"Algunas veces te amo significa quiero amarte"
—¿Tienes hambre?— el pecoso preguntó mientras acariciaba mi cabello, levanto mi mirada para observarlo —un poco, si—
Guzman y yo llevábamos semanas pasando tiempo juntos pues la situación complicada que teníamos con nuestras parejas y vida privada nos unió un poco, es una historia complicada y si entro mas a fondo sería todo un enredo. Puedo pensar que los dos encontrábamos paz en el otro, casi nunca hablábamos de nuestros problemas cuando nos juntábamos solo queríamos pasar un buen tiempo como adolescentes normales de 16 años, sin los problemas, sin las drogas ni las muertes puedo llegar a decir que vimos algo en el otro que nadie mas vio y quizás eso es lo que buscamos, ser vistos, ser notados por alguien que de verdad se de cuenta de nuestro potencial, vi algo en el que siempre supe que era diferente o quizás me hice creer a mi misma eso.
—Se que te gusta la comida grasosa así que llévame a donde quieras— no pude evitar soltar una risa tonta mientras me aferraba de su brazo —muy atrevido de ti en decirme eso sin recordar que eres millonario y podía secuestrarte— el volteo su mirada a mi mientras una sonrisa juguetona se plasmaba en su rostro —voy donde sea si me lo dices—
Los dos reímos y seguimos con nuestro camino mientras hablábamos de cosas triviales, nunca se me hizo difícil tener un tema de conversación con el y eso era lo que me parecía tan curioso de el, Guzman era una persona que siempre sabia que decirte y como hacerlo eso es lo que me atrajo tanto a el, lo que me cautivo, siempre sabia que palabras y actitudes utilizar en cada momento conmigo.
[...]
Reíamos bajo la luna escuchando las olas mezclarse con la música, era una celebración para ser libres y olvidarnos de todo, para dejar el pasado atrás donde pertenece. Con bebida en mano me gire a observar a Guzman quien se veía aliviado, solo desprendía felicidad en toda la noche se que realmente lo necesitaba después de la muerte de su hermana nunca lo había visto tan relajado y tan feliz sus ojitos brillaban más que la luz de esta ciudad y su sonrisa que decoraba su rostro hacia de aquella noche fresca de verano aun mas refrescante —¿Qué pasa?— se acercó a mi con esa sonrisa tan alegre —escuchó colores— mi rostro hizo una mueca de molestia mientras hacía presión en mi entrecejo —ya se te pasará— yo solo asentí mientras el acariciaba mi rostro no nos decíamos nada, el solo acariciaba mi mejilla con su pulgar mientras me analizaba y una sonrisa escapó de mis labios sin darme cuenta y como dos niñitos que no sabían lo que hacían soltamos una risita mientras uníamos nuestras frentes y el dejaba su otra mano descansar en mi cintura mientras yo ponía las mías en su pecho, era obvio que estábamos nerviosos la cercanía era peligrosa como solo la persona que deseas te hace sentir.
Y sin espera me beso
"Algunas veces te amo significa me quedaré un poco más"
—Necesito que te calmes— espere una respuesta, algo que me dejara saber que estaba bien algo que me dejara saber que era seguro acercarme a el —Guzman— el solo me abrazo torpemente pero con la fuerza suficiente para yo caer de golpe junto a el y el olor a alcohol inundó mi nariz en solo segundos, estaba asustada por su manera de actuar no podía mentir estaba cagada de miedo, paralizada incluso pero no dije nada solo me encargué de dejarle saber que estaba ahí —todo va a estar bien te lo prometo— el solo me abrazo con fuerza mientras asentía frenéticamente —la extraño mucho..muchísimo— su voz se quebraba cada vez que hablaba —lo sé cariño, lo sé— bese su cabeza mientras acariciaba su rostro —la necesito devuelta— solo pude asentir. Eran las dos de la madrugada, en un jueves y yo estaba exhausta por la escuela y el trabajo, Guzman llego a mi casa bastante tomado mientras soltaba cosas sin sentido al aire llevaba varias semanas así, cada vez que el remoto recuerdo de Marina aparecía en su memoria venía cada noche a mi oliendo a alcohol mientras lloraba, cada madrugada donde no sabía si venía agresivo o solo triste se estaba volviendo preocupante no solo para el si no para mi también nunca sabia que Guzman iba a tocar mi puerta. El abrazaba con fuerza mi cintura buscando algún tipo de escondite o algo que borrara sus pensamientos mientras yo solo miraba aquella pared blanca perdida, en mi pecho podía sentir como algo me apretaba y me asfixiaba, me ahogaba, mis ojos comenzaron a arder y en mi garganta se formo un nudo que me quemaba en cada suspiro que daba en busca de aire, mordía mis labios desesperada porque ya no me quedaban cosas que decir para calmarlo y hacer que ese momento agonizante pasara mas rápido, tenía tantas ganas de llorar en ese instante y al no poder hacerlo mi tristeza se volvió ira y desesperación pero solo guarde silencio mientras acariciaba el cabello revuelto del peli-rojo.
