¿Cómo mantener esta flama viva?
Si cada que azota la lluvia quiere morir...
¿Cómo fingir que todo está bien?
Si la herida del lamento se abre aún más...
Destinado a perderlo en un suspiro,
el anhelo se ve distante...
Más el puerto es lejano,
y la lumbre ya no irradia el mismo calor.
Frígida es la duda,
y mortal su consecuencia.
Pues mis lagrimas confío
a la dulce estela de este sueño.
El puerto aún espera por mí,
estoy listo para irme, pero no sé
por dónde empezar.
Me arriesgaré y seguiré mi corazón.
Dulce anhelo del mañana,
aun quiero confiar,
que a la esencia de mi ser
dulce reparo le darás.
Sencaelum... D. A. A.