Lady Selenia BellaFleur, una distinguida dama de la aristocracia en el reino de Castello, será ejecutada a pedido de su ex prometido el rey Gregor Castello y ahora esposo de su media hermana debido a los muchos crímenes cometidos hacia la ahora rein...
― ¡Larga vida a nuestro rey y al emperador Callisto!
― ¡Que tengan larga vida!
Luego de eso el baile fue ameno y entretenido. Una vez que el rey y su ilustre invitado se hubiesen instalado en la mesa de honor donde los sirvientes se encargarían de proporcionarles bebida y comida Gregor se acercó a mí de forma ilustre e impecable se ve tan alegre y apuesto. Hace una reverencia en señal de saludo.
―Lady Selenia sea bienvenida ―besa el borde de mi mano y sus ojos chocan con los míos ―. Me hace dichoso contar con tu asistencia.
―No podía faltar ―respondo con total honestidad ya que prácticamente vine obligada por mi madre.
― ¡Hermana estabas aquí! ―una familiar voz hace que tanto Gregor y yo girásemos para encontrarnos con aquella persona.
Como un gracioso ángel que reboza encanto y dulzura Amanda viene a mi encuentro sonriendo de oreja a oreja como una pequeña entusiasmada por el lujo de palacio.
―Hermana Selenia todo es tan hermoso y son tan amables conmigo.
―Me hace feliz que te estés divirtiendo Amanda ―respondo con un nudo en el corazón y el estómago al tener a Gregor y Amanda tan cerca el uno del otro. El encuentro estaba a punto de suceder mucho antes de lo esperado, ¿Afectaría eso en algo en el desenlace final?
Amanda se percata que no me encuentro sola y al ver a Gregor se deslumbra ante su presencia, no me extraña los dos están destinados después de todo. No me sorprende que Gregor no aparte los ojos de Amanda totalmente embelesado por aquella graciosa y pequeña criatura, como si ella fuese la única dama en el lugar a pesar de que la prometida sea yo y este a solo pocos pasos.
—La bella Amanda BellaFleur he de suponer —dijo él tomando su mano y dándole un beso, sus ojos no dejaron de contemplarla como si estuviese hechizado por ella.
—Saludos alteza —la reverencia de Amanda es un total despliegue de encanto.
—¿Me concedería su mano Lady Amanda para abrir el primer baile?
El primer baile se suponía que debía abrirse con el príncipe heredero y su prometida, eso fue un golpe muy duro porque a partir de ahora las habladurías se fortalecería.
Amanda acepta olvidando por completo que yo estoy cerca y que Gregor es mi prometido, y tras ir juntos de la mano la mágica escena se desarrolla ante mis ojos, una vez más he sido desplazada. Al ver a mi padre por el rabillo del ojo pude ver su sonrisa complacida, vi a un padre orgulloso de su hija al saber que ella le daría lo que más anhelaba. Sin tiempo que perder me alejo de ahí dejando solos a los enamorados, necesito algo de aire fresco y mientras menos sobresaliese mejor para mí.
A partir de aquí empieza el verdadero juego.
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continuará
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