4. 𝙏𝙝𝙚 𝙨𝙖𝙪𝙣𝙖 𝙩𝙚𝙨𝙩

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—Eh, detrás de ti.— Volteó rápidamente su cabeza, encontrándose a una chica en frente suya.

—Hola.— Dijo Eleven. Billy amenazó con atacarla, pero fue empujado por sus poderes, golpeándose contra la pared detrás suya, cayendo al suelo abruptamente .

—Ahora!— Gritó Mike. Los chicos salieron rápidamente de la habitación en la que se escondían. Mike pasó una barra de metal por la puerta y Raven la ató con cadenas y cerró el candado, dejando a Billy completamente encerrado dentro, mientras golpeaba la puerta con fuerza, intentando liberarse.

El grupo se posicionó detrás de Eleven, quien los protegería en caso de que algo saliera mal.

—Max...— Susurró, clavando su mirada en ella. Raven entrelazó su mano con la de Max, asintiendo y dándole a entender que nada pasaría.

—Hazlo.— Dijo, sin dejar de mirar a su hermanastro. Will corrió hacia el termostato, aumentando al máximo la temperatura.

—Max! Sácame de aquí!— Billy gritaba mientras seguía golpeando la puerta, sin éxito. —A vosotros... esto os hace gracia? Os lo tomáis como una broma, eh?— Escupió con rabia el cristal. —Os hace gracia, cabrones?— Los chicos estaban completamente asustados, sin saber que hacer.

—Abrid la puerta! Abrid la puta puerta!— Billy cayó al suelo, soltando grandes alardeos de dolor. Will comprobó rápidamente la temperatura de la sauna.

—Estamos a 105 grados.

Sollozos comenzaron a escucharse dentro de la sauna. Hargrove estaba retorciéndose de dolor. —No es culpa mía. Max, te prometo que no es culpa mía!— Gritó, casi suplicando, mientras se arrastraba por el suelo.

Max dejó la mano de Raven, acercándose lentamente. —Qué no es culpa tuya Billy?— A medida que se acercaba, veía la imagen de su hermanastro de rodillas, derramando lágrimas.

—He hecho cosas Max.— Sus palabras apenas salían de su boca, que sus manos temblaban. —Cosas horribles.— Susurró.
—Yo no quería hacerlo. Él me obligó.— Un escalofrío recorrió todo el cuerpo de Raven.

—Quién te obligó a hacerlo?— Preguntó Max, aguantando las ganas de llorar. Ver a su hermano de esa manera le rompía el corazón.

—No lo sé, es como una sombra... una sombra gigante. Por favor, Max.— Su voz se rompió.

—Que te obligó a hacer?

—No es culpa mía! Max, por favor!— Billy se dejó caer, apoyando su cabeza sobre el banco de madera. —Créeme por favor! Intenté detenerlo, de verdad!

—Billy, todo va a estar bien. Queremos ayudarte.— Max posó una de sus manos sobre el cristal. Raven notó como había empezado a derramar lágrimas y se sintió terriblemente mal. Pero todo eso desapareció cuando notó que el cuerpo le comenzaba a arder, de una manera descomunal. —Solo tienes que hablar con nosotros Billy.— Siguió diciendo. Will llevó la mano a su cuello, dirigiendo su mirada a Raven, quien ya lo miraba llena de terror.

—Lo noto, se ha activado.— Susurró, casi inaudible, solo Mike pudo escucharlo.

—Max, aléjate de la puerta.— Dijo Raven, sintiendo como el ardor aumentaba. La pelirroja puso una cara de confusión.

—Qué?

—Aléjate de la puta puerta!— Gritó, corriendo hacia ella. Billy rompió el cristal, haciendo que Max se tapara con sus brazos, soltando gritos. Raven la protegió con su cuerpo, mientras varios cristales cortaban pequeños lados de su cara y algunos se incrustaban en su espalda.

—Sacarme de aquí, hijas de puta! Os voy a destripar!— Gritó, mientras intentaba forzar la puerta, sacando la enorme barra de metal que le impedía salir.

𝙋𝙀𝙊𝙋𝙇𝙀 𝙒𝘼𝙏𝘾𝙃𝙄𝙉𝙂- 𝙈.𝙈𝙖𝙮𝙛𝙞𝙚𝙡𝙙Where stories live. Discover now