CAPITULO 34: DOS MÁS AL VIAJE HACIA LA FRONTERA

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Después de comer y pagar se retiraron del lugar, las personas los quedaban mirando demasiado raro e incómodo, otros susurraban cualquier cosa a sus espaldas siendo perfectamente oidos por los principes, guardias y unos cuantos isleños pertenecientes a la aldea de Izuku.

"¿Porqué los principes estan con tantos omegas y guardias?"

"¿Van muchos omegas, seran sus concubinas?"

" Dicen que los reyes dejaron que los principes tuvieran mas de un omega... aunque no me sorprende para lo unico que sirven es para complaser a sus parejas y darles hijos"

" Oí que una duquesa del reino Fénix fue votada del palacio al meterse con uno de los omegas del príncipe"

" Los de la realeza tienen suerte de poder tener a esas bellezas con ellos en sus camas"

"Que vergüenza de padres por tener hijos tan fáciles e interesados que aceptan ser las prostitutas de los principes con tal de tener una vida de lujos"

Esos y más comentaron se escuchaban por suerte la mayoría de los isleños no hablaban ese idioma, así que no les afectaba, encambio para los otros estaban a nada de encararlos a golpes, Yagi apretaba los dientes de enojo al oir de que manera hablaban de los omegas en especial de sus hijos, pero porque Izuku que lo tenia sejueto del bolso no hacia nada, sabia que el peliverde y los dos rubios estaban a nada de lanzarse y castrarlos en ese mismos instantes pero se mantenían a rayas al igual que los otros alfas.

En eso el peliverde sale de su enojo al sentir como algo pequeño choca con su pierna izquierda, de inmediato baja la mirada encontrandose con dos pares de ojos castaños mirandolo con miedo y súplica. Dos niños pequeños de mas o menos cinco años, cabello castaño claro, piel semi bronceada con pequitas en el intermedio de las sejas, sus ropas estaban sucias y rotas, se veian muy flacos con notorias ojeras y rapones pequeños.

- ALTO AHÍ SABANDIJAS!! - grito un sujeto al parecer un alfa con una gran problema de sobrepeso de cabello castaño y labios gruesos, que se acercaba hacia ellos, los pequeños brincaron de susto al oírlo y por reflejo se pusieron de pie y se escondieron detras del peliverde, haciéndolo reaccionar y mirar al alfa que se acercaba de manera intimidante

- Que le pasa?!... Porqué persigues a estos pequeños niños?! - pregunto severo al sentir los cuerpos de los menores aferrandose a el como si su vida dependiera de ellos y escuchar sus debiles sollozos

- Tu no te metas omega!!... esas sabandijas robaron cosas de mi tienda!! - dijo molesto una ves que estubo frente al pecoso que lo miraba con el ceño fruncido sin dejarse doblegar, ignorando la precencia de los demás, en especial de dos alfas listos para dejarlo como carne mal cocida - Les cortaré la mano como castigo!!

- Qué acaso no ve cómo están?! - le replico manteniendo la compostura - Debería tenerles un poco de empatia

- Y eso que me importa... Tú no eres nadie para reclamar estúpido omega de pacotilla que solo sirves para abrir las piernas a cualquiera que se te ponga en frente!! - esa fue la gota que derramó el vaso

Toso los que estaban mirando y susurrando mal a espaldas de ellos se callaron de inmediato al ver como aquel alfa gordo atravesó casi toda la calle en un instante estrellandose con un puesto de comida, vieron con autentico terror al alfa rubio de ojos azules con el puño extendido y el ceño fruncido su aroma de cacao puro sofocaba a todos los que estaban cerca, los dos niños empezaron a llorar de miedo, pero el pecoso se agacho para abrazarlos y darles protección, los demas estaban atónitos al ver al alfa puro completamente enojado, sentian a sus lobos agachar las orejas y cabeza por el miedo a enfrentarlo. Con pasos fuertes se fue acercando al alfa que intentaba inútilmente reincorporarse, lo tomó del cuello de la camiza y lo acercó a su cara mostrandole sus colmillos.

OMEGAS SALVAJESOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz