—¿¡Somos los primeros!? —Arturo se apresuró a preguntar cuando Larissa se acercó a ellos.

—¡Claro! Vean como aún están las otras tres estatuillas ahí esperando, tomaron un gran riesgo para esta ventaja, pero los felicito por ser los primeros, ¿cómo se sienten? —Larissa les explicaba y se le veía emocionada, pero al mismo tiempo nerviosa por el riesgo que tomó el equipo que ni siquiera ellos mismos lo habían pensado muy bien.

—¡Eso, equipo! —Linda festejó.

—¿Listos para las confesiones? Quizá esta sea la última confesión para uno de ustedes... —Larissa les indicó a todos a donde ir para tener privacidad y hacer su confesión.

—Estoy tan contenta de ser de los primeros equipos en ganar una estatuilla. —Isis fue la primera en iniciar la suya, los demás aún reflexionaban en que decir, pero ella era más natural—. Y pronto me tocará cocinar por primera vez para mi equipo, no había podido por todo el asunto del avión, ya platiqué con Linda sobre qué cocinar.

—Yo sabía que mi liderazgo nos llevaría a la victoria y estoy segura de que seremos los primeros en terminar todo el recorrido, amo a mi equipo. —Fue todo lo que se le ocurrió a Linda para decir en la confesión. En realidad, quería terminar ya todo y poder platicar con su amigo Carlos. De todas maneras, ella se encargó de dejar varias confesiones durante el viaje en su celular.

—No puedo creer que estemos aquí en verdad, sabía que seríamos de los primeros en llegar, pero las risas no faltaron, qué vergüenza cuando me estaba ahogando y no me salían las palabras por estar corriendo. —Arturo seguía intentando hacer reír a todos.

—Si les soy sincera, tengo mucho miedo por las eliminaciones, Arturo ayudó moviéndonos en el aeropuerto y Linda liderando. Isis pronto para la cocina, pero yo no he hecho mucho... —dijo Luz preocupada.

Los cuatro se fueron a un hotel que Arturo encontró revisando el mapa e Isis ya estaba cocinando, ella había ido temprano junto con Linda a comprar todo.

De pronto se escuchó el timbre y Luz se apresuró a ir a abrir.

—¡Hola! ¿Me invitan a cenar? —Larissa Drake hacía su entrada, detrás de ella venía una camarógrafa.

—Pasa, pasa. —Luz se hizo a un lado y la dejo pasar.

—Solo vengo a conversar con ustedes en lo que llega el sobre con la eliminación, ¿vale? —guiñó su ojo derecho—. En cosa de nada los dejamos seguir con la cena y quizá tengan un plato extra.

Los cuatro rieron y siguieron con lo que hacían, solo de repente Larissa interrumpía y hablaba con ellos. Pronto le llegó el turno a Arturo.

—¡Arturo! Mi chico, ¿cómo estás? —Larissa llegó muy amigable con él.

—Bien, bien, ¿y tú? —Se puso nervioso, Larissa de cerca le parecía muy bonita.

—Bien, gracias, guapo, pero dime, ¿por qué has escogido viajar en avión tan pronto? —Larissa estaba a punto de darle una muy mala noticia.

—Pues por la ventaja, la necesitamos, para así ganar, estoy seguro de que nos iremos a casa con el millón. —Arturo tenía mucha confianza, en ese momento el payaso no estaba.

—Pero en tu mapa, ¿viste que para las próximas estatuillas tienes que cruzar por el océano? ¿Llegarán a tiempo en barco? —Las demás chicas escucharon y lo voltearon a ver.

—Bueno, sí.

—¡Ay! El sobre de la verdad —dijo y se paró a recibir el sobre que traía su asistente.

Los camarógrafos acomodaron a los cuatro chicos en la sala, justo en el sillón más largo, y Larissa se sentó en el sillón pequeño frente a ellos.

—Bueno, chicos. Todos han sido magníficos, claro que ha habido peleas, malas decisiones, algunos no han ayudado mucho... —Larissa pasaba su mirada por todos ellos—. Y el público lo ve todo y han votado por uno de ustedes para abandonar la competencia, ¿listos?

La cruzada del millón.Where stories live. Discover now