— ¡Son siete y cuarenta y ocho!
Kendall ya estaba listo en la puerta, con la mochila azul sobre los hombros y la lonchera de Transformers bajo el brazo.
Aun mirando a Mikey como si de una piraña de río se tratará, se colocó las zapatillas y abrió la puerta principal.
— Todo limpio ¿Oíste?
— Tidi limpi — remedo el rubio recuperando su caja de cereales de la mesada — ¡Ten un buen día, Ken!
El pequeño se despidió con entusiasmo antes de que Baji cerrara la puerta de un portazo.
— ¡Tío, olvidé la corbata!
A dos cuadras del punto de partida Kendall intentó volver sobre sus pasos pero fue retenido por Baji.
— Es tarde, ya no importa.
— Pero son las reglas... — sus labios se arrugaron en un puchero.
— Las reglas son tontas, igual que las corbatas. Llegaremos tarde, apura.
El niño caminaba aun entre bostezos y daba pequeños saltitos que no lograban igualar la velocidad del pelinegro.
— No voy a cargarte —aclaró anticipando las intenciones del menor.
— ¡Pero llegaremos tarde!
— Tomaremos el riesgo.
Kendall se sujetó de su pantalón y lo miró con esos enormes ojos miel y las mejillas algo infladas por el puchero que hacía con sus labios.
Dios, ¿dónde están los genes de Draken, maldición?, pensó.
— ¿No que perteneces el club de atletismo?
— Por las tardes, no por las mañanas — respondió con simpleza.
Baji suspiró y se colocó en cuclillas, señalando su espalda con el mentón.
— Sube rápido, que me arrepiento.
— ¡Eres el mejor! — acomodó sus bracitos alrededor del cuello y su mentón sobre el hombro izquierdo.
Baji pensó que el pequeño caería dormido en el camino, en cambio comenzó a cantar con su voz chillona y algo desafinada, pero en un envidiable inglés fluido. Baji culpó a los genes extranjeros que traía el niño de parte de su madre.
— ¿Qué cantas?
— Radio Ga Ga, de Queen, mi tío Izana me mandó un disco suyo el mes pasado, no lo probé porque no tengo un tocadiscos ¡Pero lo busqué en Spotify! ¿Crees que venga de Filipinas con mis papás? — preguntó esperanzado.
— El diablo quiera que no — masculló.
— ¡Tío Baji! — reprochó inclinando su cabeza para verle el rostro — Yo lo extraño mucho.
— ¿Por qué? ¿No tienes suficiente familia aquí en Japón?
— Sí, pero...
— ¿Ves? — se detuvo frente al amplio plantel que recibía a niños de distintas edades, unos se despedían alegremente de sus padres, otros bostezaban limpiando las lagañas de sus ojos y otros murmuraban cosas mientras terminaban la tarea escolar en el camino —. Listo, enano.
Bajo al niño de su espalda y le dio unas palmadas afectuosas para que ingrese al centro.
— ¿No te agrada el tío Izana por qué pateó tu trasero cuando se conocieron? — el pequeño balanceó su peso sobre sus pies fingiendo inocencia
Baji se agachó a su altura y estrechó los ojos, indignado por la acusación.
— Él no "pateó mi trasero" ¿Quién te dijo eso?
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Build me up | BajiFuyu
FanfictionBaji quiere demostrar que es un padrino responsable. Llevar a su ahijado a emergencias el primer día a su cargo definitivamente no estaba en sus planes. ♦ Tokyo Revengers AU ♦ Los artes de la portada NO me pertenecen. ♦ BajiFuyu
