Tragué la saliva que tenía retenida.
Ellos habían estado allí esa noche, nos observaron.
Nos había estado observando.

-¿Y donde estaría lo divertido en llevarlos a ambos? Él no hubiera podido volverse loco buscandote, es un espectáculo que queremos presenciar.

Ross.
Él problablemente seguía con sus hermanos, estaba seguro, pero Emma y ________(1) no lo estaban.
Mierda. Mierda.

Sabía que debí decirle a Ross que sí me importaba que llegara más tarde, debí haberle dicho que quería que viniera de inmediato a casa.
Ese corto mensaje de texto pudo haber cambiado todo.
Todo.

-Luego de eso continuamos siguiendote, volvimos a observarte por un tiempo antes de que volvieramos a hacer otra cosa, pero no podíamos, el rubio no se quitaba del medio. Y cuando lo hizo tu empezaste a moverte por todas partes. Saliste del estado y no estuvimos seguros de que tambien poder hacerlo, pero ¿Qué mejor lugar para que desaparescas que un estado que no conocías muy bien? Era perfecto. Fuí a tu camerino cuando logré entrar en el hotel y ¿Con qué crees que me encontré?

Sabía la respuesta.

_________(1).

-Mi hermano estaba con Ross, él se había encargado de mantenerlo alejado de tí, por un instante creíamos que talvez sería mejor llevarnoslo a él, así podríamos ver como caías de rodillas para que lo dejemos, pero como ya te lo dije era muy dificil. Así que dejamos al rubio.- sonrió.- Y tomamos al otro rubio.

-Tú fuiste el que se lo llevó.- grité sin poder contener mi ira.- Tú fuiste el maldito...

Me cubrió la boca con su mano.
Estuve tentada a morderlo, pero si yo recurría a la violencia él también lo haría.

-Shhh.- susurró.- Dejame seguir con la historia, se pone mejor.- me soltó y yo me limpié la boca con el hombro.- Lo llevé y lo metí en el auto, pero los de seguridad me había visto entrar sin permiso y me siguieron. Una vez más habíamos fracasado.

Mi respiración se había acelerado.
________(1).
Mi hijo había pasado por todo eso por mi culpa, todo eso por mi maldita culpa.

-Intentamos más cosas como tratar de asfixiarte mientras dormias, hasta incluso tratar de asustar al niño, pero desde la última vez el rubio ya estaba alerta. Él sabía que algo pasaba y entonces no pudimos hacer mucho, tú confiabas en él, ibas a hacer todo lo que él te ordenara.- se detuvo una vez más y me miró a traves del cabello que le caía sobre la frente.- Y en serio hacías todo lo que te ordenaba, tuvimos el placer de verlo todas las noches.- me guiñó el ojo mientras yo contenía las ganas de vomitar.- Y para que dejes de confiar en él debíamos hacer que ya no esté de su lado.

Señaló a su hermano.

-Owen tenía unas fotos, las dejó en tu puerta y tu no estuviste muy contenta al verlas, quiero suponer que tuvieron una discución por eso, pero ¡Por el amor de Dios! ¡Lo solucionaron! Yo estaba sorprendido. Muy sorprendido. ¿Qué clase de mujer perdona?

-Una que ama.- respondí sin pensar.

El chico alto y Owen se quedaron mirándome con diversión.

-Claro.- dijo finalmente.- Una que ama.

Se acercó una vez más y sobó mi mejilla con su dedo.
Limpió mis lágrimas.

-No llores, nena. Aún no llegado al final.

No lloraba de miedo o cualquier otra cosa.
Lloraba de ira, de rabia, de todo lo que sentía por esas personas.
Lloraba por las ganas de querer golpearlos, y también al sentir la frustración de no poder hacerlo.

-Traté de darte señales de que ibamos por tí. ¡Lo juró! Pero no lo notabas. Incluso estuve al lado tuyo cierta tarde, tu pequeño y rubio hijo me vió y me reconoció, entonces tú empezaste a sacar condiciones. Sabía que ibas a hacer algo, pero no que ibas a llamar a la policía. Y ese fue otro intento fallido de nuestra misión.

-Ahora que ya que escuche su historia.- dije antes de que él pueda continuar.- ¿Puedo irme?

Ambos rieron, sus risas me atravezaron como filudos cuchillos, no iba a mentir, me daban miedo.

Ahora que sabía lo que había hecho empezaba a sentir miedo.
Ellos había estado vigilandome todo este tiempo, y yo no tenía ni idea.

-Aún no hemos tenido lo que queremos.

-¿Cuanto quieren?- pregunté.- Solo digan en monto exacto de dinero y lo tendrán en un instante, terminemos esto de una vez.

Owen rió y se puso de pie.

-Esto está recién empezando.

Retrocedí, la proximidad de ambos solo me hacía sentir más pequeña.

-Creo que mi otro hermano va a poder ayudarnos con esto, insistió ser él.- me informó Owen.

Abrió la puerta.

Y me tomó solo dos segundos saber de quien se trataba.

Oh Dios mio.

Cabello negro, desordenado.

Lo que diferenciaba a esto de la última vez que nos vimos era que ahora estaba vestido.

Todo en mí sabía que no se venía nada bueno.

Chuck.

YELLOW (Ross Lynch) (Hot)Where stories live. Discover now