Persecucion

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El pavimento estaba húmedo, las calles solitarias, y parecía que el cielo comenzaría a gotear en cualquier momento. Solo podía escuchar sus rápidos pasos golpeando cada vez mas fuerte el suelo tratando de escapar, su espesa respiración evitaba que pudiera oír lo que lo seguía.

Mirando constantemente hacia tras perdió el camino. Después de dos horas de correr ¿donde estoy? dejó de ser la pregunta que pasaba por su mente. ¿donde no están? esa se convirtió en su preferencia.


~Según el plan, debe estar por la calle principal ~El pelinegro daba indicaciones por medio de un radiotransmisor que los demás seguían


Como se había dicho, estaba en la calle principal. Los negros ojos del chico buscaban una salida o una entrada, cualquier cosa mientras lo alejara de sus seguidores. Sin éxito continuó corriendo tratando de ocultarse lo más posible.

Un trueno se escuchó dejando el ambiente más silencioso de lo que ya estaba.

~perfecto, está a nada de llover, La lluvia es muy buena comunicando líneas espirituales ~ los bicolores ojos de la chica comenzaron a brillar, y junto con la lluvia encontraron al albino quien miraba como si supera que la lluvia actuaba en su contra.


-no ella puede verme- se detuvo y miró a su alrededor, todo parecía abandonado en esa cuidad.


~ lo perdí, ni en el viento lo siento~

Cerró los ojos y estos perdieron el efecto que la respaldaba.


~Debe estar escondido, dentro de un edificio, eso es lo más probable~ dijo el pelinegro tratando de deducir donde estaba.


~ ¡lo veré!, está en un estacionamiento subterráneo, pero en tres minutos ya no~ la muy eufórica pelirroja alertaba mientras en su mente veía acciones que pasarían dentro de un momento.


~En ese caso está en el "edifico comercial N° III"~ replicó el pelinegro


El goteo de una tubería rota era lo que más se escuchaba. La piel del blanco chico se ponía de color rosa por la agitación.

Entre ratos perdía la orientación y se detenía a mirar a todos lados. Corría, en esta ocasión si sabía de quien.


~Lo tengo, estoy detrás de él~ a paso relajado y con su casual sonrisa la pelirosa caminaba tras del albino, empuñando una katana.


~Tranquila, no debemos matarlo~ dijo la desanimada morena.


~ nos servirá más vivo~ replicó la peliroja


El chico que huía comenzó a correr como su perseguidora. Se perdía en variadas calles, doblaba en la mayoría de las esquinas y cruzó en todos los puentes peatonales que le era posible con tal de evitar a la asesina detrás de él.

~¿donde está ahora ? ~ preguntó la rizada


~En la 16 de altar y 25 de farum ~ afirmó el pelinegro


~Oye, apresura el paso, lo estás perdiendo~ dijo la morena a la pelirosa


~Claro que no, lo veo bien~ contestó la asesina


~ me refiero a que ahora no siente miedo, lo puedo ver~

Decía la chica con dos fantasmas tras ella.


La persecución se hacía más rápida y dura, el chico parecía tener un plan.


~Si pasa por el puente no podremos encontrarlo nunca mas~ dijo la rizada peliroja.


Tanto el perseguido como los perseguidores comenzaron a correr, todos queriendo llegar a él puente primero. Cada uno tomando un atajo diferente.

El blanco joven llegó a la entrada del preciado puente, aceleró su paso para finalizar con su persecución. Los demás miraban como se alejaba al llegar, estaba a la mitad, y los otros al comienzo, aceleraron el paso. El chico casi estaba del otro lado miró atrás, los seguidores miraron al frente. Era obvio que ellos no llegarían.


Y justo antes de cruzar...


Un rubio, ojos azules y con una sonrisa sería lo detuvo obstruyendo su paso con el brazo derecho, provocando que el albino cayera.

Estando en el suelo, llegaron los demás. Se pusieron delante de él y rodearon al pequeño, este trató de huir, pero la pelirosa colocó su katana en el cuello de este en forma de advertencia.


Kio: oh, miren, aquí están todos, y si que han cambiado.


Los demás cambiaron sus caras a serios por la falta de sutileza del blanco.


Kio: vamos chicos, no pudo ser tan malo.


Se acercan más.


Kio: si ni siquiera se perdieron de mucho, el mundo sin ustedes no cambió tanto.


Karla y Jasper bajan la mirada, mientras melissa y jade entrecierran los ojos.


Kio: no exageremos, díganme ¿Cuanto tiempo ha pasado desde que nos vimos por última vez?


Jair: un año...


los elegidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora