— No estamos en la calle, esto es un parque.
— Da lo mismo, pueden secuestrarte.
— ¿Secuestrarme? — ladeo la cabeza — ¿Y a ti no?
— No — respondió con seguridad —, yo sé defenderme.
El rubio lo miró de arriba a abajo antes de hablar — Eres tonto — sentenció.
— ¡¿Qué?!
— No podrías defenderte de un adulto, eres muy pequeño.
— ¡Somos de la misma altura! — replicó ofendido.
Cuando el niño saltó de su columpio y la iluminación dio mejor a su rostro pudo comprobar que sus ojos eran verdes.
— Cierto — confirmó tallando con su mano ambas cabezas cuando estuvo frente suyo —. Entonces ya no me secuestraran, tampoco a ti, porque ya no estamos solos.
Koko parpadeó incrédulo ante la simpleza del niño.
— ¡Ese no es el punto! yo solo decía que no debes andar solo por la noche.
— Ya no estoy solo, ahora estoy contigo — lo miraba como si fuera un gato que acababa de recoger de la calle.
— Ni siquiera te conozco. No somos nada.
— Bueno — colocó ambos brazos tras de su cuello —, seamos amigos.
— Estás loco.
— ¿Quieres más? Entonces, seamos mejores amigos. Soy Inui Seishu ¿tú?
Koko no podía creer su suerte, acababa de llegar y ya tiene un autoproclamado mejor amigo.
— Kokonoi Hajime — respondió aceptando su destino.
— Bien, Koko, mejor amigo ¿me ayudas a encontrar mi casa? me perdí.
— Acabo de mudarme, Inupi — su lengua se trabo —, perdón, Inui.
— Déjalo en Inupi, me gusta. Si acabas de mudarte estamos en problemas, tendremos que caminar hasta que encuentre mi casa — concluyó encogiéndose de hombros.
— ¿No sería mejor esperar en un punto fijo?
Seishu tomó su mano entre la suya con total confianza y comenzó a caminar antes de responder.
— En las películas de zombies dicen que es mejor mantenerse en movimiento.
— Inupi — objetó pero no se detuvo — los zombies no existen.
— ¿Ah no? — Seishu parecía genuinamente descolocado — ¿Igual que Santa Claus?
— No, él sí existe, deja regalos que fabrica él mismo, es un empresario inmortal, Santa sí existe.
Seishu lo miró con pena.
— Santa no existe, Koko, son tus padres quienes dejan los regalos.
— ¡No es cierto! ¿Y a dónde vamos? — intentó mostrarse valiente pero su mirada saltaba de un edificio a otro sin reconocer su entorno — Estamos más perdidos que al principio.
— No te asustes, Koko, estamos juntos ¿recuerdas? Nada malo pasará mientras no sueltes mi mano.
Durante la otra media hora que tardaron en encontrar su casa (para darse cuenta que vivían a tres casas de distancia), no soltó su mano ni por un segundo.
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Para el tercer viernes en la biblioteca, Koko ya no tiene excusas.
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Somewhere only we know | Kokonui
FanfictionKokonoi Hajime está listo para morir. Pero cuando el final está cerca, los corazones cansados buscan un lugar para descansar, buscan su lugar. ♦ Kokonui ♦ Angst ♦ Línea temporal de Bonten ♦ Los personajes no me pertenecen Esta historia está publicad...
3. The Night We Met
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