Parte uno

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Abrí los ojos, y lo primero que vi fue un techo completamente blanco. Me rasqué los ojos y me erguí en la cama. Me dolía un poco la cabeza y el brazo. Toqué este y vi que lo tenía envuelto en yeso. Toqué mi cabeza y noté que tenía una venda. Miré a mi alrededor y la puerta se abrió, dejándome ver a una chica pelirroja y a otra de pelo negro y rizado. Ambas me miraron, luego se miraron entre ellas y me volvieron a mirar.

-¿Aria? -preguntó la pelirroja. Yo me quedé callada, ¿quién era Aria? Miré a mi alrededor y vi que solo yo estaba en la habitación.

-Aria, ¿estás bien? -preguntó ahora la otra chica.

-¿Es a mi? -pregunté, señalándome. La chica pelirroja miró nerviosamente a la otra, quien llamó al doctor, que apareció por la puerta rápidamente. Sacó una linterna del bolsillo de su bata y me hizo la típica prueba de seguir la luz con los ojos.

-Aria, has estado en coma medio mes. Te atropelló un coche y ahora sufres de amnesia -explicó -, lo siento -dicho esto, salió de la habitación, no sin antes decir que vendrían a hacerme unas pruebas en una media hora.

-Llama a los demás -le dijo la chica de pelo negro a la otra y me miró -. Eh... Aria, yo soy Allison y ella es Lydia -dijo -. Estás en el hospital de Beacon Hills -me quedé callada. No sabía qué decir.

-¿Te acuerdas... de algo? -preguntó Lydia. Yo negué con la cabeza y ellas se miraron, tensas.

-¿Y mis padres? -pregunté con un hilo de voz. Allison miró al suelo, y luego me miró.

-Tus padres... murieron. Vives conmigo. Mis padres te acogieron en nuestra casa -explicó. Sentí como pinchazos en la cabeza. Demasiada información.

Puse las manos en mi cabeza y cerré los ojos. Respiré profundamente. Me acabo de enterar de que me atropelló un coche, de que llevo medio mes en coma, de que ahora que me he despertado tengo amnesia, de que mis padres están muertos y, para colmo, que vivo con unos desconocidos. Bueno, desconocidos ahora. Como todos, supongo.

-Aria, ¿estás bien? ¿Te he agobiado? Lo siento, yo... -empezó a hablar Allison.

-No, no, no. Está bien. Estoy bien. Es solo que he sentido un pequeño dolor de... -unas voces en el pasillo me interrumpieron.

-¡Tenemos que entrar! -escuché una voz masculina. Hubo un pequeño silencio, hasta que una mujer habló.

-Cinco minutos -zanjó.

-Gracias, mamá -escuché una voz diferente a la anterior y empezó a entrar gente a la habitación.

-Aria, ¿cómo estás? -me preguntó un chico moreno.

-Ese brazo no tiene buena pinta -habló otro con lunares en la cara -. ¿Eso de la cabeza es una venda?

-Sí es una venda, ¿estás ciego? -dijo otro con ojos azules que llevaba una bufanda.

-Yo... sí, estoy bien -susurré. ¿Quién era toda esa gente?

-¡Chicos! -les regañó Lydia -Aria no os recuerda.

-¿Qué? -preguntó el de los lunares, sonriendo -Es broma, ¿verdad? -ella negó con la cabeza.

-Amnesia -explicó -. Le tienen que venir a hacer unas pruebas.

Todos se miraron entre sí.

-Pero... ¿no se acuerda... de nada? -preguntó el moreno. Allison negó.

-Nada... ¿de nada? -preguntó el de los lunares.

-Nada de nada -respondió Allison.

-Pues Aria, yo soy Stiles, encantado -me extendió la mano y yo, sonriendo, se la tomé. En cuanto toqué su piel, se me vino a la cabeza un recuerdo.

-¡Aria, no sueltes mi mano ¿vale?! -me gritaba Stiles, apretando la mano con toda la fuerza que podía. Notaba como lágrimas corrían por mi cara. Era miedo.

-¡No voy a aguantar, Stiles! -grité, desesperada -¡Suéltame la mano!

-¡No te pienso soltar la mano!

-¡Pues si no lo haces tú, lo hago yo! -dejé de hacer fuerza sobre su mano. No pensaba dejar que él cayera conmigo.

-¡Aria, cógeme la mano ahora! -gritó, pero era tarde. Yo ya había caído.

-¡ARIA! -gritó Stiles mientras chasqueaba los dedos frente a mis ojos.

-¿Qué? -pregunté tranquila, como si nada.

-¿Estás bien? -preguntó. Yo asentí.

-Sí, es que estaba pensando que me sonaba tu cara -mentí. Él solo asintió sonriendo.

-Yo soy Scott -se presentó el moreno.

-Yo Isaac -dijo el de los ojos azules.

Yo les sonreí, y ellos empezaron a hacerme preguntas sobre mi último recuerdo, pero no conseguía acordarme de nada. Solo había recordado algo cuando toqué a Stiles, aunque, en realidad, solo le había tocado a él. Si tocaba a los demás a lo mejor también conseguía acordarme de algo. Decidí no decirle a ninguno lo de Stiles, y tampoco les iba a pedir si podía tocarles, eso sería raro. Ya habrá más oportunidades.

-¿Aria? -preguntó una enfermera desde la puerta.

-Eh... sí -respondí.

-Tenemos que ir a hacerte esas pruebas -dijo la doctora, metiendo una silla de ruedas en la habitación y sentándome en ella con cuidado -. Os recomiendo que os vayáis a casa, menos una tal Allison. Tu padre ha llamado y dice que vendrá en cuanto pueda -Allison asintió y me llevaron a una sala donde empezaron a hacerme diferentes pruebas.

Al terminar, el médico se quedó en silencio revisando los papeles que le había traído una doctora que me sonaba bastante.

-Bien, Aria -empezó a hablar el médico -, te hemos hecho las pruebas necesarias y lo que hemos sacado en claro es que tienes una amnesia de tipo global -explicó.

-¿Y eso qué quiere decir? -preguntó el que supuse que era el padre de Allison, que estaba sentado a mi lado.

-Eso quiere decir que no recuerda nada -explicó el doctor.

-Pero ¿se va a curar? -preguntó Allison.

-Eso no lo podemos saber -dijo el médico -. Podría recuperar la memoria en unos días, en unas semanas, en unos meses, en unos años, o incluso nunca -explicó.

-¿Pero no hay nada que podamos hacer para que la recupere? -preguntó el padre de Allison.

El médico se pasó una mano por la cara, nervioso.

-Es que hay algo que no me encaja -se quejó -. La gente no suele tener una amnesia global solo por un simple accidente de coche.

Allison y su padre se miraron.

-¿Qué quiere decir eso? -pregunté.

-Nada, solo que es extraño, pero no pasa nada -dijo rápidamente -. Lo que iba a decir antes es que puede recuperar la memoria por cualquier cosa en cualquier momento, o puede que no la recupere nunca. Lo que sí es importante es que si recuerdas algo, lo que sea, me lo digas -finalizó. Yo asentí y pensé en decirle lo de Stiles pero algo me decía que no se lo dijera.

Salimos de la sala y me volvieron a llevar a mi habitación.

Amnesia [Isaac Lahey - One Shot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora