-No has contestado mi pregunta.- reclamé.- No has dicho porqué estoy acá.

Ambos se miraron y sonrieron.

-Tal vez quieras ponerte cómoda.- dijo bajo al mismo tiempo que se sentaba en una de las sillas que había en la esquina. El otro se mantuvo de pie.

-Estoy bien, gracias.- respondí.

La puerta estaba a unos metros.
¿Cómo iba a abrirla? No tenía mi idea, pero tal vez si la pateaba lo suficientemente fuerte cedería.

El alto empezó a caminar en circulos alrededor de mí: observandome, estudiandome, disfrutando de mi situación.

Mientras que el otro se limitó solo a mirar.

-Veras...- comenzó.- Todo inició hace tiempo atrás, cuando todo lo que queríamos era un poco de dinero.

Dinero.
Eso era.
Eso era lo que querían.
Yo podía darselo, lo haría si me dejaban ir.

-Puedo...

-Déjame terminar.- me cortó.- Queríamos asustarte un poco y a cambio de tu paz de vuelta ibamos a pedirte dinero...

-Puedo darles el dinero.- dije rápidamente.

Suéltenme ya.
Suéltenme ya.
Mis piernas hacían todo lo posible para no temblar y doblarse.

-Oh nena, no queremos dinero.- respondió.- Como te decía, al inició solo queríamos asustarte, pero para eso necesitabamos conocerte, saber lo que hacías, seguirte a todo momento, saber cada uno de tus movimientos.

-Disfrutamos mucho observarte día y noche.- agregó el segundo con una sonrisa.

Me sacudí.

-Y poco a poco fuimos obsecionándonos contigo, con tu perfecta y pequeña vida, con cada una de las perfectas personas que formaban perfectamente parte de ella.

Se detuvo detrás de mí, donde no podía verlo.
Podía sentirlo.

Me quede quieta.
Sentí su aliento cerca a mi oido...

-Y entonces nos dimos cuenta de que ya no nos importaba el dinero.- susurró, rozó mi oreja con sus labios.- Queríamos destruir toda tu maldita y perfecta vida.

Se alejó luego de eso y continuó con sus vueltas en círculos.

-Creímos que sería fácil, creíamos que no tardaríamos mucho en tenerte con nosotros, pero resultó ser lo contrario.- bajé la mirada al suelo.- Hace unos meses fue el primer intento, estabas en una fiesta, ibamos a vertir algo en tu bebida pero te nos adelantaste y saliste del local, para nuestra suerte: saliste sola.

Me costó encontrar el recuerdo en mi memoría pero al cabo de unos segundo apareció.

"¿Quién era la persona que estaba junto al auto de Rydel?"
Las palabras de Ross sonaron en mi mente sin que yo las llamara.
Ross...
¿Dónde estaba? ¿Estaba bien?
Mi corazón volvió a detenerse.
¿Y ________(1) y Emma?

Rogué que a ellos no los hubieran ni tocado.

-Ya te teníamos.- continuó.- Estaba apunto de llegar a tí pero...

-Pero.- agregó su compañero, parecía que le divertía eso.

El alto volvió su mirada a mí.
Sonrió con los labios pegados.
Era asqueroso.

-Pero el rubio lo arruinó. Él me vió pero no me dió importancia y solo caminó hasta tí. Yo no pude hacer nada, no porque él me daba miedo, estoy seguro de que ni podría patearme la rodilla, pero lo dejé allí por que tendría que también llevarlo a él. Y él plan era solo llevarte a tí.

YELLOW (Ross Lynch) (Hot)Where stories live. Discover now