Ray, Emma y Norman.

1.

—Este equipo no podrá cubrir los gastos de tu plan.

—Ah... Pero señorita Emma, estuve-

—¡Nada! —golpea la mesa con fuerza, levantándose, de su asiento —Tu plan pondrá en riesgo a mi equipo, y mi equipo son personas, no robots.

—¿Eh?

—¿Cómo que "eh"? Ahora, mueve tu tracero de ese asiento y vete de aquí.

Aquel chico ya no sabía si enojarse o llorar, la mirada de enojo de la chica era horrible.
Emma lo observa irse de su cuarto, ella suspira y vuelve a tomar asiento.

—Aww, nos quieres —sonrie.

—Lo dices como sino me preocupara por ustedes —sonrie —Los planes de ese chico eran buenos, pero... No.

—Me parecían patéticos la verdad.

—Tienes que ser hijo de Peter.

—Y tenías que ser mi hermana —se acerca —Vamos hermanita, subamos, tengo hambre —sonrie, la toma de sus manos y empiezan a caminar.

Emma sonríe, le alegraba tener como apoyo a Oliver, su hermano.

—Sabes, me encontré con violeta.

—¿Te dijo algo?

—Na, solamente me dijo que si mañana pasamos por ella.

—Claro.

La verdad, ya no recuerdo que hicimos en el transcurso de la noche, pienso que no es importante... Solamente recuerdo que me sentía cansada, agotada.

Al siguiente día, nos fuimos a la escuela..

—Creo que quiero postularme cómo jefe de clase.

—¿Tu? Por favor hermano, sabemos que no quieres.

—Pff, sabes que no, solamente quiero encargarme de mandar y ya.

—No entiendo el porque.

—L.....

—¿Que dijiste hermano? —voltea confundida.

—Nada —sonrie —Bueno, veinte minutos en un carro, eso tardamos —abre la puerta del carro —Gracias por traernos chófer.

Emma, abre la puerta rápidamente, no se dió cuenta cuando ya se encontraban en la entrada de la escuela. Se baja rápido, y se despide del chófer, colocándose a lado de su hermano.

—Me encantan los uniformes, me recuerdan que soy lindo.

—Ah...

Estaba por responderle, cuando, siente el peso de una persona sobre su espalda, gracias a qué estaba acostumbrada, pudo soportar el peso, eso y que hacía ejercicio.

—Tontos, les dije que fueran por mí —dice enojada.

—Lo siento Violet —se disculpa Oliver.

—No veo que lo sientas —se baja de Emma —Buenos días señorita.

—Buenos días violeta —le encantaba como siempre la trataba con mucho respeto y cariño.

—Hola chicos —saluda una niña de cabello rubio.

—Nigel, gillian —habla Emma —Hola!

Rie —Saben, aquí nos encontramos siempre.

—Tienes razón —responde Oliver —Bueno, entremos.

Las puertas de la escuela siempre estaban abiertas a nuevos y viejos estudiantes, era un honor ser visitados por personas que se emocionarán de esa escuela.