Conozco el nombre de sus padres, el de su tío, la dirección de su antigua casa, su altura, su número de pie y creo haber leído que era alérgico al tomate. Eso tiene que contar como que le conozco, aunque haya adquirido la información de forma ilegal.

        No puedo evitar sonreír. ❝Algo así.❞

        Como investigadora me encantaría saber más cosas sobre él. Más allá de su muerte escondida y la relación que pueda tener con la de mi madre, creo que era alguien simpático, aunque si hablamos de amistad, no sé si nos habríamos llevado del todo bien. De hecho, estoy segura de que no lo habría aguantado durante mucho tiempo sin mandarlo a la mierda.

        ❝¿También ha escondido tu existencia a todos sus conocidos y familiares? Parece que nadie ha escuchado una palabra sobre mí,❞ suspira a la vez que baja los hombros. Vaya, esto es aún más deprimente que el funeral en sí. ❝Me llamo Beth.❞

        ❝Enid,❞ respondo, y cuando voy a extender la mano para saludarla me da la espalda, a lo que frunzo el ceño. ❝Y no. No ha escondido mi existencia a todos sus conocidos, pero lo siento mucho por ti.❞

        Tiene el pelo recogido con una pinza que no cumple su único trabajo, y los mechones le tapan los ojos de forma que tiene que echarse el flequillo hacia atrás para poder ver con claridad. No sé qué quiere ver. ¿El ataúd? ¿Al grupo de personas que hay junto a Wayne Munson? Beth me mira por encima del hombro y resopla.

        ❝Pensaba que éramos amigos. Nos conocimos en un campamento de metal.❞

        ❝Pero si pareces recién sacada de un colegio concertado.❞ Y solo cuando lo suelto me doy cuenta de lo que he dicho. Por suerte, Beth rueda los ojos, pero no hace más. Me gustan las reacciones que no involucran ni muerte o a mis dientes clavados en el pavimento.

        Por muy contrario que parezca, ahora no se calla; si sigue hablando mientras Wayne Munson dice unas palabras sobre su sobrino todo el mundo girará a vernos y mi plan de pasar desapercibida se irá a la mierda, lo que me llevaría a tener que cambiarme de sitio y a no poder parar a algún amigo de Eddie para sonsacarle información sobre sus últimos momentos.

        No puedo evitar volver a mi primer funeral, cuando todos mis órganos se acumulaban contra mi garganta y sentía el suelo temblar bajo mis pies, como si el chico que había muerto, unos meses mayor que yo, quisiera que me fuera de allí. Lo sentía en el suelo y en el aire, soplando con fuerza contra mí, obligándome a cubrirme con las manos y a tener que hacer esfuerzos por permanecer en pie. Largo, podría haber dicho. Ni siquiera me conoces.

        Una mujer estaba a mi lado, de vez en cuando, mirándome de soslayo para comprobar que no me pasara nada. ❝No te preocupes,❞ me dijo. ❝Está en un lugar mejor, y te mira desde arriba. Siempre te está mirando.❞

        Tenía unos ojos azules muy parecidos a los de Beth que desgarraban los míos para hacerse un hueco en mi mente. No quería que me mirase, ni que me sintiera. No quería nada de eso.

        ❝Su amigo Dustin es muy simpático,❞ sigue contándome Beth, sacándome del trance y disimulando para que nadie se dé cuenta. ❝El chico del pelo rizado que está allí, junto a Wayne. ¿Le ves?❞ Asiento. ❝Y sus mejores amigos también están por allí. Ellos tampoco me conocen, así que estoy sola en Hawkins. En un hotel. No es muy bonito, pero es lo que hay. Lo hubiese hecho todo por Eddie. Sé que aunque no le haya hablado de mí a nadie, me está mirando desde arriba.❞

        Mi cuerpo gira lentamente hacia ella. ❝¿Perdón?❞

        ❝¿No crees en el Cielo?❞ me pregunta, sus ojos grandes y muy claros cubiertos de una capa de lágrimas. ❝Yo... Yo estoy empezando a creer. Sé que hay alguien superior que nos ha creado y nos ha dado un propósito.❞

Ascenso, Stranger ThingsWhere stories live. Discover now