Anthonella.
– ¡ Si sigues así de histérica te golpeo !.
Stein me mira desde la otra esquina del cuarto mientras yo tecleo en mi celular.
– No me llama hace catorce horas y veinte minutos.
– Seguro está ocupado Anthonella.
– Para mí nunca puede estar ocupado.
Me acuesto en la cama y le lanzo su celular. El cual le cae arriba de sus partes íntimas.
– ¡ Joder !.
– Eres un exagerado.
– ¡ No podré tener hijos !.
– Exagerado nivel dios.
– Exagerada esta...
Me quedé un rato quieta y luego comencé a reírme por su gento obsceno.
El teléfono comenzó a sonar y me trepé por encima de él a tomar el celular.
De esa forma terminé encajando una de mis rodillas en... si, en sus partes íntimas.
– ¡ Me cago en la madre que la parió !.
– Pensé que nunca ibas a llamar. — Dije de mala forma cuando contesté la llamada.
– Hola, ¿ este no es el celular de Stein ?.
Al oír la voz melosa de una chica enseguida colgué la llamada.
– ¿ Cómo es que tus amiguitas tienen tu número si cambiaste de celular justo hace un día?
– Publiqué mi nuevo número en redes sociales.
– Que imbécil eres.
– ¿ Esos son celos Anthonella ?.
En un movimiento rápido bajé mi mano a sus partes íntimas y ejercí un poco de presión.
– Repítelo.
– ¿ Re... repetir qué?. Si yo... no he dicho... nada.
– Así me gusta.
Lo solté y él enseguida soltó un suspiro y se agarró sus partecitas.
– Tenemos que ir a la escuela. — Dijo luego de que se le pasara el dolor.
– Ve tú, yo estoy enferma.
Por un momento pienso que aceptó.
Se levanta de la cama pero en menos de dos segundos me toma en sus brazos y camina conmigo al baño.
– ¡ Bájame!.
– No señorita, usted se ha portado muy mal y recibirá un largo baño de agua fría.
Y con eso me metió a la ducha, aún en pijama.
Él ya estaba bajo la ducha riéndo a carcajadas.
Estoy a punto de golpearlo si no fuese porque su torso denudo y mojado me distrae.
– Podrías disimular un poco. — Me dice él mientas pasa las manos por su cabello.
– Podría pero no quiero.
Me acerco a él poco a poco y estiro mis manos para pasarlas por su espalda de luego pasarlas por sus brazos.
– Me sorprende que no hagas ejercicio físico y te veas tan bien físicamente.
– Supongo que fue la gracia que me dio la vida.
Paso las manos por su pecho y puedo sentir como sus músculos se contraen a mi tacto.
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Stein ✅
Teen FictionNunca sabes que tanto pueda cambiar tu vida en las ruinas de un edificio. Y eso aplica para Stein, que decide salvar a una chica misteriosa de la muerte y queda completamente enganchado por ella. ¿Te atreverías a leer un libro en que la muerte y e...