D era un niño común como cualquier otro, vivió una infancia feliz, con los pocos lujos que sus padres para el momento podían darle. Fue un niño feliz la mayor parte de su infancia, su casa era pequeña y con el techo de metal y paredes de madera. D era un niño feliz dentro de sus pocos lujos. Vivió en aquella casa hasta cumplir los cuatro años, para ese entonces los padres de D ya pudieron darle una casa más cómoda a D y sus hermanos que eran tres A, el mejor; M, el siguiente mayor y G que era el tercero, después de esos estaba D que era el más pequeño.
D era un niño alegre, aun no entendía bien el proceso de mudanza, el porqué sucedía solo se remitía a seguir lo que su madre le decía. D seguía siendo feliz, porque en esa casa ya no iba a seguir viendo a pedro, el vecino que lo aterraba, pero este vecino no era el típico niño que molesta a otros, este niño era algo diferente con su trato con D, pedro era un niño más grande que estaba aprendiendo acerca de su sexualidad y utilizaba a D de vez en cuando para estos fines, cosas que a D le molestaba un poco. Este nunca le contó a sus padres lo que sucedía con este vecino, sabía que si decía algo esto podría traerle problemas, sus padres podrían pegarle, cosa que a le aterraba de forma increíble, como a todo niño con padres como el de D. D era un niño inteligente.
D se mudó de esa casa que quería pero que entendía que tenía que sacrificar -Ya no voy a ver a Pedro, pensó-. Esto fue verdad, ya nunca tuvo que lidiar con Pedro, pero de los experimentos sexuales de adolescentes que empiezan a desarrollar su sexualidad no se salvó, la siguiente persona que lo utilizo para satisfacerse sexualmente fue su hermano, M. Esto sucedió muy frecuentemente mientras sus padres trabajaban y le tocaba quedarse solos con sus hermanos, los demás lo ignoraban o hacían la vista gorda, D nunca se supo si sus hermanos supieron. Este otro suceso duró hasta que D cumplió los 11 años, para ese entonces su hermano M se mudo de la casa y D nunca mantuvo una relación buena con él nunca más.
D era un niño que su madre amaba pero que era privado de toda expresión, sus padres nunca entablaron una conversación con él como una persona, su opinión nunca fue tomada en cuenta en su familia así que dejo de darla dentro de lo que debería de ser su círculo seguro.
D al crecer comía mucho por lo que desarrollo una clara obesidad mórbida, además de desarrollar ginecomastia, una condición donde el macho desarrolla las glándulas mamarias, cosa que lo llego a acomplejarse de su cuerpo y jorobarse con el objetivo de hacerlo menos visible, pero su complejo más grande, a parte de su cuerpo, era su voz que al crecer noto que nunca cambio, seguía hablando como niño, o más bien como niña sumado a que era alguien femenino, D era un niño femenino.
D es un niño un poco tocado por la vida sin el apoyo que debería tener y con el reto de ir a la escuela con niños más grandes.
