|| CAPÍTULO DIECIOCHO ||

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Vi sus puños llenos de sangre y el rostro golpeado de papá. Horrorizada por completo, jamás en la vida, pensé que mi hermano podría llegar a lastimar a mi padre.

—Hijo, escúchame, baja la voz.

Vance iba a atacarlo de nuevo cuando me atravesé y le exigí:

—¿Qué carajos pasó?

—Dile papá —Vance tentó—. Vamos, si tienes los cojones para hacer esta mierda, tenlos para decirle a tu hija la porquería de hombre que eres.

Mi corazón amenazaba con salirse de mi pecho. Miré a papá.

—¿Papá?

—Vance, no hagas esto —suplicó mi padre.

—¿Papá? —repetí porque necesitaba una explicación.

—Por supuesto que para eso no tienes el valor. —Vance se burló, su tono amargo, pero dolido—. Papá se está follando a la nueva vecina.

Y mi mundo se detuvo, algo se rompió dentro de mí.

No, no.

Mis padres habían estado casados por más de veinte años. Eso no era posible, papá no haría algo así, él no destruiría su familia de esta forma, no nos heriría así. Bajé la mano que sostenía a Vance y mis ojos encontraron los de mi padre.

—Papá... —Esperé una negación, una explicación, que él dijera que todo había sido un malentendido, que Vance estaba equivocado, pero papá bajó la mirada, y se quedó callado.

Y dolió, ardió, quemó.

Hay palabras que hieren, pero son los silencios como este, los que destruyen y acaban con todo.

—Por favor, no... le cuenten a su madre, yo—

—Vete a la mierda —escupió Vance.

El rostro de papá se volvió borroso y me di cuenta de que estaba llorando. Me limpié las mejillas y me esforcé por mantener una pose firme.

—Tienes hasta mañana para contarle —dije, mi voz un poco rota, contuve mi rabia, mi decepción y todo lo que sentía, no sabía a que edad había cogido la costumbre de reprimir mis sentimientos—. Sino lo haces, lo haremos nosotros.

Y me di la vuelta, no podía mirarlo, ni estar cerca de él.

Papá no tuvo más remedio que contarle a mamá el día siguiente. Ella estaba devastada, no se lo esperaba en absoluto. Ellos no eran perfectos juntos, pero se tenían confianza, habían pasado gran parte de su vida juntos. No se separaron, pero a leguas se notaba que ya nada era igual entre ellos. Mamá se refugió en sus libros y papá en su trabajo.

Vance estaba furioso, dudaba que tuviera una forma sana de descargar esa ira. Intenté ayudarlo, nada funcionó, él continuó cosechando ese odio, ese desprecio por papá y por la persona que se había metido con él: Sofía Hidalgo.

Y luego Vance se enteró que el hijo de esa señora empezaría en la universidad, y supe desde el inicio que estaba preparando algo, sin saber qué. Traté de explicar que Apolo no tenía la culpa de nada, que él era una víctima en este enredo como nosotros. De nuevo, nada funcionó.

Y en aquella noche lluviosa, me llamó borracho, el ruido al fondo me dejaba claro que estaba en un bar.

—Necesito esto, Rain, necesito herir a alguien.

—Vance, no. —Me entró el pánico al escucharlo—. ¿Dónde estás?

—Lo vi, de los hijos de esa mujer, es él único que aún la visita después del divorcio con el viejo Hidalgo, ese es su punto débil y está aquí a mi alcance, Rain.

—Vance, escúchame, no hagas nada estúpido. —Silencio—. ¡Vance!

Y me colgó.

De inmediato, salté de la cama y me abrigué, cogí el paraguas y revisando mi teléfono, vi las historias de Instagram de Vance, estaba en un bar de la parte central de Raleigh, a media hora de mí. Tomé un Uber y cuando llegué al bar, él no estaba por ninguna parte.

No, no, mierda.

Salí a la calle, la lluvia chipoteándome los pies mientras me protegía con la sombrilla. Vance no podía estar lejos. Busqué, caminé, troté por cada bar, cada rincón y entonces pasé por ese callejón, donde encontré a Apolo.

Después de dejarlo ir con los paramédicos, me puse a llorar desconsoladamente en el callejón porque alguien había salido herido, porque pude hacer algo para detenerlo y porque me sentía como la peor persona del mundo al no decirle a la policía que conocía la identidad del atacante. Iba en contra de todo lo que yo creía, me odiaba por el silencio, pero... Vance era mi hermano. Mamá la estaba pasando mal con lo de papá, no sabía si mi familia podía resistir el golpe de que él fuera a la cárcel.

Fui egoísta.

Fui una mierda de persona.

Lo puse primero a él que había atacado a alguien hasta casi matarlo por el simple hecho de ser mi hermano. No tenía justificación.

Por eso mantuve a Apolo lejos de mí al principio, no quería involucrarme, no podía verlo a los ojos sabiendo que podía darle la justicia que se merecía y no lo hacía.

—Y yo cuando dejes de meterte en mis asuntos, Rain. —Me había dicho Vance cuando se enteró.

—No sé de que estás hablando.

—Sí que lo sabes, espero que seas inteligente para quedarte tranquila. Nunca te haría daño, pero no diría lo mismo de aquellos a tu alrededor.

Pero me dejé llevar, conocí a Apolo, y mientras más lo conocía, peor me sentía por todo lo que había pasado. Quizás una parte de mí esperaba que él fuera una mala persona, así me sentiría menos mierda, pero no, Apolo fue todo lo contrarío, era cálido y bueno. Me sentía tan culpable por dejar que las cosas avanzaran tanto entre nosotros sin decirle la verdad. Pero ya no más.

Así que después de contarle todo, espero su respuesta.

Apolo está congelado, sus ojos bien abiertos, y sus puños apretados. Él no dice nada y no lo culpo, es demasiada información. Sin embargo, me estoy muriendo por dentro.

—Apolo...

Él no me mira, sus ojos fijos a un lado, como si estuviera procesando todo.

—Vete.

Auch. Recibo el ardor de esa petición y la merezco.

—Apolo, solo—

—¡Vete! —Él levanta la voz ligeramente y salto porque no me lo esperaba—. Necesito... solo vete, Rain.

Asiento y me levanto para dirigirme al pasillo. Le echo un último vistazo por encima del hombro, no se ha movido, pero la rabia y la decepción es clara en su expresión. Me doy cuenta de que quizás esto se ha terminado antes de que haya tenido la oportunidad de iniciar y me rompe el corazón.

Lo siento tanto, Apolo. 

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Nota de la autora: Buenas, feliz sábado de A través de la lluvia. Well.... no sé que decir, gente, la verdad. 

¿Qué tal el chisme?

Sé muchos sospechaban que Vance estaba involucrado en la golpiza, pero creo que nadie se esperó el por qué. 

Meme time:

muakatela,

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muakatela,

Ariana G. 

A través de la Lluvia [Hidalgo #3] [En librerías] ✔️Kde žijí příběhy. Začni objevovat