¿Y ahora qué? [MaiTora]

One shot

Timeline: Manila Arc.
Etiquetas/advertencias: Angst, BadFinal, Dark! Manjiro Sano | Mikey, Relaciones tóxicas, muertes canónicas.
Pareja: Sano Manjiro x Hanemiya Kazutora.

Notas: Esto no es para nada bonito :x

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¿Y AHORA QUÉ?
(MaiTora)

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Habían pasado 10 años, salir esa mañana, por la puerta delantera y el sol resplandeciente sobre su piel fue extraño.

Para alguien normal, sería un día cualquiera, pero para Kazutora era como haber despertado de un largo sueño. El calor era abrumador, pero su sudor se pegaba a su propia ropa, un suave algodón que había olvidado cómo se sentía; sus cosas, tan pocas que no llenaban sus brazos, pesaban como nunca lo imaginó.

Era libre de nuevo, tan libre como no recordaba serlo desde antes de que lo encerraran. Pero inevitablemente su cabeza comenzó a doler, palpitando alrededor de un "¿y ahora qué?" .

Solo se mantuvo ahí, sin saber con qué pie dar el primer paso. No tenía a donde ir, su madre no lo había visitado ni una sola vez desde hace más de 6 años, las cartas que había recibido al principio de su encierro habían dejado de llegar pocos años después de eso.

Kazutora no podía contar con su familia, había destruido a sus amigos... Aunque había cumplido su condena, aunque había reconocido sus errores, aunque había conseguido el perdón de las personas a las que tanto lastimó, simplemente, ¿ahora qué?

—¿Necesitas un aventón, Kazutora-kun? —le llamó una voz, desde un carro negro.

Kazutora por una vez en 10 años, sentía que sus pasos podían llevarlo a algún lado.

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Chifuyu lo había ayudado a reformar su vida, pero Kazutora supo que las cosas no serían tan fáciles.

Chifuyu le invitó su primera cerveza después de una década, pero ni siquiera el alcohol podía lavar sus inquietudes, no podía ocultar sus dudas entre la espuma, ni ese mal presentimiento en el fondo de su tarro, por más que lo rellenara.

—¿Qué está pasando, realmente? —preguntó tras tomar su tercera cerveza.

Los ojos de Matsuno no se apartaron de su propia bebida, aunque el alcohol coloreaba sus mejillas, la oscuridad debajo de sus párpados era evidente. Chifuyu no era más que un fantasma de aquel chico de bravo carácter que alguna vez enfrentó, del que Baji le escribió.

Ahora, vestido con un traje elegante, conduciendo un lujoso carro, se veía como la persona más infeliz en ese lugar. Kazutora se preguntó, si aún estando ahí afuera, era posible no ser libre después de todo. Matsuno se veía como si aún estuviera prisionero, como aquellos que se habían resignado a no salir nunca de su encierro. Como aquellos en el corredor de la muerte.

—Las cosas no debieron haber resultado así —murmuró Chifuyu, dejándose caer en el respaldo de su asiento, como si estuviera cansado. Quizá, realmente lo estaba—. La ToMan ha cambiado demasiado... Mikey, ha cambiado demasiado.

—¿Mikey? —la voz de Kazutora casi se atora en su garganta.

¿Cuántos años habían pasado sin tener el apodo de Manjiro Sano en sus labios? Había pensado mucho en él durante ese tiempo, ¿cómo no hacerlo? Lo había arruinado de tantas formas, dañando a una de las pocas personas que lo defendió, que usó su fuerza para protegerlo sin esperar nada a cambio. Le debía mucho a Mikey, había pensado en mil cosas cosas para decirle, había pensado en cientos de palabras para usar como un inicio, decenas de escenarios en su mente se formaron.