Capítulo 11

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Cuando era pequeña pasaba los fines de semana en casa de mis abuelos. Recuerdo que el sábado dormían en camas separadas para que así yo pudiera dormir con mi abuela en su dormitorio. En aquella habitación no había televisión como en la de mis padres. Allí todo era normal.

Normal hasta que llegaba la noche.

Mi abuela solía contarme cuentos antes de dormir, pero no eran cuentos de hadas, de princesas, de héroes, como los que las demás abuelas les contaban a sus nietos. No. Mi abuela me hablaba de brujas, de fantasmas, de seres extraños que a día de hoy no soy capaz de imaginar. Como buena gallega me hablaba de meigas y de la santa compaña.

Eran cuentos para no dormir que te dejan soñando toda la vida.

Ahora no podía sacarme de la mente esas historias, mi cabeza se negaba a dejarlas en mi niñez y me atormentaba con ellas cuando la oscuridad empezaba a cubrir el cielo.

Volvían las brujas, volvían los fantasmas, volvía el miedo y volvía la sangre.

Infames intenciones Where stories live. Discover now