𝖠𝗇𝗍𝖾 𝗆𝗂𝗌 𝗈𝗃𝗈𝗌. [𝖡𝖾𝗈𝗆𝖧𝗒𝗎𝗇].

Ante mis ojos, 02.

—¿Cómo qué el presidente Choi te contrató sólo para él? —Preguntó HueningKai, un amigo y ex novio de TaeHyun de la preparatoria—. Pues, ¿qué hiciste o qué?

—Primero que nada, buenos días, ¿me extrañaste cariño? —Dijo con cierta burla, haciendo a HueningKai rodar los ojos—. Segunda cosa, pensé que me había llamado para despedirme, recuerda que le tire café encima. —Lo miró—. El chiste que me contrato y empiezo mañana.

—Vaya suerte la que te cargas, TaeHyun. —Dijo ahora SooBin—. Imagínate que tu jefe te contrate para él mismo después de que le tiraste cuatro envases de café encima de su ropa más cara que la nuestra.

TaeHyun bufó bajito y hizo un puchero al recordar que le tiró café a su jefe en frente de miles de empleados más. Que para colmo, no lo despidió, al contrario, le ofreció un puesto que quizás otra persona o quizás muchas personas quieren, como para que de la nada le de el trabajo a él que es muy torpe hasta para respirar.

—No pude negarme ante su propuesta, se veía muy convencido. —Dijo TaeHyun, bebiendo un sorbo de licor—. No me quedara de otra más que trabajar para él.

—Cuidado con eso. —Dijo HueningKai—. No quiero que se aproveche de ti.

—¿Por qué lo haría?

—Eres muy indefenso. —Contestó HueningKai—.

TaeHyun lo miró mal y le dió un golpe en su brazo:—¡Ay! ya, sólo decía, no te esponjes. Me preocupo por ti, lo sabes. —Tomó su mano—.

—Lo sé, pero eres muy brusco con tus palabras, soy tu mayor, respétame. —Dijo TaeHyun—.

HueningKai sonrió levemente y nego con la cabeza.

—Sigo sin entender porque terminaron, cualquier diría que son novios al ver como se tratan y cuidan. —Dijo SooBin—.

—No funcionamos como pareja. —Dijeron ambos—.

—Eso lo explica.

BeomGyu se encontraba en su casa mirando su celular. Había conseguido con victoria el número de TaeHyun y ya lo estaba agendando, listo para mandarle mensaje.

Pero no sabía como hacerlo.

Él no era de mandar mensajes porque sí a cualquier persona que no sea de trabajo, su agenda estaba tan apretada que solamente recibía llamadas de sus agentes y personas a su altura.

Claro, los que tenían el privilegio de tener su número. No era tan fácil recibir el teléfono de Choi BeomGyu en estos tiempos.

Al final sí le terminó mandando mensaje a TaeHyun, pero no de la forma en la que él esperaba. Pensó que sería más fácil pero no.

Había dicho que pasaría por él, pasaría por TaeHyun sin saber por donde vivía.

Eres un genio Choi BeomGyu, eres un genio. Pensó BeomGyu para él mismo mientras se daba golpes en su cabeza.

¿Ahora cómo le haría? no sabía donde vivía y mucho menos donde se ubicaba. Se las tenía que arreglar él solo para mañana por la mañana sí quería tener un progreso con TaeHyun.

Y ahí está, el Rato McQueen, desaparece por una semana y aparece en medio de la nada.

Al final, BeomGyu investigó donde vivía TaeHyun después de patalear como loco su cama y tirar sus almohadas al piso. Un hombre de 26 años con mentalidad de niño de 6 años suena a alguien que te puede enamorar en un segundo con sólo verlo.

Lamentablemente la persona que se enamora no es TaeHyun, pero esa es otra historia.

Justo ahora estaba abajo del edificio en donde TaeHyun vivía. Llevaba ahí desde la seis y media de la mañana con tal de no ser un imbécil y decir cualquier cosa que se le venga a la mente.

Cuando dieron las siete en punto, vió por de bajo de su techo para ver que TaeHyun salía del edificio con su bolso en manos guardando unas cosas.

BeomGyu sonrió al verlo arreglado y puntual, cuando TaeHyun se acercó, bajó la ventana:—TaeHyun, sube. —Dijo con una sonrisa—.

TaeHyun se extraño por su actitud. Pero no le tomo importancia y solamente abrió la puerta para entrar y colocarse el cinturón de seguridad.

—Buenos días, presidente Choi. —Dijo TaeHyun con una leve reverencia sentado—.

—Oh, vamos TaeHyun, no me trates tan formal. Puedes decirme BeomGyu o Gyu.

Sabía que su apellido era Choi pero nunca conocí su nombre hasta ahora. Que ironías de la vida, ¿no?

—No suena muy ético que lo llame por su nombre cuando es mi superior. —Dijo TaeHyun al sentir que BeomGyu arrancó el auto y avanzo—.

—Bien, tienes razón, todavía no me tienes la confianza suficiente, está bien, puedo esperarlo. —Dijo BeomGyu viendo el camino—.

—Gracias.

—Iremos de a poco. —Dijo BeomGyu—. No es un pregunta, es un orden, te contraté como mi asistente por algo y quiero descubrirlo.

Yo también quiero saberlo. Pensó TaeHyun.