla. Ella estaba escuchando música, era 'No digas nada' de Cali El Dandee. Lo sabía porque me asomé y pude ver el nombre en la pantalla.

-Cotilla...-dijo quitándose uno de los auriculares violetas que llevaba.

-¿Yo? Que va...-dije haciéndome la ofendida.

-De todas formas sólo quedan dos paradas para llegar ya

-En ese caso, mejor voy guardando el libro...-contesté guardándolo.

-¿50 formas de gastar bromas? ¿Lees eso? -dijo apuntando al libro.

-Si, ¿algún problema?

-Emm...no, pero estaría mejor si leyeras algo como 'Eloisa debajo de un almendro', 'Sherlock Holmes' o 'Geronimo Stilton'.

-¿Geronimo? ¡Ese es el libro que está leyendo tu hermano! No pienso leer algo de bebés...

-¡Eh! Yo lo estaba leyendo

-Esta es nuestra parada -dije cambiando de tema completamente, seguramente luego se enfadaría y me tiraría un secador a la cabeza. Ya pasó una vez y no quiero que se repita.

Al bajar del autobús vi tres edificios enormes, como yo suponía. Caminamos hacia la entrada de...lo que fuera que era eso.

Entramos en el edificio donde una recepcionista estaba en el mostrador.

-Hola...Soy Kyla y esta es mi mejor amiga Jamie.

-Si, su habitación es la 257. Aquí está la llave -la muchacha entregó la llave a Kyla.

Subimos por un ascensor, de lujo, claro. ¿Cuantas plantas tiene esto? ¡50 plantas!

La nuestra está en la 36...

-Como crees que serán nuestras compañeras de cuarto.

-Pijas...y putas

-Si, yo también pensaba lo mismo. ¡Tenemos telepatía! -hizo una pose muy rara y luego empezó a dar vueltas y a cantar, mientras que yo abría la puerta de la habitación.

Dentro de esta estaban otras dos chicas. Una rubia acostada boca arriba en su supuesta cama, y otra de cabello negro sentada en el suelo con la cabeza apoyada en una almohada. Esa chica nos vio abriendo la puerta por lo que nos saludó.

-...Ho-hola...-parecía tímida. La rubia, al oír a su ¿amiga? hablar se giró hacia nosotras y corrió a abrazar a Kyla.

-¡Woa! Otras amigas, ¡Qué bien! -después de abrazar a Kyla, se acercó a mi y me "abrazó".

Lo digo entre comillas porque eso no era un abrazo, ¡Me estaba aplastando! Y estrujando, ya se como se sienten mis rotuladores es el estuche.

-Si, si...Ahora suéltame.

-¡Lo siento! -y cuando me soltó me caí al suelo.

-¡Auch! -la chica pelinegra me ayudó a levantarme.

-Soy Yuriko Hiyama, 17 años.

-Es japonesa -contestó la rubia.- Yo, Cecile Tomasson, de Dinamarca. -dijo estrechando la mano.

-Kyla Hallywell, Estados Unidos.

-Jamie Morgan, de aquí.

-Espero que nos llevemos muy bien -dijo Yuriko haciendo una reverencia.

-Igualmente -contestó Cecile y me abrazó de nuevo.

-¡Está bien! Pero antes, las normas. Primera; nada de abrazos, Segunda; no tocar mis cosas, Tercera; no os metáis en mis asuntos y Cuarto, la más importante, no decirme cosas lindas.

Hice un cartel con las normas en una de las paredes de la habitación.

-¿Era necesario? -preguntó Kyla.

-Necesario sería una barra de labios para una puta.

-Osea, que si...-dijo Cecile.

-Y...¿Qué hacéis cuando tenéis tiempo libre?

-Ahora nada, las clases empiezan en dos minutos -dijo Yuriko mirando su muñeca, donde tenía su reloj. ¡No ha contestado a mi pregunta!

-Tenéis los uniformes encima de vuestras camas. ¡Adiós! -dijo Cecile saliendo de la habitación con Yuriko es sus brazos.

Kyla ya se estaba poniendo los zapatos. Llevaba unos zapatos negros, una falda gris, una blusa blanca debajo de una chaqueta azul marino con un lazo azul cían (Foto de Multimedia). No es que tenga un gusto bueno de la ropa pero eso era horrible. Al terminar de atarse los cordones se sentó en su cama esperando a que me vistiera. Agité mi cabeza de un lado para otro y suplicándole que no me pusiera eso.

...Al final, como no quise ponérmelo y ya íbamos tarde unos 10 minutos, tuvo que hacerlo a la fuerza. Pero yo no estaba contenta, por lo que me quité la chaqueta y me la até a la cintura.

-¡Muchísimo mejor! -Kyla asintió pero me agarró de la mano y me arrastró hasta nuestra aula. Teníamos sólo dos materias juntas, plástica y gimnasia. Ahora nos tocaba plastica y llegábamos tarde.

Kyla tocó dos veces a la puerta y cuando iba a tocar por tercera vez, una señora nos abrió con una mirada extrañada, pero le enseñé nuestro horario seguro que se aclaró y nos dejó pasar.

-¡Atención! -gritó, ya que los alumnos de la clase estaban hablando entre ellos y no le prestaban atención.- Tenemos unas nuevas alumnas en el instituto. Ellas son Kyla Hallywell y Jamie Morgan. Kyla, siéntate al lado de Leslie, y tú, Jamie, al lado de Miriam.

Cada una se sentó en sus asientos, que estaban uno al lado del otro, para nuestra suerte, y la tal Miriam me observaba muy atentamente.


By Miri.

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Aquí el primer capitulo. Me costó mucho trabajo acabarlo pero lo conseguí en dos días. La mayoría lo escribí en clase, gracias a la gran imaginación de mis compañeros de clase y Les, por supuesto.

Please! Votad y Comentar si os ha gustado y algunas ideas para el próximo cap.

Ciao!

¡Fue su culpa!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora