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Era verdad, lo que dijo Minho era cierto.

Desde esa primera noche en la que Sigrid descubrió la maqueta del laberinto, el encargado de los corredores había estado vigilándola. Todas las madrugadas que ella se levantaba. A veces se despertaba sin pensarlo, otras noches él no podía dormir, pues estaba ansioso de lo que Sigrid podía hacer con los mapas en ese momento. Sinceramente, Minho tenía tanto miedo de que ella lo destruyera todo con el fuego, entonces era mejor que la cuidara para que no ocurriera ningún accidente. Al principio veía cada uno de sus movimientos; exploraba la sala con mucha curiosidad y fascinación, estudiaba cada uno de los mapas cuidadosamente, robaba unas cuantas hojas de papel y un lápiz para copiar sus propios mapas, a veces incluso jugaba con la maqueta del laberinto, sus dedos eran como muñecos que intentaban encontrar la salida. Sus comportamientos ablandaron el corazón de Minho, que comenzaba a verla con ternura. Con el tiempo dejó de vigilarla, ahora solo se quedaba a esperarla salir de la sala, cuidaba que nadie más se acercara y la descubriera, se convirtió en su guardia sin que ella lo supiera.

Luego de la pelea que tuvieron, Sigrid no volvió a la sala de mapas. Minho sintió un vacío, no verla en ese lugar, jugando y merodeando por ahí le causaba tristeza. Aún así, él tenía que continuar sin esa felicidad que ella le provocaba, después de todo había sido su culpa que Sigrid lo odiara tanto.

Apenas y pudo dormir una hora. No sabía si era emoción, o temor. Tampoco tenía idea de cómo actuar, si debía pararse temprano para que Minho notara su compromiso, o si mejor se quedaba a dormir más tiempo, si es que resulta ser todo una broma. Al final, optó por la primera opción; ya estaba bien despierta, desayunada y cambiada. Para aliviar por un momento su ansiedad, fue hasta un árbol y se sentó recargada en su tronco rugoso. Llevó consigo su preciado Walkman. Al encenderlo, notó que la pila ya estaba en un veinticinco por ciento. Se sintió incómoda, la batería duró un mes lo cual resultaba impresionante, sin embargo, aún no sabía cómo es que iba a cargarlo de nuevo, por lo que trataba de no usarlo con frecuencia. Aún así, era necesario en esos momentos.

Se colocó ambos audífonos y le puso 'play' a la única canción guardada en el aparato. Cerró sus ojos y dejó que la melodía de su canción favorita la envolviera.

Antes de que terminara la canción, la poca luz que se filtraba por sus ojos cerrados se disipó, dándole a entender que alguien estaba frente a ella. Abrió los ojos encontrándose con Minho. Inmediatamente se levantó de su lugar, se sacudió la tierra del pantalón y guardó el Walkman y sus audífonos.

—Buen día —saludó el chico—¿Lista para el día de hoy?

Ella disimuló una sonrisa apretando los labios, asintió levemente y siguió al corredor, quien se dirigía al cuarto oscuro para liberar a Thomas.

—Nos espera un gran día —dijo el chico mientras se agachaba a la altura de Thomas—¿Seguro que no quieres quedarte?

—Ya Minho, sácame de aquí.

Thomas pudo estirarse una vez fuera del pozo, no era precisamente el mejor lugar para dormir. Agradeció que Sigrid y Chuck hayan ido a verlo para dejarle comida. Y, pensando en la chica, ella estaba parada justo al lado de Minho, viéndolo con una sonrisa.

—Buenos días Thomas.

—Hey. Me alegra que nos acompañes.

Caminaron los tres hasta la sala de mapas. En el lugar, Minho les entregó una mochila a cada uno y un par de cuchillos. Se preguntaban de dónde habían salido esas armas, el encargado comentó que estaban bien resguardadas para que ningún otro habitante les diera un mal uso.

—De acuerdo —habló el corredor mientras señalaba la maqueta—, tomaremos esta dirección para llegar a la sección cuatro, luego rodearemos hasta la siete. Es un camino largo pero no complicado. Sigrid —la chica le prestó especial atención—igual te recomiendo que repases el camino, solo por precaución.

[BORRADOR] MAZE RUNNER: El secreto de CRUEL [Minho]Where stories live. Discover now