CAPITULO 1

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Scarlett.

Hoy se cumple un año del fallecimiento de papá, y siento como si hubiese muerto hace unas horas. Aún tengo el corazón arrugado de solo recordar su voz y sus abrazos, a pesar de que solía estar muy poco en casa siempre se encargó de regalarnos tiempo de calidad a mi madre y a mí.

El cielo parece triste, o tal vez al sentir todo esto me hace verlo así, los minutos pasan muy lentos y la manija del reloj de mi mano parece haberse detenido. Solté los globos que sostenía con mi mano para dejarlos ir al cielo, había muchas personas aquí, en el cementerio, el pasto verde y mojado, recién podado. La nariz me ardía y comenzaba a lucir roja, la alergia otra vez aquí, atacándome.

—Me pregunto si algún día encontrarán a los asesinos de mi padre, como es que ¿por un maldito reloj acabaron con su vida? —A pesar de que tenía a su mama a su lado, ella no había logrado escuchar sus palabras ya que no dejaba de llorar.

Le ayudé a limpiar su nariz un poco y a calmarla, detesto verla así, a veces deseaba que ella lograra encontrar a alguien para ella; alguien con quien pudiera ayudarle a calmar el dolor de la ausencia de mi padre.

Mi padre era un relojero, con el paso del tiempo se convirtió en el hombre de los relojes, creó una empresa de reloj importados y también creados por él, solo que llegó al punto de no fabricarlos él sino sus empleados... a través de todo ese proceso de crecimiento que tuvo, creció mucha envidia y un peligro, todos han querido conocer sus materiales, de dónde salen esos relojes tan de buena calidad y la originalidad de sus modelos. De hecho, el que tengo ahora mismo tiene más de siete años conmigo, lo diseñó mi mamá y lo creó mi papá. Miré una vez más el nombre de mi padre sobre la pieza de mármol, y una gota de lagrima se deslizó sobre mi mejilla.

Como te extraño.

Tal vez se preguntarán que pasó con él, o posiblemente con el breve resumen entienden qué pudo pasar. Mi padre era un hombre muy reconocido, hacia negocio con muchas personas, pero nunca dejó que nadie fuera su socio, decía que no quería que yo tuviera que compartir algo con alguien más o intenten quitármelo... la historia que me contó mi madre fue esa, o la que yo siempre escuché porque la verdad fue todo muy confuso para mí, días después de cumplir quince años, ¿entienden eso? Yo no sabía que mi papá era el hombre de los relojes, solo sabía que el hacia lo que tanto le gustaba... hasta que un día, recibimos una llamada de que mi papá había sido atentado saliendo de la empresa, se llevaron su reloj ¿en serio? Asesinar a alguien por eso... tal vez, no quiso entregarlo por el sentimiento que le daba ya que había sido su primer reloj fabricado por él.

Desde la muerte de papá nos hemos encargado que caiga todo el peso de la ley contra esos asesinos y digo esos porque en las cámaras aparecieron varios hombres, ninguno para identificar por cómo se cubrieron, pero anhelo algún día verlos tras las rejas.

—Gracias, Scar. ¿Quieres irte ya? —Interrumpió mi mamá, así que asentí automáticamente, de inmediato, Marie, mi mamá llama al chofer para que busque el auto y ellas pudieran marcharse.

Muy de cerca comenzó a sonar el teléfono de mamá, por lo que reaccioné viendo su pantalla al sacar el celular, lo que este decía era número desconocido, lo extraño es que hace unos minutos también estaba recibiendo esas mismas llamadas. Raro. A ella no suelen hacerle ese tipo de llamadas.

|...|

Los meses transcurrieron, las vacaciones terminaron, y todo parecía muy normal. Mamá se encargó de hacer todo lo de mi padre, muchas veces salía muy temprano, el sol ni siquiera había salido. Cosas como esas nunca la entendí, hoy es mi regreso a clases así que me encuentro organizando algunas cajas que teníamos en el sótano que por cuestión de pereza no me había dignado a ordenar. Son cajas que mi mamá suele sacar anualmente para regalar o botar y de todo eso yo reviso que no haya nada que yo no quiera desechar.

JUPITERWhere stories live. Discover now