❦Entre libros❦

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Kim JiSoo siempre ha llamado la atención de todos, tanto de chicos como chicas. Y no, aquello no es mentira ni exageración, todos en el instituto conocían a JiSoo, ya sea por su etérea belleza, o por su cándida y llamativa personalidad... Aunque, por desdicha de Kim TaeHyung y de ella igual, la mayoría de veces era por la primera.

Y es que, por más que los estudiantes recién ingresados no conozcan su nombre, con sólo preguntar a cualquier sunbae por “la linda pelirroja de labios acorazonados”, descubrían fácilmente su identidad y los lugares que suele frecuentar, cosa que no es un gran misterio, pues siendo ella la encargada del club de literatura, siempre la encontraban donde sea que haya libros, buena música y... Oh, claro, donde sea que esté Kim TaeHyung, el presidente del club de fotografía y rey del Polo Norte.

Para muchos chicos y unas cuantas chicas, él era una piedra en su camino, pues parecía ser la sombra eterna de JiSoo, y cualquiera que se le quería acercar a ella con intensiones alejadas del ámbito académico, era espantado con solo una mirada suya. Algunos no entendían cómo era posible que JiSoo y él convivieran tan bien, siendo algo muy diferentes, y aunque la idea de que ambos eran novios era muy sonada, nunca se les vio de forma comprometedora.

Y eso era suficiente para que todos mantuvieran sus esperanzas, por lo que allí, metido justo allí, se encontraba el joven Jeon JungKook, un tímido estudiante de artes que no había podido evitar caer en los encantos de la bonita pelirroja.

—¡Ah, lo detesto tanto!— exclamó, haciendo que Jimin diera un saltito del susto.

—Hey, cálmate un poco, los casilleros no tienen la culpa de que seas un inútil al hablar con mujeres.— JungKook, al escuchar aquello, se encogió de hombros avergonzado, mientras sentía sus mejillas arder. No había sido su culpa decirle el día de ayer: “Tome, flores-sunbaenim, un ramo de JiSoo”. La expresión gélida y amargada de TaeHyung le había asustando tanto, que por eso de sus labios salió tal estupidez.

—No es con todas las mujeres... Sólo es con ella.— trató de defenderse, pero la mirada incrédula de Jimin solo causó que su rostro se pintara aún más de carmín.

—Vamos, sólo háblale y ya.

—Sí le hablo, pero...

—¿Pero...?

—Pero cada que estamos a punto de entablar una conversación más larga y amena, llega TaeHyung-sunbae con esos ojos de hielo y me hace sentir pequeño.

—¿Pero qué demonios? JungKook, tú eres el increíble Hulk a su lado.— dijo Jimin, tomándolo por los hombros y queriendo hacerle entrar en razón.

JungKook suelta una débil risita avergonzada, mientras su carita no dejaba de arder.

—Es que... Me da pena, y no me gusta pelear.— dijo, haciendo que Jimin quisiera golpearse la cabeza contra la pared. Genial, su amigo era un conejito adorable, pero con músculos, cosa que no ayudaba para nada.

—Bueno, si le vemos el lado positivo, dudo que a bonita-sunbaenim le gusten los chicos busca pleitos, ¡Felicidades, tienes un punto a tu favor!

—Ah, de verdad estoy jodido...— murmuró, hundiendo su carita entre sus manos con pena y pensando en JiSoo y su bonita sonrisa de corazón. Pensando en esa dulce expresión que lo enamoró casi al instante, cuando ella se le acercó, ofreciéndole unirse al club de literatura después de haberlo visto varios días visitar la biblioteca.

—Hey, tranquilo, Kook. Mira, ellos dos no son novios ni nada por el estilo, además, no es culpa de TaeHyung tener un rostro así de amargado.— calma Jimin, dejando suaves palmaditas en su espalda.

Entre libros [TaeSoo/KookSoo]Where stories live. Discover now