Capitulo 20

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Castigo.

Mia

Me levanto y, ¡Nos estamos moviendo!, miro a Derek, él me mira y sonríe.

— ¿A dónde vamos?

— A tu casa.

Vuelve a fijar la vista en el camino.

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Después de cambiarme de ropa recuerdo de pronto que tengo que dar explicaciones.

— ¿Que voy a decir?

— ¿Sobre...?

— De que me escapé.

— Puedes decir que necesitabas un respiro, pero que nunca pensaste las consecuencias y que no era tu intención preocuparlos.

— Con ellos no es tan fácil, eso no va a servir.

— Lo sé, pero no se me ocurre nada más.

— A mí tampoco.

Me quedo pensando.

— Llegamos.

— ¿Que? — miro a mi alrededor — Ah.

Estaba tan enfrascada en mis pensamientos que no me di cuenta cuando entramos al vecindario, salgo del auto y entro silenciosamente a la casa mientras que Derek se encarga de aparcar el auto donde se debe.

Mi madre está en la cocina bebiendo un vaso de agua y mi padre está con Abby en la sala.

— Hola.

Susurro, pero ellos alcanzan a escuchar.

— ¡Mia! — dicen todos al unísono.

— ¿Dónde te habías metido, Mia Davis?, Abby sube a tu habitación — me reclama mi padre, Abby obedece.

— Ahora no, Jared — se interpone mi madre, cosa que me deja estupefacta.

— ¡No!, ¡No me voy a quedar callado, ella desapareció, no dijo nada y nos dejó preocupados a todos, tú no has parado de llorar por lo culpable que te sentías y peor aún que no sabíamos nada, si estaba bien o no y además de eso también perdí un negocio muy importante!

— Lo siento — susurro, mi madre se acerca y mis lágrimas amenazan con salir.

— ¡¿Lo sientes?!

— Ya basta, Jared.

Mi madre se acerca aún más y me abraza como nunca antes lo había hecho, yo le devuelvo el gesto y ella me aprieta aún más.

— Lo siento tanto, hija.

— Yo también lo siento, mamá.

Subo mi mirada borrosa para ver a mi padre que tiene los ojos encharcados por las lágrimas y dos de ellas bajan lentamente por su rostro, mi madre me suelta y él se acerca para abrazarme.

— Lo siento tanto, hija, no quería que te sintieras culpable, nada es más importante que tú, tus hermanas y tu madre para mí.

— Lo sé, papá, yo también lo siento mucho.

Nos separamos del abrazo.

— Esto no quiere decir que no vayan a haber consecuencias.

— Lo sé — me limpio las lágrimas.

— Estas castigada, no vas a salir, ni a recibir visitas de nadie fuera de la escuela — Derek entra en la casa.

— Entiendo.

Intercambio Alemán ©Where stories live. Discover now