— ¿Tío Baji? — llamó el niño —. No puedo peinarme.
— Déjalo, nadie lo notará, baja de una vez.
Estaba a punto de salir de la habitación cuando Kendall asomó su cabeza.
— ¿En serio nadie lo notará? Papá siempre me peina.
Baji no era perfeccionista, tenía la suerte de haber sido bendecido con un fabuloso cabello que no necesitaba más que cuidados de higiene básicos y una secadora. Pero incluso él debía reconocer que los pelos parados y enmarañados de Kendall no pasarían desapercibidos.
Con un bufido se dirigió al baño de azulejos verdes. Se posicionó detrás del pequeño, admirando el desastre de pelo rubio que tendría que arreglar.
— Peine, cepillo o lo que sea — recibió el peine en su mano derecha aun inseguro de que hacer, en su vida lo más cercano que hizo fue cepillar el pelaje de gatos —. A ver — murmuro —, debe haber un remolino ¿o debería hacer una raya? Al diablo.
Pasó el peine intentando recordar lo mejor posible como Draken peinaba a Mikey cada mañana en su juventud.
Dividió el cabello en dos partes y una vez deshizo todos los nudos tomó un mechon del centro e intentó amarrarlo en la curvatura alta del cráneo.
— Tío, eso luce deforme.
— Maldición.
Quitó la liga y arrojó el peine al lavamanos, con sus dedos arrastró el cabello hacia atrás y amarró una cola de caballo, que al menos lucía decente.
— Listo, ya muévete, debes desayunar.
Kendall movió su cabeza frente al espejo probando diversos ángulos para su nuevo peinado. Soltó un sonido similar a un "A nada" y saltó del banco para ir corriendo a la cocina.
Cuando Baji llegó a la planta baja, Kendall ya estaba sentado en una de las bancas altas de la isla de la cocina. El plato de huevos con tocino ya estaba limpio y se encontraba devorando la avena. Mikey también estaba ahí, husmeando entre las ollas y los recipientes de los onigiris mientras devoraba una caja de cereal.
— ¿Quién vomito aquí? — preguntó señalando el bowl de los onigiris fallados.
Baji sintió que una vena saltaba en su frente.
— No pensarás mandarle esto a Ken ¿verdad? ¡Oye! — pegó un saltito por la patada que Baji le asestó en el trasero.
Kendall levantó la mirada y alargó el cuello, intentado ver el contenido del dichoso bowl.
— ¿Eso se come, tío? — preguntó inocente.
— JA — Mikey escupió el cereal que traía en la boca con una sonora carcajada — ¿Intentas envenenarlo, Edward?
Y fue ahí cuando la faceta del Baji hogareño se fue al demonio.
Se quitó el mandil blanco que llevaba y deshizo el moño desenfadado que traía para cocinar.
— ¡Cierren la boca los dos! ¡Claro que se come! ¡Tú! — señaló a Kendall — Coje dos barras energéticas de la alacena, se nos hace tarde. Y tú — le lanzó a Mikey una mirada asesina, pero él ni se inmutó —. Limpiarás este desastre mientras llevo a Kendall al colegio.
El rostro de Mikey se descolocó notablemente indignando.
— ¡Eh! ¡¿Por qué yo?! ¡Tu hiciste este desastre, imbécil!
— ¡Y tú le prometiste a Draken que me ayudarías en esto, cretino! ¿Quieres que Emma sepa lo que le pasó a su plancha de pelo?
Seguían fulminándose con la mirada, y todo terminaría usualmente en golpes, si no fuera por una vocecita.
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Build me up | BajiFuyu
FanfictionBaji quiere demostrar que es un padrino responsable. Llevar a su ahijado a emergencias el primer día a su cargo definitivamente no estaba en sus planes. ♦ Tokyo Revengers AU ♦ Los artes de la portada NO me pertenecen. ♦ BajiFuyu
