Hermanas de Cristal

Start from the beginning
                                    

—¿Lo ves? no estaré solo, ya pueden irse.

Los hermanos se abrazaron; y después de que Flor les hiciera prometer no revelar la ubicación del reino, los guío a través del bosque de zarzas. Al llegar, dos mujeres salieron de los arbustos apuntándole al grupo con rifles adaptados para matar dioses y otros seres poderosos. Franco se puso instintivamente frente a Carlos, pues era el menor de ellos.

—¿Tienen armas?

—¿Esperabas que defendiéramos el reino con hechizos?

—Para ser honesto...

—No digas nada más.

Frente a ellos, una de las hermanas de cristal bajo su rifle para preguntarle algo a Flor utilizando leguaje de señas.

—Son mis amigos, necesitamos refugio por una noche... —Flor intentó convencer a la chica—. No, no le comentes nada a Shioban... nos iremos antes de que lo noté... Solo es una noche... Te deberé un favor...

Esto último pareció convencerla, los guiaron a un edificio cerca del muro que rodea al pequeño reino. Subieron a un elevador que los llevo a uno de los pisos más altos. El grupo entro al piso, mientras Flor se retrasaba para hablar con la chica sorda.

—Dice que tenemos este piso para nosotros, no debemos salir —Les explico, cerrando el elevador con un hechizo—. Estamos aquí para tomar un baño, alimentarnos y dormir. Nada más.

Se dividieron en grupos de cuatro y durmieron en las literas que encontraron en los cuartos. Esa noche la mayoría de ellos pudo conciliar un sueño satisfactorio por primera vez en meses.

∆   ∆   ∆

Marcus miraba por la ventana el cielo crepuscular. Los tonos verdosos y azulados iluminaban tenuemente el bosque, sentía que podría morir ahí y seria feliz. Volteo a ver al pasillo cuando escucho los pasos de Marcio.

—¿Despertaste temprano o no dormiste?

—No pude dormir, ¿Y tú?

Marcus negó.

—A veces a la mitad de la noche pienso en mi hermano. Siempre fui el débil, creo que aún lo sigo siendo. —Contó Marcio mirando el mismo cielo crepuscular que Marcus observaba segundos antes—. ¿Alguna vez me viste llorar por él?

—No realmente, aunque tampoco es como que te haya puesto demasiada atención. —Confesó Marcus con una pequeña risa.

—¿Crees que te sucedería?—Pregunto de la nada.— Si perdieras a Martha, ¿Crees que podrías llorar?

Marcus se enserió. La posible muerte de Martha era un pensamiento que siempre lo torturaba en las largas jornadas de trabajo como el barquero del Aqueronte. Siempre temía que la siguiente alma que llevara al infierno fuera la de Martha. Esperaba no seguir vivo cuando Martha cruzara el rio, así él no tendría que llevar a su hermana a la tortura eterna.

—No sé si lloraría, pero sé que me culparía —Respondió sin despegar los ojos de la ventana—. Incluso si no fuera mi culpa, sé que lo haría.

—Ah sí, te entiendo, hermano. —Dijo Carlos al otro lado de Marcus.

Ambos voltearon a ver al adolescente. Habían creído que estaban solos en la nave.

—Estaba dormido cuando llegamos y ustedes simplemente se olvidaron de mi existencia —Respondió a la pregunta silenciosa metiendo las manos en la bolsa del suéter e inflando un chicle.

—Te hiciste invisible y regresaste aquí, ¿No es cierto?

—Si —La burbuja de chicle exploto.

—Vamos, es hora de irnos. —Dijo saliendo de la nave seguido de los otros dos elegidos.

Caminaron al asentamiento de las Hermanas de Cristal, siendo guiados por Carlos, quien había hecho el recorrido dos veces. Al llegar, Cali —quien reconocía a Carlos— los dejo pasar golpeando a Marcus en la cabeza al pasar.

—Solo te está marcando. Te permitirá entrar a esta y a otras bases.

Siguieron directo al edificio en el que se encontraban los demás elegidos. Entraron al edificio, con dos hermanas de cristal, una de ellas era un demonio y la otra un fantasma. Marcus decidió externar sus dudas.

—No sabía que los muertos podían ser parte de la secta.

Marcio le dio un codazo en el estómago. Y Carlos se disculpó por él, mientras Marcio le tapaba la boca a Marcus. Se bajaron del ascensor en cuanto las puertas se abrieron.

—Suéltame. —Grito Marcus alejándose de Marcio y tropezando con una mesa.

—Marcus, ¿Qué sucede?, ¿Peleas de nuevo con un adolescente?

—No lo menciones como si pasara frecuentemente —Respondió Marcus levantándose.

—No lo hago.

—Como sea, debemos irnos. Tomen sus cosas.

Se alistaron y se pusieron en fila frente al ascensor, esperando a que se abriera. Todos entraron, la mayoría en parejas, las mismas que la profecía hizo posibles. Marcus fue el último en entrar, dejando a Martha en la entrada.

—Tessa. ¿No vendrás?

—Lo mejor es que me quede aquí donde no puedo dañar a nadie. —Dijo Tessa, y Lizzie corrió a abrazarla. —Lizzie y yo lo hablamos anoche, ella se quedara aquí conmigo, así no les estorbara en la batalla final.

—Tessa...

—Váyanse, si nos necesitan saben dónde encontrarnos. —Tessa y Lizzie se despidieron con la mano mientras las puertas del ascensor se cerraba.

Subieron a la nave y Marcus, con ayuda de Tarquín, despegaron la nave.

—¿Y cómo te ha ido con tu enamorado? —Pregunto Tarquín activando el piloto automático una vez Marcus hubo marcado la trayectoria.

—No es mi enamorado y las cosas no resultaron. Tal vez no le gusten los hombres o simplemente no soy su tipo.

—Eres un hombre atractivo con un tierno corazón, no te rindas.

Marcus desactivo el piloto automático. Y señalo los controles sobre Tarquín.

—Desactiva la gravedad en las salas comunes y la del generador. Necesitamos ahorrar energía. —Le dijo Marcus pilotando la nave que había pertenecido a su padre.

—¿Sabes? Nunca me has contado la historia de cómo murieron tus padres. Me disculpo si aún te duele.

—No, está bien. —Respondió Marcus activando el piloto automático por quinta vez—. Martha y yo estábamos...

Frente a ellos apareció una deidad de fuego, era Keith, en su forma original, con tres cabezas y ocho brazos. El dios Sol blandió su espada, partiendo la nave a la mitad, dejándolos sin oportunidad de escapar. Marcus sintió como el aire espacial se colaba en sus pulmones, ahogándolo.

______________________________________________________________
Alguien dígale a wattpad que deje de fallar

GUARDIANES | LA OSCURIDAD: FASE 1, PLUTONWhere stories live. Discover now