𝐆𝐢𝐆𝐢

ฅ 02 ฅ

8:13 am.

El sol apenas se colaba por la ventana cuando la alarma sonó a un costado de la cama.

Con pereza Jimin estendió su brazo buscando apagarla.
Su mente se puso en orden cuando apenas abrió sus ojos, recordando la noche anterior. De golpe recordó todo.

Con duda levantó la sábana que cubría su cadera y piernas al sentir algo peludo y cálido, encontrándose con una imagen bastante tierna.

Un pequeño gatito abrazando su cadera, encajando sus garritas en el mayor.

Se supone que lo que había visto ayer era un bebé no un gatito.

Confundido sostuvo al minino en sus manos, notando que apenas abría sus ojitos bostezando y ronroneando al sentir las caricias del rubio.

-Acaso serás...- una duda invadió su mente y razón. Eso significaba ir al doctor o al veterinario?

...

Ya estaba listo para salir e ir al doctor cuando un ruido provino del cuarto.
A pasos lentos y cuidadosos llegó a la habitación.

Si que Jimin tenía que lidiar con bastantes cosas porque ahora el gato ya no era gato.

Ahora se encontraba el bebé sobre la cama llorando.

-Ahí no es cierto, ahora eres tú otra vez- se acercó al bebé para tomarlo entre sus brazos.

-Eres muy travieso chiquitín- acariciaba la cabecita del pequeño.

Hasta después de una hora todo marchaba bien, el bebé seguía siendo bebé .
Es decir, no había cambiado a forma gatuna.

El rubio vestía un abrigo ya que por las mañanas las temperaturas eran bajas.
Y entre sus brazos viajaba aquel bebé peculiar.

Un gorrito amarillo que tapaba bien sus orejitas de gato y una mantita que lo cubría del frío.

Por la calles caminaba con tranquilidad viendo las tiendas de ropa o de comida, pensaba en que sería bueno comer el día de hoy.

Cuando el bebé comenzó a llorar, supuso que tenía hambre.

Salvación!

En frente de ellos estaba una tienda de accesorios para bebés, tal vez podría encontrar esas cosas que se llaman biberones para alimentar al bebé.

Satisfacción se podría describir lo que esa imagen transmitía, un bebé entre sus brazos siendo alimentado con el biberón.

Los hipidos que daba el bebé al alimentarse.

...

-Park Jimin- anunció la enfermera -lo espera el doctor adentro joven-.
El rubio se levantó del aciento para seguir a la enfermera hasta el consultorio.

-Buenos días. Jimin, verdad?- saludó el doctor al recibir al rubio.

-Sí, soy yo. Buenos días doctor- tomó asiento.

-Que te trae por aquí. Viendo las circunstancias estás en la etapa de ser papá, no es así?- sonrió al ver el bultito que cargaba Jimin entre sus brazos.

-Es algo confuso de explicar doctor- se acomodó mejor en el aciento, dispuesto a explicar todo.

-Ayer por la noche lo dejaron a la puerta de mi casa y por un momento creí que era un bebé- explicaba detalladamente todo lo ocurrido.

-Dejame verlo, tráelo hacia acá por favor. Haremos una revisión al pequeño- amablemente pidió el doctor.

-Pero eso no es lo importante doctor... esto es algo extraño- musitó no tan seguro de sí mismo -como verá...- aún con miedo, quitó el gorrito al bebé dejando salir sus orejitas.