Capítulo 17 - Cita indirecta.

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Salieron de Muelle de Loto en un caminar tranquilo y pausado. El ambiente afuera se sentía más animado y alegre, así como caluroso por el ir y venir de las personas que, al igual que ellos, salieron a comer platillos deliciosos o a convivir entre sí. Por ejemplo, Lan XiChen observó a unos cuantos niños jugar y correr de aquí para allá entre risas y empujones. Le recordó a cada ocasión en la que baja la montaña a Ciudad Caiyi y la alegría de su gente.

—Es agradable —sonrió.

—¿Mmh?

—Que es muy agradable —miró y olfateó un poco—. También huele delicioso.

Jiang Cheng, que siempre se sintió orgulloso de su lugar de nacimiento, miró alrededor. Los puestos de comida, las personas que ahí estaban y, a la distancia, el precioso paisaje que el muelle daba. Todo lo vio hermoso. Asintió—. Yunmeng siempre es agradable —contestó.

—¿Qué haremos primero?

Puso una mano en su cadera—. Busquemos un lugar donde vendan pescado.

—Muy bien. Adelante, lo sigo.

No tuvieron que caminar mucho. Jiang Cheng fue directo a un restaurante que le gustaba desde hace muchos años. Ahí, sin importar qué sucedió en el mundo, los platillos continuaron siendo exquisito y abundantes. El pescado tendía a deshacerse en la boca de forma tan deliciosa que, de tan sólo pensarlo, mientras iban de camino, se le hizo agua la boca.

Entraron los dos al lugar y un mesero se acercó. Jiang Cheng pidió una sala privada, pues no pretendía comer con la cabeza todavía metida en la capucha. Se sentaron en el lugar asignado y el mesero les dejó una carta con todo lo que el lugar ofrecía. Lan XiChen la miró—. ¿Le molestaría ordenar por mí?

—De igual manera lo iba a hacer —miró al mesero—. Trae una porción de todo.

Lan XiChen levantó las cejas, el mesero lo hizo a su vez, pero este último con evidente emoción—. ¿No es mucho, líder de secta?

—Si vas a probar la comida de Yunmeng, tienes que hacerlo bien —alegó.

El mesero se retiró con una sonrisa enorme enmarcada en su boca.

—Yunmeng, y sus alrededores, es una región que produce muchos platillos con pescados de agua dulce por la cantidad tan basta que tenemos de lagos y ríos —explicó—, así que el pescado siempre está fresco y lleno de sabor. Los preparan en muchas variedades —se quitó la capa.

Lan XiChen también se deshizo de la suya—. ¿Hay un tipo de pescado que más le guste?

—El pez WuChang.

El mesero volvió un tiempo después, acompañado de otro que le ayudó a llevar los platillos. Estos fueron posicionados frente a los dos y desprendieron un delicioso vapor que venía de la mano también de una vista maravillosa y el exquisito aroma del pescado y las especias; consistían en estofados, albóndigas, pescado sencillo al vapor, al vapor con arroz o a olla caliente. La mirada de Lan XiChen barrió toda la mesa, la de Jiang Cheng hizo lo mismo. Sobre este último, el primero pudo notar un interesante brillo que se reflejó en sus ojos, además de cómo su rostro se relajó.

—Bien, comamos —Jiang Cheng levantó los palillos.

—Adelante, gracias —no supo con cual platillo comenzar.

Realmente la variedad era enorme, y todo lucía demasiado bien. Jiang Cheng fue directo a agarrar unas albóndigas, se las llevó a la boca y ladeó la cabeza cuando el sabor recorrió su cavidad bucal y sus papilas gustativas salivaron con cada mordida hasta el punto de hacerlo tragar.

—Es interesante —comentó Lan XiChen aún sin haber probado bocado.

—¿Qué es lo interesante?

—El cómo cambió la expresión, incluso el aura, del líder de secta Jiang.

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⏰ Última actualización: Jun 30, 2022 ⏰

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Purpúreas nubes de loto | Lan MeiLing | C A N C E L A D ADonde viven las historias. Descúbrelo ahora