-Me iré cuando lo crea oportuno -Gruñó de igual manera que ella había hecho segundos atrás, acercándose mucho a ella.

Camila sintió cómo su corazón se aceleraba, el deseo se apoderó de ella al tenerla tan cerca. Ella se acercaba más y más y Camila tuvo que apoyar su espalda en la pared.

-Por... por favor, vete -Balbuceó Camila entrecortadamente, mirándola a los labios.

Su corazón dio un vuelco al pensar que aquellos sensuales labios podían besarla. Sintió el cuerpo de Lauren presionado el suyo y la fuerte potencia de lo que había justo debajo de su cintura. Los pechos de Camila presionaban los pechos de Lauren, mientras su corazón se aceleraba de nuevo.

Lauren le miró la boca y le empezó a acariciar el labio inferior. Justo cuando Camila pensó que no podía resistirse más, Lauren se apartó de ella.

-Nos vemos mañana. ¿A qué hora estará bien que me pase? -Consultó como si no hubiera estado a punto de besarla instantes atrás.

-Um... sobre esta hora está bien. Estaré fuera todo el día -Susurró Camila, una vez se hubo repuesto de aquello, aunque la sensación del corazón en la garganta permanecía ahí.

-¿Vas a la biblioteca otra vez? -Inquirió Lauren, poniéndole mala cara mientras se dirigía a la puerta.

-Sí. Pensé que tal vez le lea unos libros a Georgia. Dicen que es bueno para que desarrollen el lenguaje.

Justo antes de marcharse, Lauren le dirigió a Camila otra de sus inescrutables miradas y ésta pensó que Allyson tenía razón; se estaba enamorando de Lauren.

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A la mañana siguiente, Georgia lo pasó incluso peor que la mañana anterior cuando Camila se marchó de la guardería. Mientras se dirigía a la puerta, pensó que iba a ponerse a llorar ella también.

No se dio cuenta de que Lauren estaba apoyada en su coche, en la puerta de la guardería, hasta que no fue demasiado tarde. El corazón se le iba a salir del pecho.

-La... Lauren... ¿Qué haces aquí? -La garganta la sentía obstruida al verla ahí.

-Yo te podría preguntar exactamente lo mismo, pero ya sé la respuesta -Dijo mirando la guardería-¿Así que aquí es donde te liberas de tus responsabilidades con Georgia? Sin duda, para poder revolcarte durante todo el día con tus amantes-Masculló mirándola con tanto desprecio que la ira resurgió en ella.

-No... ¡no! No es así para nada-Odiaba, detestaba con su alma que Lauren pensara así de ella.

-Quizá me quieras explicar por qué has decidido que a mi sobrina la cuiden unos extraños.

-No son exactamente extraños -Corrigió Camila-Son trabajadores de guardería muy competentes.

-Entonces vamos a ver lo competentes que son. ¿Vamos? -No era una pregunta, y agarrando a Camila del brazo, la arrastró.

Camila no tuvo más remedio que seguirla. No le sería difícil encontrar dónde estaban cuidando a Georgia, ya que su llanto se oía en todo el edificio.

-Ea, ea, Georgia -Le susurraba la mujer de la guardería mientras la abrazaba-Mami volverá después... no llores... Oh, hola otra vez, señora Cabello -Saludó al verla-Me temo que su pequeña no está muy tranquila hoy.

Camila tomó a Georgia de los brazos de la mujer y ésta dejó de llorar casi inmediatamente, esterrando su cabecita en el pecho de la morena.

-Está bien -Susurró Camila-No creo que la vaya a dejar hoy.

-Si quiere, lo podemos intentar mañana -Sugirió la mujer calmadamente-Como ya le dije, muchos bebés encuentran difícil separarse de su madre al principio, pero luego se acostumbran.

Soy otra mujerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora