Enciende el Jeep y nos vamos de regreso a Kensington, mi mente divaga en aquella noche donde Ethan me secuestro justo ahí. Apoyo la cabeza en el vidrio dejándome invadir por mis pensamientos.

Una lágrima rebelde se desliza por mi mejilla al recordar los golpes y arrastradas. Aunque lo sobrellevo cada día más con el paso de tiempo, aún siguen en mi cabeza, jamás se irán.

Vuelvo a la realidad cuando Theo entrelaza sus dedos con los míos, limpio la lágrima traicionera que se salió.

—No pienses más en eso, no me gusta verte así...

—No puedo evitarlo.

—Lo sé, estuve investigando los mejores psicólogos de Londres, pero no te llevaré si no lo deseas —se detiene en el estacionamiento del edificio—. ¿Quieres tomar las terapias?

Asiento y besa el dorso de mi mano.

—Entonces trataré que vayas lo antes posible.

—Gracias. —Me acero a él tomando su cara entre mis manos y besándolo.

Es delicado al hacerlo como si aún tuviera los labios partidos, desliza la mano por mi cuello haciéndome reír en medio del beso.

—Posesivo. —Le digo y se ríe.

Vuelve a besarme, su lengua invade mi boca y se vuelve una batalla por tomar el control. Batalla que él gana.

—Madison... no estás lista.

—Lo sé —sigo con el beso y la mano que estaba en mi cuello empieza a bajar. Me aparto dándole un beso corto—. Vamos.

Suspira, tratando de contenerse, nuestros labios rojos por la intensidad del beso.

—Vamos. —Repite, me ayuda a bajar del Jeep y va por la maleta. Entramos al elevador y marca su número de piso.

—¿Planeas llevarme a tu departamento?

—No. —Niega con sarcasmo.

—Ajá.

—Obvio que sí, alguien tiene que cuidarte.

El ascensor se abre y caminamos el corto corredor, abre la puerta sin hacer uso de llaves y me giro rápido a abrazarlo con el susto que me pega el grito que dan adentro. Me engancho a él como niña pequeña, los latidos de mi corazón aumentan.

—Oigan, creo que no es la mejor idea darle una sorpresa a alguien que acaba de ser secuestrado —digo sin separarme de Theo. Todo se miran en silencio—. Bromeo, vengan acá —me apartó de mí supongo que otra vez novio y abro mis brazos para que me abracen.

Vienen en fila y me van a abrazando uno por uno, fila que inicia con mamá y termina con Thiago.

—¿Cómo estás? —Pregunta sin soltarme, tiene un color de ojos parecidos a los de Theo solo que más claros. Los de Theo son azul marino y los de él son azul cielo.

—Bien, en lo que cabe —digo abrazándolo—. ¿Por qué no fuiste a visitarme más?

—El intenso de tu novio no me quiso ir a recoger y mi mamá no me quería dejar salir solo —rueda los ojos—. No sé cuándo entenderán que tengo casi diecisiete años.

—No te preocupes, tu cuñada favorita ya volvió y apenas me recupere, te llevaré a una discoteca, espero que sea tu primera vez... —susurro solo para los dos mientras los demás hablan.

—Segunda —susurra con complicidad haciéndome reír—, pero solo lo sabes tú.

—Bueno, no te preocupes, soy una tumba —sonríe, él no tiene un gran parecido a su hermano, ambos son muy guapos, pero Theo tiene rasgos de su padre y él de su madre.

—Par de chismosos, ¿aprovechando para criticarme? —Indaga Theo.

—Sí, le contaba a Madison la vez que te encontré borracho pensando que eras tritón mientras estabas en la alberca. —Me saca una risa que hace doler mi herida, pero finjo que no.

La cara de Theo no tiene precio, Thiago se cubre detrás de mí.

—Te voy a matar enano de mierda.

—Enano, pero no tritón. —Sigue con la burla saliendo de detrás de mí.

—Te voy a matar... —intenta agarrarlo y se pone detrás de mí otra vez—. Ya verás...

—Calma, tritón, calma. —Me burlo siguiendo el juego de Thiago.

—¿Tú también? Fue mi primera borrachera, no sabía ni quién era mi mamá. —Se cruza de brazos con cara de indignado.

—Ya, ven acá —abro mis brazos para abrazarlo y viene—. Corre —le susurro a Thiago.

—Eres una manipuladora. —Me reprocha, pero no me suelta.

—No mientas, te encanta que te manipule, siempre me cumples los caprichos. —Debo alzar la cabeza para verlo, envuelve mi cintura abrazándome y yo rodeo su cuello con mis brazos.

—Para qué te digo que no sí, sí, me encanta. —Me da un beso casto y lento. La tarde transcurre compartiendo con mis amigos y familia. Isa llega en la noche acompañada de su novio a quien al fin tengo el placer de conocer. Evans es un chico muy agradable, moreno de ojos cafés y una mata de rizos hermosos.

Se integra muy bien con este grupo de locos. Mamá pide quedarse en mi departamento y le digo que sí, esa mansión es muy grande para estar solo. Ella se va a descansar antes, dice estar muy agotada.

Uno de los choferes de los Maxwell viene por Thiago y nosotros nos quedamos en el balcón, cada quien con su pareja. Me gusta estar con todos, así entretengo mi mente. Theo y yo estamos en una tumbona, al igual que Camila y Jacob e Isabella y Evans. Me envuelve en sus brazos mientras descanso sobre él viendo el cielo estrellado.

—Entonces, ¿quieres ser mi novia otra vez? —Pide en un susurro—. Prometo que no hay más secretos ocultos, ni ex entrometidas o entrometidos.

—Si es así... no quiero ser tu novia —sigo y siento como se tensa, juraría que puedo sentir sus latidos—, bromeo, claro que si quiero. —Me río ante su cara de susto.

—Joder, Madison, casi se me sale el corazón por la boca.

—Lo sé, lo sentí. —Medio me giro y aprovecha para besarme, cada pareja está en lo suyo, así que nadie nos mira.

—Te amo. —Susurro.

—Dilo otra vez. —Pide sonriendo.

—Te amo. —Me besa de nuevo, me siento segura y feliz a su lado a pesar de toda la mierda que sucede en mi cabeza.

—Yo te amo más. —Susurra acomodándome del lado que estoy bien, mi cabeza en su pecho y nuestras piernas entrelazadas.

 —Susurra acomodándome del lado que estoy bien, mi cabeza en su pecho y nuestras piernas entrelazadas

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Fin.

Ay no se crean JAJAJAJA, aun quedan muchas cosas por ver🙊

Los amodoro❤️😂

Nuestro.Where stories live. Discover now