Prólogo

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Con su verdosa y apagada mirada observó su reflejo en el espejo del pequeño baño de baldosas celestes, piso oscuro y muebles blancos. Tragó saliva con ciertos nervios mientras acomodaba su chaleco verde oscuro a cuadros, el cuello y las mangas de su camisa, y su ivy cap negra sobre sus castaños rizos.

Hoy era el jodido día.

Abrió la gaveta bajo el lavamanos y sacó un perfume de vainilla, colocándose un poco detrás de las orejas y en sus blanquecinas muñecas. Debía de ser su mejor versión para que le vaya bien.

Si le preguntaban días atrás, no se hubiese imaginado que estaría así pero, allí estaba, teniendo que ser el sostén económico del hogar. Había sido tan esporádica la muerte de su padre que no había habido el tiempo suficiente como para prepararse ante lo que se avecinaba. Era como enfrentarse contra una potencia mundial en una guerra sin armas, teniendo una derrota asegurada. Su asesinato había sido... extraño. ¿Por qué alguien quisiese asesinar a un simple hombre trabajador en un fabrica? Nunca lo entenderían, y nunca tuviesen respuestas.

Se dedicó a mirarse unos segundos más antes de dignarse a salir, cerrando la puerta trás sí, y se dirigió a la habitación que compartía con su hermana mayor, Gemma. La vió acostada en su cama, todavía entre las delgadas sábanas, y leyendo su novela favorita, Heidi, con la vista perdida. Se notaba que estaba ahogada en sus pensamientos y mente, tanto que ni notó su presencia hasta que se acercó a la mesita de luz, a su lado, y del cajón agarró su caja de cigarros. Lo detalló de pies a cabeza, examinando su elegante apariencia –totalmente extravagante y exótica en él, alguien que habituaba la ropa amplia, sencilla–, para luego fijar sus ojos en sus esmeraldas.

—Te va a ir genial, Harry. —le aseguró y él agachó la cabeza, temeroso de que, mínimo, alguna de las miles de situaciones que había pensado que podían ocurrirle en la entrevista de trabajo se haga realidad.

Trás –desesperado para evitar que todo se vaya por la borda y ser la flota de su herida familia– preguntarle a su madre dónde pudiese conseguir un nuevo trabajo donde aceptaran a un muchacho inexperto de diecinueve –además de la cafetería que desde hacía ya tres años trabajaba– y no sea en una fábrica, había terminado reencontrándose con Nolan, el dueño del único museo del pueblo y amigo cercano de Des, su padre.

—Nolan nos conoce desde pequeños por papá y notará lo tan desesperado que estás, así que seguro te dará el puesto. —agregó y una leve mueca adornó el costado de la comisura de sus labios.

—Eso espero. —deseó y sacó un cigarrillo para guardar el resto en el bolsillo de su pantalón con un diseño a juego con su chaleco—. Ya le he preguntado a Berni y no me deja trabajar en ambos turnos. Además de que Niall me prometió que, si no quedo, no va a darme una parte de su sueldo como viene haciendo, sino que me dará todo lo que cobre y no quiero seguir dándole lástima a mi mejor amigo.

—Nolan es buen tipo, te lo dará. —habló segura y firme, tomando su mano para acariciar su dorso con el pulgar suavemente para después continuar—: Ahora andá, que sólo nos falta que llegues tarde.

Prefirió cerrar la boca y no soltar un comentario respecto a lo de buen tipo. Des, supuestamente, era un hombre buenísimo para todos, incluso, durante su funeral, casi todo Holmes Chapel les dió sus más sinceras condolencias por significante pérdida para el pueblo, de alguien tan querido; sin embargo, puertas adentro, era la pesadilla personificada, aquello que deseabas que se vaya y no regrese nunca, como una molesta gripe que era mejor ignorarla hasta que desaparezca.

—Ahí sí que me mato. —bromeó entre una amarga risa y le dió un beso en la mejilla antes de salir de la habitación rumbo a la cocina.

Allí se encontró con Anne, su madre, con la espalda baja apoyada en la mesada, sosteniendo a la altura del pecho un platito de cerámica con una mano y con la otra bebiendo de su taza de café a juego, esperando a que más agua se calentara en la pequeña jarra y con la mirada clavada en la madera clara del suelo.

My policeman.Where stories live. Discover now