ℬ𝑜𝓃 𝒶𝓅𝓅𝑒𝓉𝒾𝓉

395 36 9
                                    

Advertencias: prácticas sadomasoquistas (preocupantes) y sangre

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Advertencias: prácticas sadomasoquistas (preocupantes) y sangre.


En la habitación se encontraba un hombre de mediana edad, arrastrándose mientras sentía que su cuerpo perdía de a poco las fuerzas. La herida en su estómago empeoraba por cada brusco movimiento; pero no le importaba.

—Killu... —la voz de un joven chico al fondo de la habitación hizo salir del trance al mencionado albino que tenía un cuchillo ensangrentado en sus pequeñas manos. —Termínalo.

Era tan gélida la orden que hizo que la víctima se estremeciera y entrara en un estado de desesperación. Paró de pelear y rogó por clemencia.

—No-no... ¡Por favor! ¡Les da-daré lo que quieran! —exclamó mientras giraba su cuerpo hacia el infante que no tenía expresión alguna, siendo muy similar al sujeto que le acompañaba.

—Eres tan estúpido. ¿Por qué te dejaríamos vivir?

Se encogió en su sitio. Temblando sin poder hablar hasta que el niño empezó a acercarse haciendo que volviera a su desesperación.

—¡Di-dinero! ¡Tengo mucho dinero! ¡Tómenlo todo!

Pensando un instante que eso solucionaría la situación, Killua se detuvo dándole falsas esperanzas. Illumi por especial ocasión no pudo evitar empezar a reír, pero siendo una perturbadora que le heló hasta los huesos.

—Fue por dinero que pidieron tu cabeza. Ya estamos perdiendo demasiado el tiempo contigo, basura.

Transcurrió en un solo un segundo pero con una destreza y velocidad impresionante el cuchillo brillo ante la luna, para ser clavado con precisión en la yugular. El líquido rojo salió con rapidez junto a los sonidos de agonía.

Cuando su alma abandonó su cuerpo, el hermano menor se mantuvo quieto soltando con lentitud el arma.

—Buen trabajo, Killu. —una mano se posó sobre su rebelde cabellera. Estaba de más decir que notaba el estado ausente del infante. Apenas iba a cumplir ocho dentro de un mes.

Asintió de manera automática, para ser llevado entre los brazos contrarios afuera del lugar. A pesar de que lo arrullaban no sentía tal sensación, era como estar rodeado de hielo.

Así pasaron los años y Killua tuvo que asistir a una escuela que lo aburría cada vez que se presentaba, los sucios trabajos familiares siempre se mantuvieron en anonimato. Tener esa doble vida simulaba aquel superhéroe que fingía ser normal de día pero de noche se perdía entre las calles de la cuidad a combatir el crimen.

Pero sabía que por más que quisiera no iba a hacer algo bien visto sin ensuciarse las manos.

Se aventuró a tener una vida amorosa, fue poco interesante. No conseguía esa sensación de calma que estaba buscando, sus compañeros de salón que les dio una oportunidad a pocos afortunados le aburrían. Perdía el interés y luego no se presentaba al momento que le pedían una nueva cita.

Entonces conoció a Gon, un moreno alegre de intercambio que vivió muchos años en la naturaleza. Fue un crush al instante, su cabello contra las leyes de la física hasta sus ojitos almendrados llenos de alegría le encantaban.

Killua tuvo un sentimiento de posesión desde ese momento. Lo quería para él. 

Freecss conectó bastante rápido con una personalidad tan contraría a la suya, se hicieron amigos al transcurrir los días y comenzaron a compartir los tiempos libres que el horario les permitía.

Fue entonces que en clases de educación física el albino se dio cuenta de una extraña fijación que estaba desarrollando o quizás estuvo siempre presente pero no se dio el tiempo de analizarlo. Y es que cada vez que se cambiaban para utilizar esos pantalones cortos logrando lucir gran parte de las piernas bien trabajadas del azabache, sentía una necesidad enorme por morderlas.

Primero lo ignoró y desviaba el tema a cualquier tema que pudieran hablar, buscando distraer tan extraño deseo. 

Pero no ayudó para nada cuando Gon le confesó sus sentimientos, menos cuando los aceptó sin dudarlo y comenzaron a salir. Todo sucedió muy rápido que el tiempo se le escapó de las manos, ya cumplían pronto seis meses de relación.

De esa manera Killua no pudo ignorar más esos llamados en su cabeza que le insistían en marcar la piel canela. Estaban en la habitación del oji miel cuando se sentaron en la cama jugando video juegos hasta que como era costumbre empezaron a besarse, pero inmediatamente el peliblanco apretó entre sus manos los muslos anchos por debajo del short corto.

Los sonidos provocadores de Gon solo incentivaron su cometido, lo recostó con ansias para bajar un poco a la altura de sus piernas y sin pensarlo dos veces empezó a mordisquear. Obtuvo como premio más de esos, pero se detuvo.

—Gon, ¿puedo hacerlo con fuerza? —el pedido agitado de su novio hizo que se mordiera los labios para evitar jadear.

Al recibir la respuesta afirmativa se estremeció.

—Si quieres que pare me dices.

Aunque el deseo era fuerte aún mantenía la cordura. No quería hacerle algo que no le gustara.

Abrió la boca y tras dar un par de lamidas sobre la piel dio una mordida con tal arrebato que salió un poco de sangre.

El moreno estaba temblando entre gemidos de dolor y placer, dejando salir unas diminutas lágrimas apretando las palmas contra su boca.

—Ki-killua... Eso lo van a ver... —pensó con claridad, si hubiera sido solo un poquito más abajo podía resultar obvio la marca en el momento de ponerse otra prenda que no fuera un pantalón. —Ah...

Pero el albino no le estaba prestando atención. Tenía ese sentimiento de pertenencia mientras lamía la sangre y dejaba besos acercándose a su entrepierna. 

Mientras volvía a hacer nuevas mordidas estimulaba el bulto que se estaba formando logrando una sensación entre dolor junto al placer que nunca había experimentado. Sentía debilidad, tanta que juraba que iba a quedarse dormido.

—Espe... Espera. —Gon se perdió en sus sentidos al ser masturbado mientras se estremecía. Pronto empezó a temblar seguido de un cosquilleo que Killua aprovechaba para probar su abdomen.

Cuando se liberó trató de calmar su respiración recibiendo besos en la quijada. 

Con la vista borrosa pudo definir a los segundos los rastros carmesí casi imperceptibles en parte el mentón y belfos. 

—¿Podemos repetirlo? —esta vez fue petición de Killua.

Tuve un sueño que hizo despertarme y prácticamente fue esto JSJS

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Tuve un sueño que hizo despertarme y prácticamente fue esto JSJS. Nunca he escrito algo así que espero que haya sido decente. Saben que tomo en cuenta si quieren segunda parte <3

Estoy preparando un escrito a parte de Killua para consentirlos, quiero terminarlo pronto. El título es Sueños húmedos y ya tengo la portada y el marcador hechos 

𝐸𝑠𝑐𝑟𝑖𝑡𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑟𝑡𝑜𝑠 ¦ KillugonWhere stories live. Discover now