𝑴𝒂𝒔𝒕𝒆𝒓 𝒐𝒇 𝑷𝒖𝒑𝒑𝒆𝒕𝒔 [𝑺𝒕𝒆𝒅𝒅𝒊𝒆]

☬ [ᴡᴇʟᴄᴏᴍᴇ ᴛᴏ ᴍɪꜱꜱᴏᴜʀɪ] ☬

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Invierno de 1986

-Vamos, ¿Piensas seguir teniendo esa cara larga en época decembrinas?- preguntó Robin mientras yo me encontraba recargando mi mejilla sobre mi mano y miraba la puerta. -Por más que la mires, él no va a entrar por ahí- hizo una mueca y se posicionó a un lado mío para sobar mi hombro con calidez.

- ¿Cómo te sentirías si un día Vickie se vuelve vampiro, luego pierde la memoria y para terminar tiene que huir del lugar donde vive porque todo el pueblo siguen pensando que mató a tres personas?- pregunté sin dejar de mirar la puerta.

-Bueno, creo que me volvería completamente loca.

-Pues así me siento yo.

-Steve, aunque lo queramos, sólo un milagro lograría que Munson te recuerde y que quizás piense en volver a amarte- la miré aún sosteniendo mi rostro en mi mano.

-Eres la mejor amiga que el universo pudo haberme regalado.

-Espera ¿Eso fue sarcasmo?

-Olvídalo Rob- dije levantándome del asiento para estirarme un poco.

- ¿Fue sarcasmo? Creo que comienzo a reconocer tu sarcasmo.

Rodé los ojos mientras seguía hablando.

-Mira, quizás Eddie no esté por entrar, pero alguien más sí- habló y al mirar la puerta de cristal ví a Henderson.

Se había mudado a Illinois poco después de que Eddie abandonara Hawkins.

Su madre no quería alejarlo tanto de sus amigos, y parecía ser el lugar perfecto, además solía contarme por llamada que la señal ahí era mejor cuando se trataba de hablar con Suzie.

- ¡Henderson!- exclamé y corrimos a abrazarnos. -No sabes cuánto te extrañé- revolví su cabello por encima de su gorra.

Cuando nos separamos él saludó a Robin con un ademán de mano.

-Tengo noticias- habló demasiado sonriente.

- ¿Noticias?- pregunté con confusión. - ¿Qué clase de noticias?

-Digamos que...- habló y de su mochila sacó una carta. -Un pequeño pajarito me dió algo para tí.

-Para... ¿Mí?- Dustin extendió un sobre blanco y yo lo tomé.

De: Eddie "Freak" Munson.

Para: Steve Harrington.

- ¿Qué es esto Dustin?- pregunté mirándolo.

- ¡Sólo ábrelo!- exclamó con emoción en el rostro y obedecí.

-Una carta- dije sacándola y abriéndola.

-Qué listo- susurró Robin mirando a Dustin y yo la miré mal.

- ¡Léela!- apresuró el niño y entonces obedecí.

"Hola, lo sé, es demasiado estúpido comenzar una carta con un "Hola".

Han pasado varios meses desde la última vez que nos vimos, y sinceramente creo que fue un poco doloroso para tí, aún puedo recordar tus ojitos de perrito triste.

Pero no escribo esto para ponerte aún más triste de lo que te dejó mi partida. Sino más bien, vengo a decirte algo que probablemente te alegre y sé que vas a entender:

"A veces ignoramos las cosas que hay a nuestro al rededor sin tomar en cuenta que son las que pueden salvarnos".

Me tensé al leer aquello.