Capítulo 14

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Anthonella.

– ¡ Si sigues así de histérica te golpeo !.

Stein me mira desde la otra esquina del cuarto mientras yo tecleo en mi celular.

– No me llama hace catorce horas y veinte minutos.

– Seguro está ocupado Anthonella.

– Para mí nunca puede estar ocupado.

Me acuesto en la cama y le lanzo su celular. El cual le cae arriba de sus partes íntimas.

– ¡ Joder !.

– Eres un exagerado.

– ¡ No podré tener hijos !.

– Exagerado nivel dios.

– Exagerada esta...

Me quedé un rato quieta y luego comencé a reírme por su gento obsceno.

El teléfono comenzó a sonar y me trepé por encima de él a tomar el celular.

De esa forma terminé encajando una de mis rodillas en... si, en sus partes íntimas.

– ¡ Me cago en la madre que la parió !.

– Pensé que nunca ibas a llamar. — Dije de mala forma cuando contesté la llamada.

– Hola, ¿ este no es el celular de Stein ?.

Al oír la voz melosa de una chica enseguida colgué la llamada.

– ¿ Cómo es que tus amiguitas tienen tu número si cambiaste de celular justo hace un día?

– Publiqué mi nuevo número en redes sociales.

– Que imbécil eres.

– ¿ Esos son celos Anthonella ?.

En un movimiento rápido bajé mi mano a sus partes íntimas y ejercí un poco de presión.

– Repítelo.

– ¿ Re... repetir qué?. Si yo... no he dicho... nada.

– Así me gusta.

Lo solté y él enseguida soltó un suspiro y se agarró sus partecitas.

– Tenemos que ir a la escuela. — Dijo luego de que se le pasara el dolor.

– Ve tú, yo estoy enferma.

Por un momento pienso que aceptó.

Se levanta de la cama pero en menos de dos segundos me toma en sus brazos y camina conmigo al baño.

– ¡ Bájame!.

– No señorita, usted se ha portado muy mal y recibirá un largo baño de agua fría.

Y con eso me metió a la ducha, aún en pijama.

Él ya estaba bajo la ducha riéndo a carcajadas.

Estoy a punto de golpearlo si no fuese porque su torso denudo y mojado me distrae.

– Podrías disimular un poco. — Me dice él mientas pasa las manos por su cabello.

– Podría pero no quiero.

Me acerco a él poco a poco y estiro mis manos para pasarlas por su espalda de luego pasarlas por sus brazos.

– Me sorprende que no hagas ejercicio físico y te veas tan bien físicamente.

– Supongo que fue la gracia que me dio la vida.

Paso las manos por su pecho y puedo sentir como sus músculos se contraen a mi tacto.

Stein ✅Where stories live. Discover now