Desperté en una cama de fuerza, estaba atada de pies y manos como una lunática de manicomio, permanecí en ese lugar un día, no me dieron comida y agua, sólo hacían preguntas sin sentido para tratar de ver mi estado mental.

Fui transportada a la oficina del señor
Bersoni.

—¿Cuéntame qué sucedió?

—La mataron.

—¿Quiénes?

—¡Eso me gustaría saber, fueron hombres y los únicos en este edificio son los malditos guardias y enfermeros!

—¿Estás segura que viste lo que dices?

—No estoy loca —afirmé.

—Sasha fue enviada a otra clínica.

Aquella excusa es tan barata que necesitaría estar drogada para creerle.

Miré sus ojos tratando de mantener el contacto visual.

—Mentira. Dígame la verdad, por favor.

—Estás cosas alternarán a las demás internas, por ese motivo hemos mantenido esta información en secreto.

—No diré nada —aseguré acomodándome en el asiento—.  Puede confiar en mi.

—Se suicidó.

Su voz fue un sonido a penas audible, agaché la cabeza ocultando las lágrimas que caían en abundancia.

¿Cómo es posible?

Sé que hubo un sujeto dentro de la habitación pero al mismo tiempo es algo poco creíble.

Mí mente está jugando contra mí.

—¿Qué? —alcancé a formular saliendo del trance.

—Se cortó las venas, los guardias dijeron que ella no asistió a misa, ordené revisarla y fue entonces que te durmieron.

Lo sabía, si hubo alguien ahí.

Todo tiene sentido.

—Dios mío, Sasha —con las manos cubrí mi boca buscando callar los sollozos, le tomé cariño en tan poco tiempo, era normal lamentar su muerte.

Convivimos juntas, discutimos, reímos una infinidad de veces pero sobre todo evitó que me sintiera por completo sola.
Sé bien que Sasha hizo cosas malas pero no por ello debía rendirse, tampoco sé el dolor que habitaba en ella, ese sentimiento extraño e indescriptible que crece en silencio y se niega a dejarte.

¿Cómo se lo tomará Kenia?

Sólo espero no ser yo quien le diga.

El rumor se va ha expandir y no tardará en armar un lío.

—Te cambiaremos de habitación.

—No —de hacerlo todas harán cantidad de rumores falsos.

—¿Segura?, a nadie le gustaría estar donde murió una persona.

Puede ser extraño pero no me aterra lo suficiente para querer cambiar de lugar, además, mi habitación me permite ver el bosque.

—Es donde ella pasó los últimos meses con vida. No creo en fantasmas, los muertos ya están muertos, el verdadero terror son los vivos.

—Asignaré a otra chica para que sea tu compañera, todas deben estar con compañía para cuidar su mutua seguridad y bienestar. Te daremos medicación para los nervios y seguirás con el tratamiento terapéutico.

—¿Cuánto tiempo hasta que se una la nueva?

—Tres días, el proceso de luto es algo que no se puede evitar, las hermanas rezarán por su alma para que sea aceptada en los cielos, una vez concluido el tiempo tu compañera se instalará.

RagenWhere stories live. Discover now