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Quinto y último día.

Desde que despertó, Tails estaba algo desanimado, le entristecia pensar que este sería el último día que podía disfrutar con su novio y no estaba nada seguro de lo que el futuro le depararia a su relación.

Trataba de animarse para que justamente disfrutarán muy bien del día y su tristeza no lo fuera a arruinar, salió de su casa muy animado.

Esta vez, se habían citado mutuamente cerca de un pastizal, estaba algo alejado y por eso no iba mucha gente, entonces era el lugar perfecto para estar solos un rato y disfrutar de su mutua compañía y de la naturaleza.

Tails corrió hacia los brazos de Shadow, el zorro era tan liviano que logró levantarlo del suelo y cargarlo "como princesa", el de menor estatura no dejaba de reír, así que llenó de besos el rostro de su pareja ahora que estaba más cerca.

Caminaron más al centro del precioso pastizal, tan verde y cuidado, junto a un montón de flores coloridas.
Encontraron el lugar indicado, donde no le hicieran daño a ninguna flor, y te tumbaron en el suelo.

Shadow abrazó a Tails y lo acercó más a su pecho, comenzó a acariciar su pelaje y el zorro se mantenía con los ojos cerrados pero una muy gran sonrisa.
El erizo se mantenía viendo el cielo azul, y analizando un poco las nubes tan blancas de ese día, se le ocurrió un pequeño juego para echar a volar la imaginación.

—Pequeño, ¿que forma le ves a esa nube? —Señaló la que estaba justo frente a ellos.

—Hmmm, parece una nuez aún dentro de su cáscara. —Rieron juntos.

—Bien, ¿y esa otra? —Señaló a la izquierda.

—Ni idea, supongo que un robot roto de Eggman o un monstruo feo. —Rieron aun más fuerte.

—¿Y que tal esa? —Señaló a la derecha.

—Más qué encontrarle forma... Creo que me recuerda a ti. —El erizo volteó sorprendido a mirarlo.

—¿Cual es la razón?

—Es una nube más gris que las demás y aun así no deja de verse increíblemente esponjosa, es muy hermosa como tú. —Pasó su brazo derecho por el pecho del erizo y luego el izquierdo por su nuca para poder abrazarlo. —Tu eres únicamente algo diferente, y aun así sigues siendo una dulzura. —Se acurrucó.

El erizo continuó mirando la nube y las palabras de Tails se repetían una y otra vez en su cabeza, nunca nadie le había dicho algo así de hermoso y adorable, se sintió tan feliz y agradecido que algunas silenciosas lagrimas salieron de sus ojos y esbozó una ligera sonrisa.
El zorro sintió como su novio soltó un gran suspiro y lo apretó un poco más fuerte, se sentía como un suspiro de satisfacción y amó demasiado poder sentirlo tan de cerca, era como si fuera dedicado únicamente para el.

Luego de un rato de estar abrazados, Tails se separó un poco para darse la vuelta, y justo a lado encontró un clavel con un color rojo muy intenso, la tomó y se volteó de nuevo hacia su pareja.

—Mira amor, se parece a ti. —Le mostró una gran sonrisa. —Y ahora te pertenece. —Se lo entregó.

Shadow se quedó admirando la flor unos segundos, luego tomó al zorro de su nuca y lo acercó para darle un largo y tierno beso, esa había sido su forma para decir "gracias".

El viento soplaba sutilmente, las flores danzaban con él y el césped solo le provocaba algo de cosquillas a la pareja.
Todo era silencio y mucha paz, los dos solo pensaban en el enorme giro que habían tenido sus vidas, un giro precioso y único del que nunca se arrepentirán.

Eran tan felices juntos que los problemas de su al rededor desaparecían con la sola presencia del otro, con su tacto y sus muestras de afecto. Deseaban que este precioso momento de sus vidas nunca terminar.

El tiempo juntos siempre era tan lindo, tierno y memorable que las horas parecían segundos, detestaban que el tiempo siempre se fuera tan rápido. Sentían que no lograban disfrutarlo por completo.

El cielo empezó a colorearse de anaranjado y ambos comenzaron a partir del pastizal tomados de la mano, aún quedaba una última cosa por hacer.

—Sabes que no tienes que gastar tanto en mi —Decía Tails avergonzado, ahora se encontraban en un restaurante de lujo, esperando su cena.

—El dinero es banal, pasajero y común, el amor y los buenos ratos no lo son para nada. —Acarició el dorso de la mano del zorro.

Una vez que comenzaron a degustar, el erizo decidió hablar primero.

—Tails, ¿que sera de nosotros a partir de mañana? —El zorro se asustó un poco.

—Es lo que había estado pensando, —Se tornó algo cabizbajo —perdería para siempre a mis amigos si se enteran y no es una opción, pero tampoco me puedo permitir perderte. —Se miraron a los ojos, los ojos zafiro del zorro se habían llenado de lágrimas y esto preocupó al erizo.

—No hay razón para que nos dejemos, yo no lo haría jamás

—¡Yo tampoco! —Algunas de sus lagrimas se derramaron —Por eso iré a buscarte cada que haya un rato libre, ya no pasaré el mismo tiempo con los chicos jugando y haciendo tonterías, ¡pues de verdad preferiría verte a ti! Te convertiste con una muy significativa e importante parte de mi vida, así que iré a buscarte con cada mínima oportunidad. —Lo tomó de la mano aguantando el resto de lágrimas.

—Tu tranquilo, puedes pasar tiempo con ambos lados, sabes que no hay ningún problema con eso, tu también te convertiste en una muy importante parte de mi vida y quiero estar contigo siempre. —Le sonrió como aquella primera vez y provocó qué Tails se derritiera. —Además, cometería todos los crímenes del mundo con tal de seguir viéndote.

—Tampoco hay que exagerar. —Su rostro de bobo enamorado rápidamente se borró.

—Solo decía y sabes que lo haría.

—Y no es necesario mi amor, muchas gracias. —Ambos estallaron en carcajadas.

La realidad era que Shadow si que quería mejorar, quería ser la mejor versión de él gracias a Tails.
La faceta de villano edgy había sido buena, pero era mejor el rostro de su novio viéndolo en calma y sin peligros cerca.

Y entonces, la noche cayó por completo.
Antes de partir cada uno por su camino, se dieron un largo y apasionado beso, con el cual acordaron que se sellaria su amor eterno e incondicional, era un juramento.

Hasta la raíz [Shadails]Where stories live. Discover now