𝑀𝒶𝓇𝓇𝓎 𝑀𝑒 || 𝐿𝒾𝓍𝒷𝒾𝓃 /𝒞𝒽𝒶𝓃𝑔𝓁𝒾𝓍

24

Esta vez no lloré, pero sonreí como un loco. Felix me miró extrañado.

—¿Sucede algo? —preguntó, buscando unos bóxer en una cómoda.

—Me gusta tu cabello negro, mojado, pareces un cachorro recién bañado —en parte era verdad, pero sonreí por otros motivos. Uno de ellos era el imaginar la casa plagada de niños, corriendo de un lado a otro, en su cuarto y rompiendo lo que encontrarán a su paso. Y también sonreía porque a pesar de todo esto, me había casado con Felix. Si me lo hubiesen dicho a los 10 años, lo más probable es que hubiese golpeado a esa persona.

Me levanté, ver a Felix así, como el niño que conocí a los diez años, con la mirada algo enrojecida, me daba fuerzas. Era un tonto por pensar como lo hice unas horas. Felix era mío y no lo dejaría ir.

—Vístete, prepararé la cena —le dije. Le besé la mejilla suspirando aliviado de saber que él tampoco me abandonaría. Para que esto funcionara ambos teníamos que ser fuertes, no podía dejar a Felix solo con todo el peso.

Fui a la cocina y preparé las cosas. Hice una simple sopa, no era una gran cena, tampoco dominaba del todo las artes culinarias. Cuando la revolvía y estaba por hervir, sonó el timbre. Me miré la ropa, en pijama y despeinado, seguramente olía mal porque pasé todo el santo día encerrado en mi habitación y ni siquiera me digne a abrir las ventanas o las cortinas.

—¡Yo voy! —gritó Felix. En cuanto abrió la puerta, dos miradas conocidas me asombraron un poco. Eran Jisung y Minho, pensé que se habían ido de viaje a Daegu, hace un mes y hace más de un año no nos visitaban.

—¡Hola! —gritaron al unísono, llenos de alegría. Desbordaban felicidad y no pude evitar sentirme algo celoso.

—¡Chicos, ¿qué hacen aquí?! —les preguntó Felix. Los hizo pasar y tuve que preparar más sopa, con la ayuda de Minho -aprovechamos de hablar, ya que, en bastante tiempo no hablabamos- quedó algo decente y comestible para los demás. Lo servimos en el mismo living, Jisung nos pidió que teníamos que colocarnos cómodos. Felix lo miraba nervioso y no sabía porqué, pero seguramente no era nada bueno. Para nosotros.

—Bien, les contaremos rápido —comenzó a decir Minho mientras sorbía de su cuchara— Jisung está embarazado.

Solté mi plato sin poderlo evitar. Estropeé la alfombra y el estridente ruido de la loza quebrándose me volvió a sumergir en la burbuja oscura de dolor de la que intentaba salir. ¿Embarazado? Era igual como cuando Felix y yo nos casamos y Wooyoung con Lia lo hicieron al tiempo. ¿Por qué?

—Bin, ¿te encuentras bien? —evadí la mirada de Jisung, él no lo sabía, no podían saberlo.

—Estoy bien. Felicidades chicos, estoy seguro de que serán unos grandes padres —Felix había notado el sufrimiento en mi voz, ya que se acercó y me abrazo por los hombros. El sentir su calor contra mí ya me daba fuerzas para continuar, así que me dije que tenía que resistirlo. Aunque todo sonara muy sospechoso.

—La verdad es que teníamos muchas ganas de comenzar a expandir la familia, y cuando Lix nos llamó y nos dijo que planeaban tener un hijo, creíamos que sería estupendo que nacieran por las mismas fechas, ¿no? Así serían amigos desde el vientre —comentó Jisung. Eso fue demasiado, mi corazón no lo pudo resistir. Mi estómago ardió y se provocó un agujero que vacío en mi interior.

—Lamento decepcionarlos chicos, pero no podrá ser —les dije.

—Bin... —murmuró Felix.

—Ya, Changbin, si no nacen en las mismas fechas, no importa. Al menos tendrán casi la misma edad y...

—¡No! —grité, interrumpiendo a Jisung. Me puse de pie y corrí a encerrarme a mi habitación otra vez. Me tiré en la cama y me hice un ovillo, eran demasiadas cosas por asimilar.

Escuché como la puerta se abría, y esperaba con tener otra vez a Felix, alcé la mirada. Pero me encontré a Jisung.

—Hey.

—Hey —le respondí. Me senté y él a mi lado.

Lo observé, se había afeitado y aún parecía ese chico de 18 años que se burlaba de Seungmin en el campamento y que se hacía pasar por novio de Felix.

Y recordé la despedida de solteros.

— Sunggie, te he contado alguna vez que te besaste con Felix frente a mis narices —quería distraerlo, apartarlo del tema inicial. Y funcionó, porque abrió los ojos como plato.

—¿Qué? Seguro soñabas.

—No, ustedes estaban ebrios y se besaron mientras bailaban arriba de una mesa. Debo confesar que se veían lindos, pero espero por tu bien que no se haya repetido jamás.

—Palabra de honor que ni siquiera lo recordaba.

—¿De qué honor me hablas? —reímos por un rato, pero se puso serio de pronto y supe que tendría que contárselo.

—Bin... ¿qué sucede? Tienes los ojos hinchados y te ves horrible, bueno, ya sabíamos que eras feo y que Felix estaba contigo sólo para aparentar tener una Changbinsexualidad y ocultarme como su amante, pero... en serio, no te ves bien.

Tomé una buena bocanada de aire, aún no lo terminaba de asumir por completo, así que era difícil contárselo.

—Soy estéril, no puedo tener hijos, Sung —me sentí orgulloso de no llorar, ni siquiera se me aguadaron los ojos. Suponía que mientras más veces lo dijera, más liberaba al dolor.

—¿Estás seguro? Digo, a veces te puedes equivocar...

—Me lo dijo el médico ayer. Hay exámenes y todo, definitivamente no puedo tener hijos.

—Oh, Bin... —me besó el cabello y me recosté en su hombro. En verdad me gustaban los brazos en esos momentos—. En serio lo siento...

—No te preocupes, Jisung. Felix y yo sabremos salir de esta, él es muy listo.

—Y tú valiente, no lo olvides —sonreí para mis adentros.

Valiente.

Nunca me habían dicho un halago tan bonito. Siempre era Changbin del medio, Changbin Descerebrado. Pero me gustaba mucho valiente. Supongo que lo era por afrontar esta situación sin pensar en el suicidio o en alguna otra locura más.

—Bueno, al menos pueden adoptar.

—¿Cómo?

—Adoptar, Binnie. Dime si quiera pensaste en esa opción.

Adoptar, por supuesto que si, pero el dolor de no poder tener a alguien en mí, hacía que me doliera demasiado, pero, no sonaba mala idea.