Epilogo

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Esta historia está llena de familias felices, padres, hijos, abuelos, tíos, sobrinos. Todos se aman, se respetan, eso es algo que yo nunca e tenido.
También está lleno de herederos, heredarán ranchos, negocios, haciendas, fortunas. Eso es algo que yo nunca tendré, algo que heredar.

Por que a los bastardos no nos toca nada.

Me presento, soy Helena Montes, hija de Rosario Montes.
Lo gracioso es que no les puedo decir quien es mi padre. Y lo más gracioso aún es que no soy un producto de una borrachera mal planeada, no mi madre planeo todo a la perfección. Soy producto de una infidelidad.

Mi madre está casada con Samuel Caballero un "cirujano plástico", o al menos eso es lo que todo el mundo piensa.

Un día arta de los tratos que su esposo tenía con ella, se fue de la casa por unos días. Dejando a su esposo y así hija de dos años a la deriva.

Regreso a los tres días, y no le dirigió la palabra a su esposo, ni el a ella.

Al mes se enteró que estaba embarazada, y Samuel explotó, pues está no la había tocado hace más de un año. La hubiera matado de no ser por Muriel su hija, y por Gunter que le suplico que le diera una segunda oportunidad a Rosario.

Samuel le exigió que abortara pero Rosario se negó a toda costa. Y es que en el fondo, le llenaba de felicidad tener algo que no fuera del infeliz con el que estaba casada.

Al final no aborto, y tuvo a una hermosa niña, a la que llamo Helena. Pero si le soy sincera hubiera preferido no nacer.

Samuel se negó a darme su apellido y le dijo a Rosario que buscara a mi padre para el me lo diera, pero Rosario se negó diciendo que yo era su hija y de nadie más.

Desde ahí Samuel me ve con desprecio, todo lo que le da a Muriel lo duplica para hacerme sentir menos. Sus fiestas de cumpleaños siempre eran grandes y extravagantes. Mientras que yo me conformaba con un pastel en la cocina con mi madre y la criadas. A Muriel la mandaron a una de las mejores academias de arte para que estudiara baile y pudiera ser coreógrafa. Mientras que a mi Samuel me obligo a estudiar negocios. La verdad no me podía quejar al menos me dejó estudiar, pero negocios no era mi pasión. Así que mi mamá me pago unas clases de canto, que era lo que realmente me gustaba hacer.

Y de Muriel no me puedo quejar es una buena hermana mayor, siempre está defendiéndome de su padre, pero siempre es peor cuando le hace. El se enfierece aún más de saber que la niña de sus ojos está defendiendo a la bastarda de su esposa.

Y no es que no podía vivir con la constante mirada de Samuel hacia mi, es un hombre intimidante, imagínense tener la constante mirada de odio puro, el recordatorio de que no eres mas que un error.

El día que todo se fue al carajo fue en mi cumpleaños número 22. Samuel había salido de viaje unos días antes y mi mamá me dejó invitar a unos pocos amigos a la casa para festejar mi cumpleaños, nada fuera de si, una cena, unos tragos y ya.

Pero para mi mala suerte llego Samuel, se puso como loco cuando vio la "fiesta" que había armando y corrió a mis amigos a gritos.

-Samuel discúlpame no sabía que ibas a volver hoy- dije parándome de mi silla

-Si volvía hoy o no, eso no te incumbe escuincla, tú sabes perfectamente que no me gusta que invites a nadie a mi casa- me grito haciendo que me tense, pero nunca agacho la cabeza ante el, y es lo que más le molesta.

-Que está pasando? Que son estos gritos? Por Dios- dice mi mamá bajando las escaleras

-Pasa que tu mocosa tenía una fiesta armada en MI casa- vuelve a gritar Samuel

-Si yo le di permiso, es su cumpleaños Samuel por dios tranquilízate- le dice Rosario enojada

-Samuel no vuelve a pasar no te preocupes- le dije sería

-No claro que no vuelve a pasar, por que no van a quedar ganas- dice Samuel antes de darme una bofetada tan fuerte que me tiro al piso

-Helena!!!- grita mi mamá corriendo hacia mi -Es que estás loco o que te pasa? Como te atreves Samuel?!!!- dice mi mamá levantándome del piso

Yo me paré tocándome la mejilla por el ardor, pero de nuevo, nunca baje la cabeza.

-No te van a quedar ganas de hacer tus chistecitos de nuevo escuincla- dice Samuel antes de irse

-Mi niña, estás bien?, mi amor? Estas bien?- me dice mi mamá acariciando mi cabeza

-Estoy bien mamá no te preocupes- dije antes de irme a mi cuarto y quedarme dormida.


A mitad de la noche me encontraba profundamente dormida, cuando siento como empiezan a sacudir, haciendo que me despierte.

-Gunter? Que quieres?- dije tallándome los ojos

-Cámbiate, ya tengo tus maletas listas, apúrate y no hagas preguntas- me dice susurrando antes de salir de mi cuarto

Hago lo que me pide y me cambio con la ropa que está en la cama, volteo a ver mi cuarto y veo que está casi vacío. Tomó mi bolso y salgo de la casa, para ver a mi mamá y a Gunter en una camioneta.

-Mamá que está pasando?- dije acercándome a ella

-Nos vamos de este infierno mi amor, tú y yo juntas como siempre- me dice acariciando mi mejilla

Nos subimos al carros y no volteamos hacia atrás.

Pasión De Gavilanes (Leon Reyes)Where stories live. Discover now