💕YOU ARE MY LIFE💕

💕CAPITULO 40💕

— Zhan, aquí.

Luchó por levantarse, apretó los dientes y tomó la ropa de cama que estaba en el suelo y la ropa de los dos. Xiao Zhan supo lo que quería hacer, lo ayudó a meter todo dentro del armario, saltó dentro y cerró la puerta. La puerta de la habitación se abrió repentinamente desde afuera.

El armario es oscuro y estrecho, era algo difícil de respirar. Yibo estaba mareado y apenas podía respirar, pero apretó los dientes para no hacer ningún sonido. Xiao Zhan se presionó contra su pecho con fuerza, sintiendo la temperatura corporal caliente de su cuerpo, mirando los hombros temblorosos de Wang Yibo, estiró los brazos y lo abrazó con fuerza, las dos personas estaban encerradas como animales.

Afuera del armario, hay una persona con una cicatriz en la cara, pero no es Li Bowen.

— Todos ustedes no me creen. Esta es la nueva habitación de mi hijo. ¿Por qué han entrado?

El anciano estaba en la puerta, con una lámpara de aceite en la mano, luciendo indefenso.

Varias personas vestidas de negro con el ceño fruncido, miraron alrededor de la habitación. No hay nadie en esa habitación, tampoco hay rastro de que alguien estaba acostado en la cama. Había un río detrás de la habitación, pero por la lluvia, no sería posible que alguien se hubiera escondido en él.

«¿Es posible que el viejo zorro de Wang Yibo realmente no esté aquí?»

El hombre a cargo estaba tan cerca de ellos, si extendiera la mano, podría tocarlo.

Los corazones de las dos personas en el armario se aceleraron, el rostro de Xiao Zhan se puso blanco, se dio la vuelta y se acercó a la puerta del armario, pensando que, si eran descubiertos, solo tendría que luchar duro. De todos modos, Li Bowen no está aquí. Nadie lo conoce a él, siempre y cuando no encuentren a Wang Yibo, ellos podrán escapar.

Todo el cuerpo de Yibo estaba caliente, pero él sentía mucho frío. Tan pronto como Xiao Zhan dejó sus brazos, se estremeció de frío y solo pudo arrastrarlo hacia atrás.

Las dos personas estaban sin ropa. En este momento, estaban pegajosos por el sudor, el cuerpo del otro estaba al alcance de la mano. El aliento caliente de Wang Yibo roció el rostro de Xiao Zhan. El órgano de Wang Yibo todavía estaba duro.

— Viejo, ¿por qué la nueva habitación de tu hijo ni siquiera tiene una colcha?

El anciano se quedó atónito por un momento, luego sonrió y agitó la mano.

— Como el tiempo no es bueno, se la quite. Si no lo hacía, podrían salirle manchas de moho. Ustedes jóvenes no lo entienden.

El hombre obviamente no lo creyó, miró fijamente el armario no muy lejos, entrecerró los ojos.

— ¡Seguramente se han escondido en el armario!

Mientras decía eso, estiro la mano para abrir el armario, Xiao Zhan miró hacia la puerta y levantó el puño.

En este mismo momento, una persona repentinamente irrumpió en la puerta.

— ¡Hermano! El hermano Li Bowen le pidió que regresara, dice que encontró el auto de Wang Yibo en la montaña. Probablemente sospechaba que lo perseguiríamos y huyó montaña abajo.

El hombre llamado hermano hizo una pausa, miró fijamente el armario no muy lejos por un momento y finalmente dejó caer su mano.

— ¿Estás seguro de que lo encontraste?

— Sí, ese es el auto.

El hermano exhaló un suspiro de alivio, miró al anciano sombrío e hizo un gesto con la mano.