Capítulo #10

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Frío, eso era lo que más sentían los recién casados, porque? Fácil, la sabana que los debería cubrir estaba solamente en su cadera, alguno de los dos tendría que levantarse sin importar qué pues sus hijos llegarían a su finca a primera hora

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Frío, eso era lo que más sentían los recién casados, porque? Fácil, la sabana que los debería cubrir estaba solamente en su cadera, alguno de los dos tendría que levantarse sin importar qué pues sus hijos llegarían a su finca a primera hora. Sin muchas ganas el primero en abrir sus ojos fue Giyuu, sentía un inmenso dolor en su parte baja, claro como no tendría tan sensación cuando su ahora esposo y él lo hicieron tres veces más durante la noche, no dudaría que lo dejaría embarazado luego de eso.

Con el mayor cuidado del mundo trató de levantarse sin despertar a su esposo, cosa que no fue posible, el dolor era insoportable tanto que terminó cayendo justo en el estómago de su amor, terminó por sacarle todo el aire en sus pulmones.

Giyuu: lo lamento Tengen... -Querían dejarlo descansar más su dolor no se le permitió ser tan sigiloso cómo siempre -

Tengen: Qué manera vistosa de despertar el primer día de casados -Jamás podría enojarse con él por algo tan simple como despertarlo-

Tengen ayudó a su dulce esposo a quitarse de encima suyo, cuando vió que ese hermoso azabache intentaba levantarse otra vez para volver a caer sobre él tuvo un recuerdo, era un poco doloroso pero también lindo, en ese entonces su lindo esposo aún no lo perdonaba.

Flashback

Ahí estaba Tengen otra vez, trataba que el azabache hablara con el de una o otra manera, tal vez el mandar a sus ratones no era la mejor idea, ellos se quedaban incluso días con el ojiazul, sus "hijos" se iban musculosos y extravagantes, para luego de tres o cinco días volver todos peluditos y gorditos, no sabía bien que les hacía allá pero le estaba costando su cordura y ayudantes. Aún así no se rendiría, tendría el perdón de su destinado si o si, o dejaría de ser el dios de las festividades.

Está vez iría él personalmente, no era que dudará de sus ayudantes claro que no, pero justo ahora todos están muy gordos y necesitan volver a su entrenamiento para recuperar sus músculos, estaba apunto de irse cuando pensó en llevarle algo ¿Comida? ¿Ropa? Unas flores podrían servir, cuando estaban juntos siempre notaba la fascinación del azabache por ellas, su olor de por sí era como una combinación tropical y floral, aún extrañaba ese aroma cuando estaban felices y solos.

Estaba decidido, llevaría las flores más bellas que pudiera conseguir pues casi sería otoño, buscar y buscar por tantas tiendas le estaba estresando y quitando el tiempo, lo único que encontraba eran flores como cosmos y crisantemos, eran bellas si, pero el buscaba la perfección en una flor, ese omega necesitaba solo lo mejor y eso le daría. Después de dejar su búsqueda de flores en las casi nulas tiendas de estas mismas, decidido ir a algún prado para buscar una flor silvestre y que con un poco de suerte sea muy extravagante.

Daba gracias a su entrenamiento de shinobi, llegó a un lugar muy hermoso, parecía casi algo divino, digno de alguna deidad, divisó un gran campo de flores, era su día de suerte.

Mi Verdadero AmorМесто, где живут истории. Откройте их для себя