YOUNGJAE.

139 25 12
                                    

Jaebeom se había ido antes de que Youngjae realmente tuviera la oportunidad de mirar al vaso y darse cuenta de qué había escrito en él.

Espero que tu día sea tan bueno como tu trasero.

Youngjae se encontró a sí mismo sonriendo, ignorando la voz en su cabeza gritando que claramente tenía un deseo de muerte, tal vez lo tuvo, no era ningún secreto que Jaebeom era peligroso, un asesino, un hombre que había torturado a incontables hombres, podía decorar un estadio con todas las banderas rojas que Jaebeom había demostrado.

Entró en el apartamento de Youngjae, lo vio dormir dos veces, revisó sus cosas, miró su interminable régimen de medicación, Youngjae debería haberse sentido violado, indignado, enojado y en cambio, se sintió aliviado, no tendría que explicarse ante Jaebeom, ya conocía el profundo y oscuro secreto de Youngjae y no había corrido gritando en dirección contraria.

Porque es un asesino.

Nadie es perfecto, ¿verdad? Youngjae se reía de sus propios pensamientos nihilistas, había pasado la mayor parte de su vida creyendo que sólo había dos lados, el bien y el mal. Blanco y negro. Y todo ese
pensamiento lo había dejado con una falsa sensación de seguridad y un pedazo de vidrio enterrado en su hombro.

Ahora, no estaba seguro en qué creer. Park estaba ahí fuera. Secuestrando, violando y torturando mujeres de las cuales la sociedad se había olvidado, cuando Youngjae había hecho lo correcto, había recurrido a las vías adecuadas, casi lo mataron por sus dificultades. Mujeres perdieron la vida.

¿Qué se supone que debía hacer Youngjae ahora? Cuando una persona había agotado todas las formas legales concebibles para mantener a la sociedad a salvo, ¿qué quedaba excepto personas como Jaebeom? ¿No era mejor matar a un hombre para salvar a cien potenciales víctimas?

Quizás solo estaba racionalizando, tal vez había caído tan bajo que estaba dispuesto a descartar los crímenes de un psicópata vicioso sólo para sentirse normal en su propia piel, extrañaba a la persona que solía ser, seguro, divertido e incluso arrogante. Hace un año, Youngjae pensó que tenía el mundo resuelto hasta que un toque confirmó que era un tonto, ahora, no tenía idea de qué pensar.

Jaebeom era un asesino depravado, que parecía disfrutar torturando a la gente, eero también tenía un estricto código moral y sí, era extrañamente honesto e
inadvertidamente divertido y sexy como el infierno, especialmente cuando había mirado a Youngjae con esa cruda intensidad, como si nadie más en el mundo existiera excepto él.

Pero no importaba cómo lo mirara, Jaebeom era el villano, Batman o no, aun así, el diablo que conocía tenía que ser mejor que el diablo que no conocía, especialmente si ese demonio estaba del lado de Youngjae, aunque odiaba admitirlo, ya había tomado una decisión sobre Jaebeom, dejaría que Jaebeom hiciera lo que quisiera, incluso hasta su propio detrimento.

Ya no había ninguna parte de Youngjae que se sintiera segura en este mundo, Park vendría por él con el pasar del tiempo. No se molestó en ocultar todos los horrores que planeaba infligir a Youngjae por intentar arruinar sus planes. También podría disfrutar de su tiempo en el planeta mientras pudiese.

¿Qué pensaba Jaebeom de Youngjae? Se puso de rodillas y le dijo a Youngjae que lo quería, presionándose a sí mismo un cuchillo en el pecho sólo para estar cerca de él ¿Quería saber la verdad? Miró hacia abajo hacia el vaso que Jaebeom le había traído, uno que había estado entre sus manos, un vaso del cual quizás Youngjae podría obtener una lectura si dejase caer su protección mental.

Youngjae miró hacia el mar de rostros, todos susurraban sobre él, algunos más obviamente que otros, pero ninguno de ellos se atrevía a decirle nada a la cara, no cuando controlaba sus notas en una clase muy necesaria, aun así, estaría loco si bajara la guardia en el aula solo para echar un vistazo a la cabeza de Jaebeom.

FEELS [2JAE] #2Место, где живут истории. Откройте их для себя