A mis jardines has venido,
buscando de entre sus frondas
la tierna dulzura que no has recibido;
Pétalo ligero de tenues ondas.
Caminas tierna por sus senderos,
silenciosa y de dócil armonía,
dulzura fragante, que presentía
pretendiendo flores de mis canteros.
Buscando el mismo amor divino,
que niegas y mezquinas,
la bella dulzura no es tu destino,
más del rosal solo perfume y espinas.
Conozco de tu sencilla ligereza,
el sentimiento egoísta de tu corazón.
Pobre pétalo sin compasión,
vacía es tu alma de toda entereza.
Sencaelum... D. A. A.