(2-2)

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Chanyeol despierta a la mañana siguiente con los ojos agotados. A duras penas concilió el sueño un cuarto para las tres de la mañana. Con el tiempo, se da cuenta de que SeHun tiene una mano abrazando su pecho, duerme cómodo. Son las ocho de la mañana, la alarma suena anunciando la hora de partir al trabajo, pero no desea apartarse del bello durmiente que reposa no a muchos metros. Con suavidad estira la mano hacia el despertador, y en un ágil movimiento apaga el estruendo que posiblemente interrumpa el sueño al otro. En algún momento, Yeol se levanta de la cama y deja allí a SeHun. Corre las cortinas en busca de las caricias dulces del sol naciente en el este lejano. El aire es más frío desde la segunda planta de su casa, así que abre un poco la ventana para dejarlo entrar en la alcoba como un visitante. El cielo amenaza con una nevada próxima, las flores y hojas mueren en el césped, cada día un grupo nuevo de ellas cae al suelo, reuniéndose con las otras.


Tras una breve ducha viste su cuerpo con un traje, corbata y zapatos en punta de lujo. Perfuma sus ropas con finas fragancias importadas, pero su nariz, durante toda la noche, parece haber acostumbrado a percibir el aroma a chocolate y menta que emana el menor. Se da la vuelta rezando porque SeHun esté detrás de él, y no que se haya vuelto loco. Aprieta variedad de veces el rociador del pequeño frasco de cristal para continuar llenando su torso de perfume a manera de sacar de su mente al otro; sin embargo, recurre a darle un último vistazo antes de su ida al trabajo.




Parado a un costado de la cama, Yeol observa al menor aún dormir sobre ella. Se sienta en el borde cuidando no despertarlo, y sus ojos no logran abandonar la cara de su acompañante. ChanYeol es alguien que por siempre se tildaba heterosexual, hasta que en su vida aparece este chico con piel de nieve, y ojos perdidos en el vacío que resplandecen aún más que los que si pueden ver, tienen más vida que cualquier otros que él haya visto a pesar de la vida triste que poseía antes de su 'rescate'. SeHun ahora descansa boca arriba, con sus manos una sobre la otra apoyadas en su abdomen. Tiene cuatro botones superiores de la pijama abiertos, ChanYeol se percata de ello, y traga grueso. La vida, de nuevo la vida pone en prueba su resistencia humana, pone en juego su existencia al volver el ritmo de su corazón irreconocible por un estetoscopio. SeHun aún huele a chocolate. Muerde su labio, y sale de la habitación.








— Señor Park, disculpe. Señor Park. — El secretario mueve del hombro a ChanYeol para sacarlo de su trance.


— ¿Ah?


— Señor, sus empleados esperan que lea sus sugerencias para el baile anual de su centro comercial.


— Ah sí.  ChanYeol toma entre sus manos la primera carpeta a su derecha, ojeando muy brevemente el contenido de la misma. — ¿Creen que esto es lo mejor?


— Disculpe, joven Park. Esa idea es innovadora, ¿Por qué no hacer un baile de mascaras para solteros?


— ¿La idea es tuya?


— Sí, señor.

A million reasonsHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin