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narrador;

Una semana.

Una semana había pasado desde que Hai se había ido, Toni cada día que pasaba estaba cada vez más mal, no comía o comía muy poco, dormía mucho o casi nada. El italiano buscaba por todos lados al asiático, por cada rincón de la ciudad, pero nada, no encontraba nada, era como si por arte de magia el pelinegro hubiera desaparecido, hasta ese día que el rubio había decidido salir a buscarlo nuevamente por los lugares en los que Hai iba la mayoría de veces y lo vió, lo vió con un chico riendo, conversando como si se conocieran de toda la vida, el chico se le acercaba coquetamente al asiático y este no hacía nada para impedirlo. Toni no sabía cómo reaccionar, no sabía si correr hasta donde “su pareja” o correr a casa y encerrarse a llorar por ver al asiático con otra persona que no fuera él.

Hai en ningún momento se percató de la presencia del italiano, nunca vio al ojiazul parado a unos cuantos metros lejos de él mientras lloraba en silencio. Hai solo estaba perdido en su mente mientras aparentaba prestarle atención al chico que tenía a su lado, quien se había atrevido a tomarle la mano al asiático y empezar a jugar con los largos y finos dedos de esta. Ambos se fueron caminando hasta el coche de Hai y subieron.

Lo último que vio Toni a través de las ventanas que estaban hacia abajo, fue como el chico se subía encima del pelinegro y ambos se iban en el coche de este.

Toni cayó al suelo de rodillas aún en shock por lo que había visto, las lágrimas no paraban de salir de sus azulados ojos, se abrazo fuertemente tratando de darse ánimo de alguna manera pero era imposible. Era doloroso ver cómo tu pareja está con otra persona cuando prometió nunca tocar de esa manera o tomar en cuenta a otra persona que no fueras tú.

[•••]

Hai besaba sin mucho interés al chico que estaba en su regazo, estaban en una habitación de un motel. El chico soltaba leves suspiros al sentir las manos del asiático en su cuerpo hasta que un sonido de disgusto salió de los labios del pelicastaño y miro al pelinegro con un ceño fruncido al ver cómo lo apartaba de su cuerpo.

— ¿Que pasa? — Pregunto el menor mirando al asiático levantarse de la cama y acomodar su ropa.

— No estoy de ánimo pala follal. — Hablo sin más Hai sin siquiera mirar al chico.

La culpa que sentía el asiático en su pecho se hacía cada vez más grande al estar otra vez con aquel chico. Ya era la segunda vez en la semana que se encontraba con él, y como la primera vez, lo había llamado él ya que de alguna manera quería dejar de pensar en Toni, dejar de sentir culpa por dejarlo, pero ahora la culpa era más grande al estar besando a otra persona, estar tocando a otra persona que no era el italiano.

Hai sabía que estaba mal usar a las personas para olvidar a otra, pero estaba desesperado por olvidar al italiano, estaba desesperado por dejar de sentir todo lo que sentía por el ojiazul, le dolía el corazón amar al rubio, le dolía pensar en él, y le dolía con todo su corazón seguir enamorado de él. Hai solo quería dejar de estar enamorado del rubio, pero le era imposible, porque hasta cuándo le miraba el rostro al chico que tenía frente a él en este momento, solo veía la cara de su italiano. Pero lo que el asiático tenía claro en su mente era que no iba a buscar al ojiazul, no lo haría por el bien de ambos. Hai no aguantaría otra vez que este la amiga de Toni metiéndose en la relación, y que por eso, la relación se vuelva tóxica.

El amor era una completa mierda cuando se lo proponía.

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Holaaaaa

Escribir mientras escucho a mi esposa Taylor es lo mejor 💗💗💗💗

besos en la cola😽

𝑺𝒂𝒍𝒗𝒂𝒄𝒊𝒐𝒏; 𝑯𝒂𝒏𝒊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora