c i n c u e n t a

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—YoonOh me pidió que lo hiciera.

—¿Có-cómo?

—El sábado fue al restaurante de Kun y le contó lo que quería hacer, así que él le dió mi número y me lo pidió —se abrazó así mismo y sonrió—. Eres muy afortunado, Lee —sonrió una vez más antes de salir para volver a su oficina.

TaeYong tomó asiento frente a su escritorio y mirando las rosas no pudo evitar sollozar.


YoonOh 😍❤️

Acabo de llegar a mi trabajo.

Muchas gracias. 😭

De nada. 🤭

Ten un buen día, te quiero. ❤️

También te quiero. ❤️


A lo largo del día, recibió un par de felicitaciones más por parte de Johnny, Mark, Kun, YiXing, XiuMin, e incluso de DongHo y MinGi. Les agradeció a todos y siguió trabajando.

Cuando llegó a casa, puso las hermosas rosas en un florero con agua y ordenó una pizza, ya que no tenía muchas ganas de cocinar y se consentiría con una de sus comidas favoritas.

Esperó a sus hijos en el patio y cuando estos bajaron del transporte escolar, corrieron hacia él. Jeno le dio un par de flores y le contó que su maestra le había dado permiso de arrancar algunas para regalárselas luego de decirle que era su cumpleaños.

—Son muy bonitas, mi cielo —acarició su nuca y XiaoJun se quedó estático en su lugar—. ¿Qué pasa, mi vida?

—Nada, pá —esbozó una sonrisa e hizo ademán por entrar a la casa, pero su padre lo detuvo y en cambio, envió a Jeno adentro—. ¿DeJun? —preguntó dulcemente.

XiaoJun comenzó a sollozar.

—Y-yo no sabía que regalarte —sorbió su nariz—. Rompí mi alcancía y te compré esto —de su bolsillo sacó una bolsa de caramelos—. No son bonitos como las flores de Jeno —sollozó una vez más.

—Ay, mi cielo —hizo un pequeño puchero y reunió todas sus fuerzas para cargarlo—. Lo único que me importa es que se acordaron de mi cumpleaños y quisieron hacer algo lindo por mí al obsequiarme cosas. Recuerda que no importa el obsequio que te den, mientras sea dado con amor. Así que voy a disfrutar de estos caramelos como no tienes una idea —sonrió.

XiaoJun asintió mientras su labio inferior temblaba y volvió a abrazarse al cuello de su padre disfrutando del momento, ya que al ser más pesado que su hermano, no era cargado con frecuencia. Y no era porque TaeYong no quisiera hacerlo, si no que él había visto como su padre se cansaba al bajarlo, así que él mismo decidió tomar distancia en esas situaciones.

TaeYong caminó hasta las escaleras y lo dejó al pie de estas, soltando un pequeño jadeo de cansancio.

—¿Me das mis caramelos? —extendió ambas manos y su hijo los puso sobre ellas—. Gracias, mi cielo —besó su mejilla y se dio media vuelta para esperar la pizza en la sala.



Los Lee llegaron al bello restaurante en dónde Johnny había reservado y esperaron por los demás. Los Seo llegaron casi enseguida que ellos, y luego de saludar a los pequeños, saludaron al cumpleañero con un cálido abrazo.

Bizarre [JaeYong]Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora