𝕮𝚞𝚛𝚜𝚎𝚍 [Actualizándose sólo en Inkitt]

10. Érase la búsqueda de un oficio [*]

Él suspira decepcionado por la pregunta.

―Pura baba sigue creciendo por doquier, me temo, aunque he oído que la sobrepoblación de slime se debe a que hubo hace unas semanas una guerrilla y provocó un traslado masivo de hábitat.

En parte es normal, ya que los slime pueden vivir donde sea y, dependiendo de su alimentación, pueden cambiar su elemento y color exterior.

―Entiendo... ―murmuro, yo también decepcionado por saber esa información―. ¿Sigue vivo todavía nuestra mascota provisional? ―Él asiente y, durante unos instantes, aparece y desaparece para así sacar una caja de madera con algo verdoso dentro. Es un Slime―. Si sigue siendo tan resistente, algo me dice que crearemos algo raro.

―Es usted muy interesante, señor.

No respondo a ello, sólo me doy la vuelta y me voy directo al río para lavarme primero la cara, seguido del cuerpo para quitarme el sudor causado por el verano y el haber tenido a una bestia lleno de pelo blanco y negro ejerciendo de manta. Es un baño breve, en solitario, sin siquiera molestarme en pensar nada porque todavía tengo cosas que hacer.

Una vez termino el baño me largo al otro lado del río, viendo pasar perezosamente el amanecer, para ir matando slimes con bastante molestia al destrozar sus núcleos a base de golpes o, cuando me aburro, a punta de estaca saliendo del suelo. Nunca terminan, están por todos lados. Lo que me resulta inusual es que ni siquiera haya encontrado un triste goblin desde que salimos al exterior, que es la criatura más debilucha y facilona que suelen aparecen en animes, videojuegos o mangas.

Slime aquí y allá, de todos los colores, pero igual de débiles porque con romperle el núcleo del cuerpo era suficiente. Además, ninguno es lo bastante rápido para reaccionar y atacarme, ya que de un golpe mueren. Es tristísimo.

Estoy seguro que, si nos hubiéramos vuelto a la entrada de la montaña, seguramente hubiera salido mucho más fuerte de lo que soy ahora. Pero lamentarse de ello ya no vale la pena, y poco a poco estoy consiguiendo mis habilidades de un modo diferente. Supongo que no todo es malo.

Algo que descubrí durante el tiempo estudiando slimes ―algo súper aburrido porque no hacen nada interesante―, era que algunos adquirían colores dependiendo de su comida favorita ―hierba, basura, agua, hojas, madera, piedras... todo podían tragárselo―. El común era un tono amarronado debido a la ingesta de tierra, pero si le dejabas a uno de ellos un gran montículo de hierba y hojas, tomaba un tono verdoso.

También aprendí que los slimes pueden manejar magia elemental, pero creo que son muy tontos o muy vagos para utilizarlo en combate. Lo único bueno es que, cuando me los como, mi porcentaje de magia de creación aumenta. Por supuesto que no mucho, sólo un 0.001% por slime que me como, lo cual es patético.

Por otro lado, Sabio me dio un pequeño brillo de esperanza de que la parte "ofensiva" de mi siguiera siendo nula. Obviamente como mago o guerrero no voy a seguir, por mucho que blanda una espada, una lanza, un escudo o emplee un bastón. Sabio soltaba frases de mierda como: «Oficio no adquirido» o «Incompatible con cuerpo actual», lo que me agriaba un poco.

Sin embargo, aprender oficios orientados a la creación al cultivo, no demoraban absolutamente nada. El trato con las bestias que regentaban esos lugares no era estrictamente mala, y me regalaban recetas de novato para aprender por mí mismo: El uso del martillo como arma se debió a la habilidad «herrería»; la creación de pociones básicas y algunas de ácido (sumado a libros infantiles de elementos) eran gracias a la «alquimia» que ya tenía pero que Sabio se encargó de aprender por mí y permitirme usar únicamente magia básica; la «sastrería» no tenía nada que ver con la habilidad «costura», pues mientras que la segunda estaba orientada a la ropa, la primera me permitía utilizar agujas como armas (envenenarlas, por ejemplo); finalmente el oficio de «granjero» fue mi última adquisición que me permitió usar la horca como un arma parecida a una lanza o un tridente, pero en mi opinión era algo bastante interesante porque me garantizaba un poco de distancia.