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Takemichi aún no puede creer lo que sus ojos están viendo, se supone que eso nunca debería suceder, entonces, ¿Por qué está sucediendo? ¿Por qué Draken cae al suelo con  aquellas heridas de bala? ¿Por qué se interpuso? Muchas preguntas sin una respuesta, y Takemichi puede sentir como su corazón es arrancado de su pecho cuando por medio de su marca de unión siente como se le escapa la vida a su destinado y pareja. 

Corre hasta el cuerpo que yace en el suelo, asustado, llorando y temblando.
Le ruega internamente que se quede a su lado, pero sabe que esto fue su culpa, si no fuera por su terquedad y su deseo de querer salvar a Mikey nada de eso hubiera sucedido. 

Tomo la cabeza del más alto y la puso sobre sus muslos, Senju le ayudaba a tratar de retener el sangrado.

—Draken-kun, por favor, no te vayas, no me dejes

Susurraba mientras acariciaba con una mano el rostro del dragón y con la otra trataba de retener el sangrado de una herida.

Le dolía verlo escupir sangre, en verdad le dolía.

—Ta-Take...

Al más alto le costaba respirar, ni digamos de hablar, se ahogaba con su propia sangre, pero aún así lo intento, su instinto le dictaba consolar a su pequeño omega, aunque sea en sus últimos momentos de vida.

—Ey Take n-no ll-llores si

Con todo su esfuerzo levantó su mano y la llevo a la mejilla del menor, la cual se encontraba fría y empapada.

—To-todo estará bi-bien

Takemichi sollozaba al escucharlo, internamente rogaba por una oportunidad para poder salvar a todos.

—No hables Draken-kun, tienes que guardar fuerzas

Hablo como pudo, tratando de no interrumpirse así mismo con sus sollozos

Lo que consiguió fue una sonrisa triste y eso rompió su corazón en pedazos.

—Ey Take me darías un beso antes de irme

Bueno, ¿Quién dijo que un corazón echo trizas no puede quebrarse aún más?

Takemichi no pudo negarse, ya que ambos sabían y sentían que no podrían pasar más tiempo juntos, unió sus labios con los de Draken y sintió aquella conocía torrente eléctrica que se presentó cuando le dio la mano a Naoto para viajar al pasado, la misma que se hizo presente cuando Mikey se tiró de aquel edificio y él lo sostuvo.

Después de eso todo se volvió negro, y cuando volvió a retomar la conciencia se encontraba en su cuarto y su cuerpo se sentía extrañamente más pequeño.

Con cuidado se levantó y no pudo evitar abrir los ojos con sorpresa, estaba de vuelta, pero esta vez retrocedió más años, tenía once años, aún no se presentaba su segundo género.

Amor, ¿No correspondido?Where stories live. Discover now