✘T R E I N T A✘

Começar do início
                                    

—Fui un cobarde, lo sé. —sus ojos también estaban empañados. Ambos se sostenían la mirada.— Pero que la ame a ella, no significa que no te ame a ti también. Solo que es un amor distinto.

—¿Nunca me viste como una mujer?

El silencio de él, le dio la respuesta.

—¿Por qué nunca me lo contaste? —preguntó en un hilo de voz.

—No quería que sufrieras.

—Mírame ahora. —exclamó— Estoy experimentando un dolor inmenso. Como ningún otro que hubiera sentido.

—Pero si te lo decían en aquel momento...

Nikol lo interrumpió.

—Si me lo hubieras dicho en aquel momento, mis sentimientos no habrían avanzado tanto. Incluso si ya te quería lo suficiente para que mi corazón se hiciera pedazos, lo hubiera entendido y con el tiempo lo habría superado. No habría desperdiciado tantos años en una relación en la que no me amaban.

El hombre bajó la cabeza, avergonzado. Pensó que lo tenía todo controlado, pero se le había salido de las manos. Era su culpa, él era consciente de ello, pero eso no hacía que doliera menos.

—Ven conmigo. —la chica agarró el bolso y llevó a Zack por el brazo hasta el auto.

—¿Qué haces, Nikol?

—Lo que debería haber hecho desde el inicio, de haberlo sabido.

—No sé de que hablas.

—No intentes entenderme. —inquirió luego de quitarle el seguro a las puertas del auto— Mientras tu das un paso, ya yo di tres.

Zack no hizo más preguntas y se subió en el asiento del copiloto.

Esta había sido la primera pelea que ambos habían tenido desde el día que Hunter, el padre de Nikolina, se había opuesto al matrimonio repentinamente. Ese día, Zack y ella había tenido una fuerte discusión. Él no sabía cuál era la razón del rechazo de su padre luego de que ambas familias lo hubieran hablado durante años, y Nikol no le quería contar.

La chica ya había parado de llorar. Pero aún tenía los ojos rojos e hinchados. Detuvo el auto bajo la luz de la luna. Zack frunció al ceño al notar dónde se encontraban.

—¿Qué hacemos aquí?

Nikol ladeó la cabeza hacia él, sin apartar las manos del volante y le mostró una sonrisa comprensiva.

—Sé lo que estás pensando y tienes razón. Es tu culpa que todo esto haya pasado. —declaró la chica sin apartar los ojos de él— Pero te entiendo.

Zack elevó las cejas, ligeramente sorprendido.

—Todos cometemos errores. Yo no soy perfecta, tú tampoco. El amor nos vuelve idiotas, impulsivos. Si hubiera estado en tu posición, no puedo prometerte que no hubiera hecho lo mismo...

—Nikol...

—Déjame terminar. —exclamó ella— Antes de hablar contigo, ya yo lo sabía.

—¿Qué?

—Volví luego de que Leah me cerrara la puerta en la cara. Necesitaba respuestas. —comenzó a explicar— Alexa me contó la relación que ambos habían tenido y lo vi en sus ojos.

—¿Qué viste? —cuestionó Zack en un tono bajo.

—Lo mismo que vi en tus ojos cuando me dijiste que la amabas.

Una lágrima se deslizó por su mejilla.

—Yo te amo, tú la amas y ella te ama. ¿Quién crees que sobra en la ecuación?

—Tú nunca vas a sobrar. —Zack acercó su mano hacia la mejilla de la chica y le limpió la lágrima. Ella cerró los ojos, concentrada en el tacto.

—Alexa está arriba esperando por ti. —las palabras salieron de su garganta como pedazos de cristal

—¿Qué?

Zack no quería mostrar la emoción que estaba sintiendo, pero Nikol lo notó y, al menos, eso la consoló. No la ama, pero la quiere lo suficiente para no causar más dolor en ella.

—Así que ve arriba y arrodíllate ante ella para pedirle perdón. —su pecho dolía cada vez que hablaba. Solo dios sabía lo mucho que esto le estaba costando.

—No puedo dejarte aquí. Nikol, yo...

—¡Qué te marches! —exclamó y sintió con el nudo en su garganta luchaba por desatarse.— Lo mejor que puedes hacer por mí, es subir esas malditas escaleras y buscar al amor de tu vida.

Nikol le había dado a Zack el empujón que necesitaba para estar con Alexa. Mientras el chico la miraba, se dio cuenta de lo mucho que a ella le dolía. Pero aún así lo había hecho. Era el acto de amor más grande que habían hecho por él. No se lo merecía. No la merecía a ella.

Por eso se bajó del auto y se encaminó hacia el apartamento de su klein. Mientras más rápido él la dejara ir, más rápido ella podía superarlo.

Cuando llegó al cuarto piso, se percató de que la puerta se encontraba entre abierta.

—¿Alexa? —habló mientras cruzaba el umbral lentamente.

La luz del salón era tenue. Percibió la silueta de su chica, sentada en el sofá.

—Mi klein. Lo siento muchísimo. —ella no le hablaba. Debía de estar muy molesta.— Sé que me va a tomar mucho tiempo lograr que me perdones, pero no me voy a rendir. Quiero decirle al mundo que te amo. ¿Un profesor enamorado de una estudiante? ¡Que se jodan! —exclamó en español— Así es como dices tú, ¿cierto?

Silencio.

—Por favor, klein. —se arrodilló ante ella— Perdónam...

En el momento en que su pie rozó el de la chica, la cabeza de Alexa se deslizó hacia un lado, rebotando en el cojín del sofá.

Zack se dejó caer hacia atrás, y sus ojos se abrieron con gran sorpresa. La luz se encendió repentinamente y pudo ver claramente la sangre que cubría el cuerpo de Alexa. Sus ojos inertes, lo miraban. El corte en el cuello era asqueroso de ver y estuvo a punto de vomitar, pero escuchó un sonido tras de él y giró el rostro.

Nikol sonreía desde el umbral de la puerta.

—Cuando te dije que sobraba alguien en la ecuación... ¿qué te hizo pensar que hablaba de mí?

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¡Holiss!

Os dejo unos segundos para que proceséis el final... ¿Ya? jajajaja ¿Qué os pareció este capítulo de Nikol? ¿A qué las apariencias engañan?

Dejenme vuestras teorías por aquí abajo.

Nos vemos en el próximo #MartesDeControl

XOXO Killer Lady

Control: un cuerpo, dos almas©️ [Killer #0]Onde histórias criam vida. Descubra agora