Trihibrida |EN PROCESO|

Trihibrida

Toda mi vida hundida en una pocilga llena de personas, mirándome cómo si fuera un adefecio de la naturaleza y a la vez una salvación pará la raza humana. Las millones de atrocidades y abuso que me brindaba este lugar, eran incomparables a lo que todos ellos merecían pagar.

—Bebe—le demandé—¡Qué bebas joder!—le agarre el cuello acercandole mi muñeca a sus labios.

—¿Para que me estás ayudando?—me murmuró—Me matarás, lo sé.

—Dime dónde está mi registro—ella ahogó un grito lleno de dolor cuando le presione el cuello hundiendo mis uñas en el haciéndola sangrar y sufrir de nuevo. —¡Carajos dónde está mi registro!

—No te lo diré, nos vemos en el infierno.—le parti el cuello dejándola tirada.

—Una muerte muy compasiva para alguien como tú, mándale saludos a lucifer—Le murmuré a su cadáver.

Le eché una mirada rápida al laboratorio, mientras escuchaba las alarmas de emergencia en los alrededores. Una cámara se prendió en la esquina de la pared a mi costado dejando ver al hombre que me hizo tenerle todos estos años, y el que juré que sería el primero que mataría con mis manos.

—Victtor—saboreé su nombre en mis labios empapados dé sangré este sé ríe de una forma tan única como alguien como el lo haría.

La persona qué veía atraves de esa pantalla era la misma qué me atormento durante todos estos años la que me infligio la idea qué solamente servís como una fuente de esperanza para un plan de salvación a personas con fuente de dinero. Extrajo mi sangre durante años llenando los bolsillos de dinero, sus amarillo se hicieron presentes dándole a desmostrar qué tampoco era humano dé el todo. Victtor era un lobo dé linaje puro y tenía un parentesco familiar conmigo pero desconcia el cuál.

Vagos recuerdos de mis padres y de infancia borró, trate de hacer todo lo posible por recordarlos pero jamás lo obtuve. Solo recuerdos llenos de odio en él, y su mal trato y cuando me trajo a este lugar que construyó él, para las personas sobrenaturales cómo yo. Habían creaciones dé fetos de laboratorio con ADN de diferentes seres que no pertenecen a él linaje dé humanos y ahí salgo yo.

Lo único qué sé es qué soy la única híbrida concebida naturalmente, un milagro de la naturaleza. Mi madre era una mujer lobo, y mi padre era un vampiro y la madre dé el era una bruja. Y herede esos tres linajes originales.

—Mi pequeña mounstruosa eres igual que tú madre.—murmuró lleno de ternura qué por un momento llegué aborrecerlo.—Ven a tu viejo tío tu y yo debemos hablar un par de cosas.

«Es mi tio»

«Mi pequeña mounstruosa»

Hize un puño con mi mano destrozando la cámara qué me dejaba verlé a él haciéndola trizas.

—Apertum ostium —La puerta fue abierta brutalmente, y de está salí caminando.

No había nadie por los pasillos, ya no escuchaba murmuros de los guardias de seguridad, empezé a caminar por los pasillos silbando. Desde pequeña tenia esa costumbre de hacerlo y después dé todo habían algunas cosas que lograba recordar de mi infancia, cruze en la esquina de el pasillo de reclusos. Y empeze a ver las habitaciones transparentes dónde estaban aquellos adolescentes recluidos. Miraba chicas y chicos qué a larga vista se veían humanas, pero tenía similitudes con animales como panteras, sirenas, ADN cambiantes, vampiros, brujas. Ellos me miraron con curiosidad tal vez porque nunca me vieron o escucharon de mí.

En el extenso pasillo, había una palanca de cambio. Y era dónde abría los compartimientos de cada sala o de todos. Los hiba a soltar me acerque a velocidad rápida cuando empezé a escuchar el tintineo de unos tacones desde el fondo de el pasillo bajando por unas escaleras.

Un chasquido de uñas, ya sabía quién demonios era, me apresuré y hale la palanca soltando y abriendo las compuertas, todos empiezan a salir confundidos. —Kate—,la llamé la chica de cabello rubio me hace señas y corre hacía mí.

—Ey—me dice asombrada, su pronombre hacía mi siempre es de ey ya que no tengo nombre, y tampoco lo recuerdo—¿Cómo pudistes salir?

Kate es una bruja musa de nacimiento es aquellas brujas que tienen el don y linaje de las musas. «Mujeres con cuyo talento es de inspirar»

—Inspirame a sacarnos de está pocilga llena de animales—me tomó de las manos y una fuerte corriente, abrazo mi mano y fue corriendo en todas las parte de mi cuerpo—, Sígueme tengo qué buscar algo.

Kate también fue recluida en éste lugar desde los seis años victtor azotó a su aquarella de brujas y la tomó a ella cuando llegué aquí  la conocí cuándo llegue a éste lugar que más recuerdo tenía 8 años.

—¡¿A dónde vas!? —giré hacía Kate qué me halo se el codo, los chicos y chicas pasaban por mis alrededores corriendo. —Es nuestra oportunidad de salir ¿Que piensas hacer?

<buscar quien realmente soy>

—Tengo que a juntar unas cuentas antes de irme—le toque el hombro—Estaré bien sé que cuidarme sóla, y como prometimos, en la leyenda de el viejo roble ahí estaremos.

Ella asíntio y se perdió por los pasillos, Kate fué mi compañera, desde hace años. Que ciertamente le agarré un emotivo aprecio, no sabía el concepto de querer a alguien, pero sentía la necesidad de ayudarla y protegerla.

Corrí por los pasillos, pase por el ascensor y cuando llegue al piso ejecutivo. Memorize cada espacio de éste lugar y recordé qué los archivos de todas las personas recluidas en este lugar estaban aquí. En la oficina de expedientes extra oficiales. Llegué a la oficina, y empezé a memorizar dónde estaría el mío

Debo pensar como ellos, mi caso sería especial y lo soy.

«Debo estar en un lugar más seguro»

Palpé una llave pequeña sobre algunos estantes, y empeze a observar el lugar hasta qué mire que había una pequeña caja fuerte en el suelo cerca de el estante de atrás.

Rápidamente la abrí, y solo había un USB

«ojala sea lo que estoy buscando »

Guarde el USB y salí de la oficina, la oficina de victtor estaba cerca dé aquí. «Cerca dé los espacios de alta seguridad » todavía me estrañaba qué había desalojado el edificio enteró sin ningún percance ¿Porque lo harían?

Una figura pelirroja despampanante venía saliendo de una oficina, detuve mi trote cuando le ví la daga bañada en Benzema qué tenía empuñada en su mano.

Seguía mirando la daga que sería lo suficientemente buena para quitarme la vida, o lastimarme al punto de agonizar

La miré con rabia.

—Pensé qué no vendrías —le dije con frialdad.

—Claro qué vendría hermana ¿Piensas irte sin despedirte?

—¿Qué harás con eso?—le pregunté retrocediendo.

—No te irás de aquí sin haberte llevado algo de recuerdo.

Hay errores ortográficos, pero tranquilos, después que empieze con la publicación de capítulos fijos empezaré a corregir.

Portada hecha por @Alwx_Jimenez